Primer y segundo capítulo

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 Capítulo 1

Cierro la puerta despacio y corro a estirarme en la cama para empaparme de la decoración juvenil que los abuelos le han dado a la habitación. La colcha rosa con lacitos de antaño la han substituido por una color crema para que me sienta más cómoda. Huele a limpio, con una mezcla de lavanda y jabón que me recuerda al verano. Han pintado las paredes de blanco para esconder el papel de Disney que todavía conservaba en las últimas vacaciones y me han colocado una mesa de melanina clarita bajo la ventana, donde las antiguas cortinas de dibujos infantiles se han convertido en el juego de mi nueva y suave colcha.

 Suspiro. Cómo me gustaría quedarme en este lugar apartado del mundo durante décadas, no regresar nunca más a mi vida ni enfrentarme a la muerte de Josh y a la soledad de saber que ya no está. Habíamos planeado pasar este año juntos, en casa de los abuelos, empezando una nueva vida. Pero él se ha ido y todavía no entiendo qué le sucedió ni cómo he acabado volando hasta aquí sin escuchar los argumentos de mi madre para que me quedara en Barcelona.

 Josh murió de repente, sin darme tiempo a despedirme de él.

 Los médicos lo atribuyeron a un ataque cardíaco. No entiendo cómo un chico de diecinueve años puede sufrir un infarto, mi hermano era un joven sano, hacía deporte, no fumaba, bebía solo ocasionalmente y no se atiborraba de comida basura. ¿Cómo pudo caer fulminado en medio de una clase? ¿Acaso su corazón ya estaba enfermo?

 Le echo de menos, era mi uno de mis pocos anclajes a la vida, a la felicidad, a los momentos agradables... Aunque no voy a negar que como buenos hermanos discutíamos a menudo.

 Soy una persona introvertida, apocada, sin demasiada vida social. Mis únicos impulsos para caminar por la senda de la vida son los estudios y el ansia de demostrarles a mis padres que pueden sentirse orgullosos de mí. Quizás pido demasiado, es imposible que algún día se muestren cautivados por algo que me ataña, pero nada me detiene a la hora de intentarlo una y otra vez. Es difícil aceptar que no me quieren, pero estoy convencida de ello, como mínimo en el caso de mi padre.

Lo sé, hablar en esos términos de un padre es muy duro, pero es lo que hay. Cuando era niña pensaba que era por algo que yo hacía mal, a mí nunca me sonreía, no me abrazaba, no me felicitaba cuando traía un trabajo con buena nota ni me animaba como hacía con Josh. Durante años intenté gustarle, despertarle sentimientos tiernos para que aparcara la indiferencia hacia mí, pero por mucho empeño que pusiera, mi padre solo tenía ojos para Josh.

 Mi hermano era una bellísima persona, por eso no podía odiarle por ser el preferido. Él me quería, siempre me lo demostraba con sus palabras, sus gestos, su presencia. Era un ángel en el que apoyarme en cada peldaño de mi ascensión al mundo de la madurez o cuando yo no acababa de sentirme una persona igual a los demás.

 Nunca salgo de casa a divertirme, mi mundo se centra en las bibliotecas, las aulas, mi habitación y algunas tardes de paseo solitario por el parque. Josh era la única persona a la que a veces invitaba a acompañarme, me gustaba escuchar sus ideas, sus palabras cargadas de ilusión, sus planes de futuro…

Solo sentía celos de él cuando mi padre lo sentaba en su regazo y le hacía cuatro carantoñas o cuando acudía a los actos de su clase. En los míos nunca aparecía, aunque yo siempre lo esperaba mirando a su silla vacía. Pero se me pasaban minutos después, tras una sonrisa suya o una broma.

 Hace años que tiré la toalla con mis padres, sé que no se puede despertar el cariño a personas que no te lo profesan, que es imposible obligar a alguien a quererte, quizás por eso nunca he confiado en otras personas que no fueran mi hermano o mi prima Melanie.

Josh y yo hablábamos a menudo acerca del comportamiento de nuestros padres. Él se sentía mal por la situación, tanto que intentaba ayudarme y consolarme. Mi hermano tenía la misma impresión que yo con papá, no entendía esa falta de empatía conmigo, esa lejanía autoimpuesta, esa manera de demostrarme constantemente que no me quería en su vida. Y cuando dos personas perciben lo mismo es muy difícil equivocarse.

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2014 ⏰

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Ecos del Pasado (primeros capítulos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora