-Entonces, hay que celebrarlo. –Dice Héctor.

-Primero, tienes que hacer memoria. Sé que me dijiste que no recuerdas porqué o desde cuando tienes esta enfermedad, pero es un tipo de enfermedad que solo se puede transmitir al haber estado en contacto con otra persona que haya tenido la misma enfermedad.

-Te digo de verdad, que no sé de lo que me hablas. No he estado en contacto con nadie que haya estado enfermo. –Dice Héctor.

Desde que se enteró que tenía esta extraña enfermedad, no podía dejar de recordad aquella puerta donde al otro lado, había niños enjaulados y de los cuales uno de ellos, le mordió.

-Pues ya está. Ya tienes tu dosis de hoy. Si te encuentras mal, tienes nauseas, vómitos, mareos no dudes en llamarme.

-No te preocupes, estaré pendiente de todo.

-Cuídate. –Le dice Blanca.

Sale de la habitación y Héctor decide darse una ducha.

-¿Sabes algo nuevo? –Dice Noiret.

-No, además, tengo derecho en guardarme el anonimato.

-No vengas con esas tonterías. Sabes tanto como yo, que es importantísimo saber porque Héctor tiene esa enfermedad.

-Sí, lo sé. Según él, los síntomas aparecieron hace seis meses. No creo que sea uno de los niños a los que teníais encarcelados. De ser así, ahora estarían muertos. ¿No?

Noiret, ya no sabe que pensar. Todo esto es muy raro. Quizás, se les escapó alguna cosa y la enfermedad, se puede contagiar de otra forma diferente.

Éste, se dirige hacia su despacho. Le están llamando por teléfono.

-Dime, ¿Qué pasa? No sabe nada, sólo sabe lo que yo le he contado. Fue un suicidio. Está bien. Tiene que seguir así.

No se sabe quien era el receptor de la llamada, pero lo que sí se sabe es que viniendo de Noiret, nada bueno podía ser.

Julia, que había ido a buscar un juguete para Samuel, ha oído toda la conversación, pero no está segura de oír todo muy bien, por lo que lo único que quiere es salir de allí, sin que la pillen.

Cuando consigue salir del despacho, Iván le asusta por detrás.

-¡Iván! ¿Eres imbécil? –Dice enfadada.

-Eh, que solo ha sido un susto. ¿Qué ha pasado?

-Pues que...estaba en el despacho y he escuchado a tu padre hablar por teléfono.

-¿Y?

-Nada, quería salir de ese despacho.

-Bueno, pero ahora estás conmigo. Así que tenemos que seguir por donde lo dejamos la otra vez.

Iván coge a Julia de la mano y se la lleva al cuarto de las calderas. Se besan apasionadamente, sabiendo cómo acabará todo. Pero Julia, no puede dejar de pensar en la conversación que ha escuchado. Intenta dejarla aparcada, pero no puede.

-Iván, Iván. Quiero irme. Nos pueden pillar.

-Pero si ya lo hemos hecho un montón de veces aquí. –Dice jadeante, mientras no para de darle besos por el cuello.

-Que he dicho que quiero irme, joder. –Dice Julia, marchándose a toda prisa de allí.

Iván, sale del cuarto de calderas enfadado. Julia lleva tiempo sin querer hacerlo con él y éste no puede aguantarse. Cuando está a punto de marcharse, aparece María.

El Internado.Where stories live. Discover now