Cambié de canales pues no había nada interesante que ver un jueves por la noche.

Finalmente lo dejé en un canal donde una chica cantaba una canción sobre la oscuridad.

Su melodía me gusto un poco. Hasta concideré comprar la canción. Y lo iba a hacer justo ahora si es que la puerta de mi habitación no se hubiera abierto.

Ross entró chequeando su movil y en boxers negros.

Caminó hasta llegar a mi cama y se lanzó sobre ella.

Finalmente se fijó en mi.

Me senté para poder verlo mejor.

Él hacía lo mismo.

-Nena ¿Podrías traerme una lata de soda?- me dijo poniendo cara de perrito.

Caminé hasta la zona donde estaban las bebidas. Cojí una de soda de cereza y la abrí. Tomé un poco y luego se llevé a Ross.

Mientras me acercaba a él Ross solo me miraba.

-¿Te he dicho lo hermosa que te vez cuando usas ropa interior negra? Te vez increiblemente sexy.

Levantó su teléfono y me sacó una foto.

Le lanzé su lata de soda sin derramar nada sobre la cama.

Ross le dió un sorbo y se acercó a mi.

-Tiéndete- me dijo.

-Ross vas a...

-Solo hazlo- insitió.

Puse cara seria.

Ross pusó lo ojos en blanco.

Se lanzó sobre mi haciendo que me tendiera en la cama como él quería.

-Así me gusta- dijo con una sonrisa de satisfacción. Pusó su lata de soda en la mesa que se encontraba a lado mio. Y me besó el cuello.

Me sacudí al sentír sus labios fríos y mojados en mi piel.

-¿Está frío?- preguntó dejando más besitos en todo mi cuello.

-Si...- gemí. Siempre me había gustado que me besaran el cuello.

-¿Y quieres que pare?- me dijo mirandome a los ojos.

-No- le dije.

Subí mis manos hacía su cabeza y tiré de su cabello.

Él gimió con sus labios pegados a mi cuello.

Sus manos bajaron hasta llegar a mis bragas negras.

Metió su dedo bajo mis bragas y tocó mi clítoris.

Gemí nuevamente.

Yo bajé mis manos, las metí bajo los boxers de Ross y toqué su miembro.

Él gemío ahora.

Recordé su sabor y los gemidos que Ross soltaba siempre que le hacía eso.

Continuamos tocándonos por unos minutos más.

Ross dejó mi cuello en paz y bajó por mi vientre.

Dejó un beso junto a mi ombligo y continuó bajando.

Llegó a la altura de mis ya mojadas panties y dijo:

-Son hermosas, pero es una pena que nos las necesitemos.

Con sus dientes las retiró.

Las tiró en algún lado de la habitación y continuó con lo que estaba haciendo.

RED (Ross Lynch) (Hot)Where stories live. Discover now