「 Noren」Dirty Harry

07

Tragué duro, con mucho valor me puse firme y abrí la puerta esperando cualquier cosa.

Pero Donghyuck no entraba en la categoría.

—¿Huang?—fue lo que dijo totalmente extrañado. Vestía como procediendo de una fiesta, me hizo recordar que el baile de fondos era hoy.

—Donghyuck... —fue todo lo que pude decir.

—¿Qué haces aquí?—se acercó a mi lugar pero yo hice por alejarme.

—A-aquí vi-vo—me estaba comenzando a poner nervioso. Todo se estropearís.

—Oh—vio un papel que traía en sus manos.—Supongo que fue una broma de mal gusto. Me dieron una dirección equivocada. ¿No sabrás tú,  Renjun? Pudiera ser el mismo edificio.

—¿Saber qué?

—Me dijeron que aquí vivía un chico que... —me miró un segundo para después  a doblar el papel en su mano.—No importa, creo que fue más bien una broma.

—¿Una broma utilizandome?—le miré confundido.—Creí que yo no existía para ustedes.

—No lo haces... —se exaltó después de decir eso.—N-no, me refiero a que... ahh, jamás te habrían considerado para algo así. A menos que sea por Lee.

—¿Lee?—pensé en cuantas personas llevaban ese apellido, calculé que como, veamos, TODA la escuela. Incluso el chico parado frente a mi se apellidaba así.

—Jaeno, pues.—reaccioné que Jaeno es Jeno pero el nombre largo, debo admitir que me emocioné por saber de su existencia al mismo tiempo que entré en pánico de nuevo.

—¿Jeno está con ustedes?—pregunté intentando no verme ansioso, aunque creo que por la acción de retroceder de Donghyuck no lo había logrado.

—Bueno, ya sabes que después de los bailes normalmente se hacen fiestas en casa de alguien. A las cuales eres invitado pero jamás de te he visto en una.—cruzó sus brazos y sentí que era como un interrogatorio.

—Si, bueno, no es realmente lo mío.—reí nervioso.

—Qué extraño, a Lee le encantan. Supongo que para ser los mejores amigos inseparables son demasiado diferentes—y hablaba con toda la verdad.—He de decir que no esperaba que llegaran tan lejos.

—¿A q-qué te refieres.... con eso?—entre cerré los ojos.

—Pues, oye, incontables veces había intentado ser tu amigo. Eras tan cortante que creí que yo no te agradaba—se rascó la cabeza un poco.—Entonces llega este chico, Jeno,  y... ¡Lo logra! Lo que nadie pudo hacer, simplemente con llegar y sentarse tras de ti. No creo que notaras que todos en el aula quedamos extrañados.

—Si lo p-pones así... —era cierto, jamás me había puesto a pensar que era verdad. Ni siquiera había notado a los demás, creí que yo no existía y de ser así, no me puse a pensar que Jeno, siendo un foco de atención, me hacía serlo, de alguna manera, a mi también. Oh por Dios, estoy olvidando cómo respirar.

—¿Si lo pongo así? Renjun, el chico sólo te mira a ti. Podrá ser... —alzó sus manos.—popular o algo por el estilo, pero cuando estás tú, es sólo lo que tu digas se dice y hace.

Debo mencionar que me sentí como, algo así, importante. Pero igual tenía que hacer parecer que el tema no me afectaba en lo absoluto.

—Y como no has estado... —miró a otro lado.—Hay cierto desequilibrio.

Si, era de esperarse, solamente en cinco días se debió haber creado una catástrofe tercermundista. Algo más grande que los juegos de hockey sobre hielo que comenzaron a dar revuelo. Si no saben, era algo grande.