¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.

Capítulo 11; Sueño.

—Bien –respondo buscando con la mirada a cierta chica pelinegra con la que soñé.

—Yo pues, soñé contigo...

La miro y sonríe. ¿Hasta cuando me dejará de molestar? Suspiro y ruedo los ojos.

—Pansy, no molestes –suelto de una manera tosca mientras seguí caminando.

—¡P-pero Draco! –grita Pansy.

Decido ignorarla y girar en el pasillo que da hacía el gran comedor. Me burlo de niño de Gryffindor hasta que choco con alguien haciendo que esta pequeña persona caiga de trasero, me reí y paré hasta que levantó su mirada. Sus ojos verdes me miraron con una mirada de odio, la observé bien. Su cabello largo y lacio estaba tirado hacia un lado, sus pestañas largas combinaban perfectamente con sus hermosos ojos verde esmeralda que estaban acompañados con un brillo hermoso.

—Vé por donde vas, idiota. –dice Aileen mientras intenta pararse. Muevo mi cabeza para apartar esos pensamientos que tengo de ella y estiro mi mano para ayudarla a pararla. Ella me ve y dudosamente toma mi mano, sacude su túnica y sus manos sacando cualquier rastro de mugre o tierra.

—Lo siento –susurro.

Dirigí mi mano hacia una pequeña basurita que tenía en su cabello y se la saco. Su mirada chocó con la mía y sentí como tragó fuerte.

—No me toques, tonto.

Pasó por el lado de mí, después de insultarme por completo. Fruncí el ceño y la seguí con la mirada hasta que se perdió entre la multitud. Fruncí más  el ceño y me adentré hacia el gran comedor. ¿Me odia tanto? ¿Qué pensará de mí? Tal vez he sido muy idiota. Muchas preguntas en mi cabeza y no tenía ninguna respuesta. Miro hacia la entrada del gran comedor y la veo entrar con una sonrisa.

—¿En qué piensas, chico caliente? –pregunta Blaise.

Me da un pequeño codazo. Bufo en respuesta.

—En como hacer que calles tu boca –respondo mientras mordía un pedazo de una tostada.

—Piensas en la chica de tus sueños calenturientos, Aileen –afirma.

—No seas idiota, Blaise –niego mientras bebía jugo de calabaza.

—¿Me estás diciendo que no te gusta? –pregunta alzando una de sus cejas.

—Te estoy afirmando que No me gusta –añado.

—Entonces no mires hacia en frente –dice Blaise.

Obviamente la curiosidad siempre mata a la gente y lo hice. Ví como Potter besa la frente de Aileen y ella sonreía. Algo en mi se revolvió. Sentía mi cara arder y solo imaginaba en mi mente mil maneras de matar a San Potter.

—Hey, cambia la cara. Ni que te gustara, Llobett –dice Blaise riendo.

—No seas idiota, Blaise.

—Como digas, de todas formas sería imposible que te corresponda. ¿No crees?

Fruncí el ceño y lo miré. Me causó curiosidad.

—¿Por qué lo dices? –pregunto.

—Fácil, es alguien que no te da bola, claramente. Es difícil que le gustes si pasas insultandola –levanta sus cejas– si quieres lograr que te note de otra manera que no sea odio, tienes que empezar a cambiar tu trato, amigo. O tal vez alguien ya te esté ganando.

Volteo mi mirada hacia Aileen y Potter. Desde ese día me di cuenta que Aileen Llobett me llama la atención.

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