Doble nudo en la garganta

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—Quisiera que bajaras al vestíbulo, necesito verte y decirte ciertas palabras que he pensado durante semanas —dijo él—. Mientras colgaba el móvil esperando en el sillón de cuero negro junto al espejo, con vista a las escaleras del edificio.

Ella llegó por el ascensor, minuto y medio para bajar desde el piso veintitrés.

—¿Cómo estás? —preguntó ella mientras le regalaba un beso en la mejilla.

No pudo contestar aquella pregunta sobre su estado actual, su cuerpo se encontraba abatido por su deslumbrante presencia, aunque ella se apreciaba desarreglada; cabello recogido y pies dentro de chancletas color mora, no fueron impedimento para sus manos sudorosas; que le entregaron una carta con la llave de la puerta principal del edificio donde se encontraban.

—Sabes bien que no necesitaba que me la devolvieras, yo tengo las mías arriba, y mis padres no tienen problema alguno con el hecho de que te quedaras con estas, jamás me han exigido que te las pida, por lo contrario; mi madre aun pregunta por ti —contestó mientras recibía la carta y la llave de pin magnetizado.

Sin ninguna otra palabra que pudiera salir por ese doble nudo en la garganta que cargaba tras su corazón agitado, desenfrenado desde el instante que la vio acercarse, no tuvo otra opción que dirigirse a la salida, con sus objetivos a medio cumplir, sí; puesto que falto ese beso robado que tanto imaginó, se marchó mientras el vigilante le abría.

—Te extraño —Leyó ella al abrir el papel.

Doble nudo en la garganta.Where stories live. Discover now