Capitulo 1: La tormenta. "Ascenso"

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Tarde, de nuevo tarde. No puedo creer que otra vez se me hace tarde, salí mas temprano, ¿Como es que a Kate siempre le da tiempo de todo? Se supone que es ella quien tarda mas, ¡y es ella quien tarda mas! Pero a mi se me hace tarde, siempre corriendo, siempre tarde. Aunque realmente si me distraje un poco, tal vez solo un poco viendo el entrenamiento de fútbol americano, es genial como se golpean entre ellos, corren, y se siguen golpeando entre ellos, al menos así lo veo yo. Lamentablemente no puedo practicar deportes, tengo "Huesos frágiles" según mi madre, yo realmente me considero alguien sano, mi hermana mayor Kate si práctica algo, gimnasia, y es animadora de nuestra escuela. Mi hermano Peter es el más cool, práctica artes marciales mixtas, y mis hermanos Jake y Ashton solo tienen 10 años y ninguno práctica nada, aunque antes jugaban soccer y a pesar de que me invitaron a sus practicas no soy muy fan del soccer, lo que es extraño porque todos en mi casa ven los partidos. Como sea, el día anterior había estado algo distraído, seguramente olvide programar la alarma del celular para que me despertara, o lo apagué, de igual forma el camión de la escuela me dejó, otra vez, es la tercera vez esta semana, y por suerte es viernes por que no soportaría estas maratones diario. Kate no se tomo la molestia de decirme que me levantara y mucho menos de poner una alarma, pero llamó a mis papás en cuanto el camión se marchaba, y claro me regañaron mientras me arreglaba lo mas rápido que podía, no desayune, y traigo puesto el pantalón de ayer, no me dio tiempo de buscar otro en el desorden de mi habitación. Corría lo mas rápido que podía, pero sentía que a cada paso faltaba mas, el camino se seguía acrecentando, y el tiempo parecía avanzar a la misma velocidad que yo. Tenía que tener cuidado, con las lluvias que hay últimamente, los charcos tiran a cualquiera que se descuide lo suficiente, así que además de correr como si no hubiera mañana, (que posiblemente pase castigado si no logro llegar) tenia que ir saltando cada charco que lograba ver, pero tarde o temprano tenia que perder el control de mis pies, y claro, tropecé. Ahora si que me sentía malhumorado, el día iba comenzando y yo ya estaba empapado, hambriento y retardado; seguí corriendo y unas calles mas tarde logré ver la puerta de la escuela, seguía abierta; era mi oportunidad, solo tenía que apresurarme, del otro lado de la puerta estaba Amanda Lifford, una de mis mejores amigas, estaba platicando con el conserje, yo ya sabía de que se trataba, lo estaba distrayendo para que lograra entrar, me sentí tan bien en ese momento, sabía que al menos no iba a tener retardo, al entrar salude al conserje y a Amanda, que se estaba despidiendo. Me sentía de pronto alegre, es un efecto que personas como Amanda y su familia logran en las personas, hacen que te sientas bien y tranquilo, aunque sé perfectamente que después tendría que pagarle el favor, siempre hay una manera de pagar un favor, aun si no te lo cobran. Aunque he de admitir que Amanda se lució esta vez, en una mano tenía dos bolsas de comida, y en la otra una bolsa de ropa. Verán, Amanda es hija de un empresario, o más bien ahijada, ella entró en esta escuela sin beca y es una especie de celebridad aquí por que su padrino fabrica ropa, muy cara por cierto, y casi todos la usan. Yo por otra parte son un don nadie, y estoy aquí por una beca que me gané y me la gané por pobre, porque de inteligente no tengo un pelo. Fui a cambiarme en seguida y entramos a clases, nuevamente Erick había faltado, ya nos tenía preocupados debido a que tenía dos semanas de no ir, ni hablar con nadie, ni conectarse, ni llamar, ni nada. Simplemente era como si se hubiera esfumado. El maestro empezó a recoger las tareas y la mía se había destrozado, me espanté a terror, si faltaba con una tarea más no pasaba el semestre, y seguro me quitan la beca. Cuando el maestro llegó a mi lugar me miro fijamente sonriendo, por fin se había desecho de mi, y de nuevo mi ángel guardián intervino ya que Jasmine le dijo inmediatamente algo como.

-Aquí esta maestro, se la pedí para verla un momento-

-Astuto- Me dijo el profesor recibiéndola y volviendo a caminar.

Suspire, con tantas emociones iba a caer infartado. Me gire para ver a Jasmine pero ésta solo miraba su libro. Ya sabía yo que no le agradaba, lo que me hizo sentirme curioso sobre el porque me ayuda tan seguido con mis tareas o sacándome de apuros, le caigo mal desde que me mude en frente hace ya 10 años; a un día de llegado estaba jugando con mi balón de americano y le di en la cabeza, no fue intencional pero ella no lo olvida, de hecho cada año en ese mismo día cuelga junto a su ventana un balón de americano pinchado: el mio.

Me acerque a ella al final del día para agradecerle pero en cuanto me vio guardó todo y se marchó, escuché una risotada y me gire, ahí estaba: Erick Jenkins, con su chaqueta de cuero típica, tenía tiempo que no lo veía, y nadie me ayudaba en mis locuras excepto él. Me importaba verlo por que estábamos organizando una acampada y era muy pronto, aunque de momento me interesaba otra cosa.

-¿Porque no has venido?- dijo Amanda

-Oh, hola Erick ¿Como estás? ¿Ya desayunaste?

-No seas sarcástico, estas a punto de ser expulsado, no asistes, y cuando asistes te buscas problemas con alguien.

Yo solo observaba, Amanda no suele enojarse por casi nada, pero si lo hace es mejor mantener distancia. Erick ya tampoco le dijo nada, ya sabíamos que se iba a tranquilizar con un sándwich de pavo y una malteada de arándano; el año pasado Mitch, Erick y yo, soliamos bromear con que Amanda se había vuelto una de esas únicas y diferentes tan cliché, pero abandonamos las bromas cuando nos aporreo a todos con sus propias manos. Y verán, Amanda es el tipo de chica que le atrae a muchos chicos, incluidos Mitch y Erick pero a ella le gusta solo un chico, que no muestra ningún interés por ella; no tienen idea la cantidad de veces que la oímos llorar por este chico.

Esa misma tarde Erick fue a mi casa junto con Amanda para ponerse al corriente en sus notas, pero Amanda terminó con su concentración.

-Entonces...- era obvio que Amanda quería preguntar algo

-No- dijo Erick sin quitar la vista de su libro

-Pero no sabes que voy a decir.

-No se, pero igual no

-Humm... ¿Han visto el mar de los monstruos?- dije como referencia a la película, por que me lo recordó mucho, claro que me ignoraron

-Entonces... ¿Que paso con esta chica, Adriana?

Erick solo se quedó callado, viendo el libro con los ojos desorbitados, tuve que reprimir una risotada

-¿Tan mal estuviste?

-Acabo de recordar que tengo... Que ayudar a mi padrino en la farmacia, los veo luego

Y salió tan rápido como pudo.

Lo curioso es que Erick siempre hablaba de sus citas ocasionales, nunca formales, siempre según sus parámetros, y JAMAS repite. Pero esta era la séptima vez que salia con Adriana, y solo ha hablado de ella una vez. Erick nos lleva 4 años, y si, en efecto, va en nuestro grado. No le importa la escuela, su padre es dueño de una fabrica de electrónicos, el bebe nació rico a diferencia mía, me doy cuenta que todos son ricos menos yo.

Al anochecer la tormenta empeoró, los rayos caían por todos lados y nadie quería salir de sus casas, como mis padres no estaban quise salir y grabarme haciendo unos trucos en patineta increíbles, idiota.

Mi patineta se rompió cuando caí porque un barandal estaba mojado, y aunque me lastimé la pierna pude levantarme y tomar los pedazos de mi ahora inutil patineta. Iba cojeando con el pantalón roto cuando un sujeto de apariencia extraña apareció corriendo también y los rayos de la tormenta caían cerca de él, demasiado cerca; incluso uno le alcanzó a dar, fue entonces cuando la cosa se puso extraña, después de que recibiera el rayo parecía que se desvanecía en el aire en una forma extraña, como una esfera deforme de color azul, no pude hacer otra cosa que quedar mirando asombrado, de pronto solo vi a esa cosa volar hacia mí, traté de correr pero la esfera me alcanzó y en el momento en que chocó conmigo nos pegó otro rayo parecido al que le dio la primera vez, recuerdo muy bien que la forma extraña desapareció y yo volé alrededor de 10 metros hacia atrás. Sentí que mi cuerpo flotaba, o caía, aunque sabía que no me estaba moviendo, era una sensación completamente extraña que no puedo describir porque quedé inconsciente en el momento.

Fyret: El rayo humano.Where stories live. Discover now