Karol y Ruggero eran primos, eran inseparables siempre estaban juntos y para ella, él era su mejor amigo, pero con el tiempo el sentimiento que sentía ella cambio convirtiéndose en amor. Pero qué pasaría si el destino hace que ellos se separaran...
...
Empezó a besar mi cuello y yo acariciaba su espalda, sentí su mano acariciando mis piernas y solté un gemido, solo su toques me volvían loca, baje mis manos y desabroche su cinturón con habilidad, me beso y enrede mis manos en su cuello
-te amo –dijo susurrando en mis labios
-te amo... esposo –dije y sonrió, desabrocho mi brasier y lo tiro por ahí, miro con lujuria mis senos y empezó a lamerlos y morderlos a su antojo haciendo que soltara gemidos más fuertes
Baje sus pantalones junto con sus bóxer y quedo desnudo, solo nos separa la tela de mis bragas pero eso no duraron mucho ya que Ruggero me lo quito y me penetro despacio, gemí y jale su rostro para besarlo
Mis piernas se enredaron más fuerte en su cintura y empezó a moverse como él solo sabía hacerlo, llevándome al cielo
El cuarto se llenó de gemido de nosotros dos y eso era como estar en el paraíso, Ruggero se movió mas rápido dentro de mi haciendo que llegáramos al orgasmo al mismo tiempo, Rugge cayo rendido a mi pecho y respiramos con dificultad, después de ese hermoso momento nos echamos a dormir, ya que mañana teníamos que ir rumbo al aeropuerto
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Al día siguiente me levante temprano y salí de los brazos de Ruggero y me puse su camisa, baje hasta la cocina y menos mal tenia comida, mi gatito había pensado en todo
Tome un bol y un par de huevos para empezar a batirlo, le haría su desayuno a mi esposo, se lo merecía, empecé a batir y encendí la radio escuchando una música movida haciéndome bailar, me voltee sin dejar de mover mis caderas pero me pare en seco cuando vi a mi hermoso esposo con una sonrisa de oreja a oreja
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Me puse roja de la vergüenza y él se acercó a mí –que pensabas hacer –dijo abrazándome por atrás ya que no me atrevía a verlo a los ojos
-tu desayuno –dije tímida y me beso el cuello
-entonces cocinemos los dos –propuso y sonreí, así empezamos a preparar nuestro primer desayuno como marido y mujer
(...)
Después de comer un rico desayuno fuimos a bañarnos y no juntos ya que si lo hacíamos no llegaríamos a tiempo al aeropuerto, me vestí rápido y Ruggero recogió las maletas que mi suegra se había encargado de preparar
