Capitulo 11

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¿Cómo llegamos a perdernos tanto? Cuando vamos creciendo no tomamos en cuenta las decisiones que elegimos, no importa que nos digan que nos irá mal si vamos por ese camino, creemos, no, de hecho: aseguramos ser los sabelotodo, que a nosotros no nos irá mal por tomar la misma decisión de sutanita* ó menganita*
Pensamos que por ser nosotros nada malo nos ocurrirá, pero no es verdad, la vida misma nos abofetea demostrándonos que somos unos necios, que no somos nada, ¿y las consecuencias de nuestros actos? Esas nos llegan, en ocasiones más temprano que tarde.

*Sutanita y *Menganita
Adjetivos que se utilizan en mi país para referirse a nadie en específico.
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Yuli esa noche no durmió, se la paso llorando, su madre le marco más de diez veces, pero ella no respondió, ¿Con qué cara lo haría? ¿Cómo le diría? — Madre, estoy bien —. ¿Como si quiera podría sostenerle una conversación a base de puras mentiras? Darío llego en la madrugada, borracho. Ella se hizo la dormida para que no la molestará. Pero no funcionó, él se fue a la cama y le arrancó las cobijas de encima, ya había prendido la luz del cuarto, ella lo volteo a ver sin emociones en el rostro aunque por dentro moría de miedo. Él se quedó un momento en silencio mirándole fijamente el rostro, si, quizá veía como en su arranque bestial la había dejado.

Se aclaró la garganta y dijo — Baja a que me hagas de cenar, tengo hambre — Ella sin rechistar solo miró el reloj, eran las
2 am —. ¡¡Dije que bajes!! No que vieras el reloj. — Con trabajos se levantó de la cama y comenzó a caminar lento, aún le dolía mucho la entrepierna, y creo ahora le dolía más, ya que sus músculos se habían enfriado.

— Tú... tú has sido la culpable de eso. — le achacó Darío —. Yo nunca te hubiera puesto la mano encima si tú no me hubieras jugado sucio — Yulianna ya no dijo nada, no se defendió, no lo contradijo, ¿Para que? ¿Que caso tenía hacerlo? Sin embargo una lágrima silenciosa resbaló por su mejilla, era de dolor, de decepción, de soledad. Y con cada paso lento que daba, más miserable se sentía.

Comenzó a tomar huevos y una cacerola, la puso en el fuego y cuando estuvo caliente vacío los huevos revueltos... fue al frigorífico y saco tocino, comenzó a picarlo finamente, pero al poco tiempo comenzó a oler a quemado, había olvidado los huevos en la lumbre.

— Aparte, últimamente eres una inútil — artículo mientras que la jalo de la ropa aventandola lejos, fue a dar espaldas a la isla que se encontraba dividiendo la cocina del comedor.

— Ahh — se quejó mientras se agarraba la cadera.

— Ni te quejes, porque ahora ni te he tocado.

Yuli simplemente comenzó a caminar a la sala, con cuidado se sentó en el sofá, se recargo y comenzó a sollozar. Pronto se quedó dormida.

•Mariana

— ¿Ya está lista señora María? — pregunto a la madre de su mejor amiga, ese día había faltado a la facultad para poder ir a buscar a Yuli, a ambas les preocupaba demasíado.

— Gracias por acompañarme hija, realmente no podría ir sola. — Comenzó a subir al auto de Mariana.

— Sabe que yo quiero muchísimo a su hija, hemos sido amigas por muchos años, ésta situación también es mortificante para mí — puso su mano sobre la de la señora María en señal de apoyo

— Yo lo sé, y te lo agradezco mucho.

Llegaron en 20 minutos a la casa de Yuli y ambas bajaron, se acercaron a la puerta, fue Mariana quien toco primero, tras tres toquidos esperaron, pero nada, su madre toco nuevamente, pero ella no les abría.

Tras una mirada [Finalizada]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ