Yo nunca quise perderte

533 44 8
                                    

Agustín  

Fue desde el primer momento en que la vi. Puedo asegurar que he salido con un montón de chicas y ninguna me generó tantas emociones a la vez como esa chiquitina, morocha de ojos verdes apenas la vi entrar por esa puerta.

Debí saberlo entonces...

Recuerdo que lo primero que pasó por mi mente cuando la vi fue, "dale boludo hacéla reír y ya es tuya." Lo que no pude ni adivinar fue que desde el primer momento en que la vi sonreír fui yo el que me volví completamente suyo.

Todas las tácticas que usé alguna vez con las chicas, todo lo que me enseñaron los chicos para conquistar, fue completamente inútil con ella pero sorprendentemente nada salía mal. La química que tuvimos desde el primer segundo fue tan intensa que no hizo falta ningún plan de conquista, con ella solo podía ser yo mismo, mi mejor versión...

Eso siempre fue lo que más disfruté, con ella podía cantar hasta agotarme y siempre me acompañaría con una sonrisa. Con ella podía sacar hasta de lo más simple algo increíblemente interesante, incluso podía ser totalmente feliz con tan solo generar una de sus melodiosas risas, sin duda mi sonido favorito.

Todo bien hasta allí pero incluso todos esos detalles parecen poco cuando recuerdo sus delicados bracitos abrazando mi cintura, sus manos acariciando mi cabello o sus dulces labios besando los míos, el cielo era mío lo tuve en mis manos.

Pero lo dejé ir...

Todo esto que siento ahora no lo sabía, no era consciente de todo lo que tenía hasta ahora, justo cuando la perdí empecé a entender que lo tuve todo justo allí frente a mí, conmigo.

La veo ahora tan cerca y a la vez tan lejos y no puedo dejar de pensar en qué hubiera sido, qué hubiera pasado si yo no fuera tan imbécil, si me hubiese dado cuenta antes de que ella era todo para mi. 

Estoy aquí sentado frente a ella y pienso que puede ser la última vez que la vea, que subiremos a ese avión, volveremos a casa y tomaremos destinos separados, sin nada que vuelva a unirnos nunca más. Qué hubiera sido, si le hubiese dicho todo.

No podía seguir aquí sentado lamentándome tenía que hacerle saber una última vez lo que pudimos ser, lo que seguimos siendo. Me acerqué a ella y siento un fuerte tirón en mi brazo que me detiene. 

Ruggero, mi amigo. El único que podía comprender todo lo que estaba sintiendo, el único que podía saber tan solo con verme todo lo que estaba perdiendo. Pero me detuvo y con toda la razón.

-Tiene novio ahora hermano, no hagas algo de lo que te podrías arrepentir. Si haces alguna estupidez ahí si la perderás para siempre.- Agaché la cabeza derrotado, porque ya lo sabía, sabía lo que venía y con un golpe de realidad solo pude decírselo.

-Ya la perdí para siempre... - Me solté de su agarre y me fui a una de las convis que nos llevarían, ya ni siquiera me importaba a dónde. Soy un imbécil.

Después de un corto camino nos detenemos y bajamos ni idea de en qué lugar estoy, solo me dejo llevar, solo quiero volver a casa y encerrarme hasta drenar toda esta rabia que siento. Ruggero me hace señas para acercarme y decido ignorarlo, me acerco a ella para colocarme justo a su lado. Necesito sentir su olor y su calor una vez más aunque ya no me pertenezca. La miro de reojo, trato de disimular pero ya no puedo hacerlo, estoy destrozado.

Mientras mas pronto llegue a casa mejor, no creo ser capaz de soportar un segundo más. Pasan las horas y aterrizamos en Buenos Aires por fin. Agradezco ya no tener que volver a pasar por esto, no podría soportar tener que abrazarla, cantarle y besarla sin que me corresponda como yo quiero. Necesito alejarme de todo esto ahora mismo. 

Pero el karma es una mierda y quiere hacerme sufrir tan solo un poco más.

-Eu Agustín.

Intenté con mi cara de orto,pensando que podría ahuyentar a cualquiera que decidiera dirigirme la palabra siquiera, pero no funcionó. 

-Agustín, a Caro no pudieron pasarla buscando, el tráfico hasta acá es una mierda y van a tardar demasiado, ¿puedes llevarla? te queda de pasada y ella es muy tímida y orgullosa para pedirlo- Me dijo uno de los del staff, pero qué mierda, ¿por qué yo?.

- Sí, claro por qué no- Maldición no puede ser que me pase esto a mí.

Se acercó a mi con su mirada gacha y no le dije nada, no le pude hablar. Los dos sabemos que ya no es igual. Solo dejo que me siga y ni siquiera tengo las bolas para ayudarla con sus valijas, soy una mierda.

La dejo entrar a mi auto, como antes y no puedo dejar de darle vueltas a todo lo que hemos pasado hasta ahora. Y siento que se acerca el final de todo. 

Avanzo sin decir nada y ella tampoco lo hace, decido llenar el silencio incómodo con un poco de música y suenan unas chicas de fondo, no sé quienes son, pero dejo que suene. La letra se me clava en la cabeza como un puñal, como parte adicional de mi tortura y espero que ella también la esté escuchando.

*Qué hubiera sido
Si tú nunca te hubieras ido
Qué hubiera sido
Si el tiempo fuera nuestro amigo
Si hubiéramos dejado todo a un lado
Si hubiéramos insistido
Qué hubiera sido
Si no te hubieras despedido*

La escucho suspirar y giro a verla, está llorando en silencio. 

Detengo el auto en seco sin importarme nada y me giro a consolarla, con nosotros nunca hicieron falta las palabras, nos conocíamos lo suficiente para hablarnos a través de la mirada. Así que solo callé y la sostuve en mis brazos, como antes... como siempre.

-Dejemos de preguntarnos qué hubiera sido y aceptemos lo que es. Sigamos creyendo en el destino. Sigamos confiando en que el tiempo dirá si estamos hechos el uno para el otro. Basta de torturarnos Agustín, intentemos ser felices. Es lo único que te pido.- Me soltó de golpe.

Cómo me hubiese gustado que fuera tan sencillo, dime cómo demonios volver a ser feliz si tú me faltas. Tantas cosas quería gritarle en ese momento, no quería dejarla ir. Pero no pude hacerle eso, no se lo merecía. Asentí con la cabeza y tomé de nuevo el volante para seguir hasta su casa. 

Al bajar del auto, solo susurró un "hasta pronto" que me heló la sangre. ¿Pronto cuándo? Cuándo volveríamos a vernos, cuándo volveríamos a ser los de antes, cuánto tiempo es "pronto."

Bajé del auto y corrí hasta ella la abracé y besé su frente, podía sentirlo como una despedida. Hasta aquí llegaba nuestra historia.

-Yo nunca quise perderte... 

Fue lo último que pude susurrarle y volví a mi auto, buscando alejarme de ella y de todo. Buscando como ella me pidió, dejar de torturarnos. 

...

- Caro 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 02, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Lo que dejé ir...Where stories live. Discover now