¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.

Capitulo 30; Tarde en Hufflepuff y Petrificus Totalus.

—Aunque no lo creas, es posible.

Nos la pasamos en risas y anécdotas que jamás se nos olvidarán. Vi la hora y se estaba haciendo tarde. Incluso nos perdimos la cena. Me levanté del suelo y me despedí de los chicos. Cedric me acompañó a la entrada de la sala común.

—La pasé genial, Cedric –dije mientras lo abrazaba– gracias.

—No agradezcas. Varios chicos querían conocerte, digamos que les hice un favor –reímos– aparte eres una gran amiga y quería que estuvieras celebrando conmigo el paso a la tercera prueba que por supuesto es mañana –dice apuntándome con su dedo.

—Ten por seguro que lo harás excelente –lo animo.

—Gracias, pequeña Ail –besa mi frente– será mejor que te vayas antes de que cierto rubio me lance un Avada Kedravra.

Miro hacia atrás y veo una cabellera rubia asomándose por un pasillo. ¿Acaso cree que no se ve?

—Te veo mañana, Cedric –lo abrazo nuevamente– todo saldrá excelente mañana y no lo olvides, eres un muy buen mago.

Dije para luego dirigirme hacia donde Draco estaba escondido.

—Cómo me gustaría que mi novio esté aquí conmigo. Pero claro, está muy ocupado... –tomo su oreja y veo como su cara empieza a deformarse por un pequeño dolor–espiando a la gente. Es de mala educación espiar a la gente, ¿sabes?

—¡Au, au! –chilla– ¡No te estaba espiando!

—¿Ah, no? ¿Pura casualidad que justo a estas horas te andes paseando por estos lados? –solté su oreja mientras trataba de aguantarme la risa.

—Está bien. Te estuve buscando y luego recordé que Diggory te había invitado a pasar el rato en su "tejona" sala común –dice con cierto desprecio.

—Draco, no seas así –digo mientras nos dirigimos hacia las mazmorras.

—¿Y cómo quieres que sea si Diggory te invita a su sala común? Podría perfectamente pensar que te ha invitado a hacer cochinadas –dice.

Suelto una fuerte carcajada.

—Realmente tienes problemas –digo antes de besar a Draco rápido.

—Aileen, el profesor Moody te está buscando. Dice que vayas a su despacho lo antes posible, es urgente –dice Dean Thomas mientras ponía su mano en mi hombro.

—Quita tu mano de ahí –dice Draco mientras sacaba bruscamente la mano de Dean de mi hombro. El solo dedica una mirada de adiós hacia mi parte y una de desprecio hacia Draco.

—No seas malo, Draco –digo para dejar mis brazos en su cuello– no seas tan celoso.

—Te estaba tocando –afirma.

—Ni que me fuera a derretir por tocar mi hombro.

—No pero no me gusta que se te acerquen los chicos. Hace que me ponga...

—¿Idiota, inútil, engreído y la mayoría de las veces un imbécil? –digo.

—Iba a decir diferente. Pero esas también cuentan –dije antes de besar a Draco y dirigirme hacia donde Moody.

—¿Te acompaño? –dice Draco.

—No te preocupes, nos vemos en la mañana –digo antes de girar en un pasillo y entrar a la oficina de Moody– ¿Me estaba buscando, profesor? –digo de manera sarcástica al entrar completamente a la oficina de Moody.

–¡Petrificus Totalus!

No alcanzo a girar ni a emitir alguna palabra ya que quedé inmóvil. Giro los ojos y veo a Moody mirándome con una sonrisa victoriosa.

—Le hablé de tu condición de saber algunas cosas al señor tenebroso, es lo más probable que quiera conocerte, Llobet –ríe malvadamente– tiempos muy oscuros se acercan, puedo sentirlo –respira fuertemente– ¿Que opinas? –me mira y yo sólo muevo los ojos tratando de mover alguna parte de mi cuerpo– Oh si, claro. ¿Quieres que te meta dentro de ese baúl? Apuesto mi vida a que sabes lo que tengo ahí dentro.

Lo últimos que veo es a Ojo loco apuntándome con su varita mientras gritaba un hechizo que no pude escuchar muy bien. En mi cabeza sólo estaba; Cedric.

Todo se volvió negro.

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