La Frialdad en tu corazón.

1. Vaya Fastidio

Leibniz entra a la secundaria, donde muchos le llaman «El Infierno» , todos pasamos por ahí y saben que las cosas no son de color de rosa. Leibniz entra por la puerta principal donde se encuentran los guardias de seguridad, fue a la sala de ayuda, dónde se encontró con un guía, es aquella persona que orienta a los alumnos nuevos para que se vean familiarizados con el lugar.
Ya que recibió un enorme recorrido para ver las instalaciones de la secundaria, decide ir a su casillero que le asignaron en las hojas de registro, pone en orden sus cosas y ve que su horario esta pegado en la parte de atrás de la portada. Leibniz busca su salón, llegando a el, ya estaban los alumnos sentados en sus lugares y la maestra ya estaba dando clase. La maestra se percata que es un alumno nuevo y le pide de forma amable que se presente.

—¡Un alumno nuevo!, ¡Hola que tal!, ¿Podrías pasar y presentarte al grupo? —La maestra menciona con una voz alta y amable.

—No —Dice Leibniz con una voz poco emotiva. Se escuchan risas de algunos alumnos

—Por lo que veo eres muy sarcástico, anda preséntate —dice la maestra de forma seria.

—Siempre me obligan a hacer esto en cualquier puto lugar que voy—Leibniz en sus pensamientos—. Bueno mi nombre es Leibniz Cocles, tengo 14 años —Dice con poca emoción, cómo si le importará un carajo quedar bien enfrente de todos.

—Con eso basta, puedes tomar asiento donde quieras —Dice la maestra.

—Qué aburrido, quisiera dormirme, pero los chicos pueden jugarme una broma, conozco esto — Leibniz en sus quejosos pensamientos de amargado. Leibniz ve que sólo hay un lugar disponible, ese lugar esta rodeado de chicas, pero son mesas donde 2 personas se pueden sentar, así que hay una chica a lado de ese lugar. 

Leibniz se sienta y comienza a preparar su libro.

—Por favor alumnos saquen su libro en la página 58 de Historia —La maestra dice con voz grave.

—Historia... aggh que aburrido— Leibniz pensando siempre en forma de queja.

—Ya viste, ¡Qué chico tan guapo! —Susurra una chica que le rodea.

—¡Tiene unos labios tan rojos!, esos ojos me vuelven loca —Susurra otra chica que le rodea.

—Ya comenzarán a hablar de mi en bajo, como siempre —Leibniz el amargado pensó.

—Oye tú, eres lindo —Ashley con una mirada seductora.

—Ah, gracias —Leibniz no le importa.

—Te dije que eres lindo, mínimo ponte rojo —Ashley.

—No veo la razón para ponerme rojo —Leibniz.

—Eres p*to —Ashley.

—Ah —Leibniz no le importa en lo absoluto ese insulto.

—Deberías estar molesto por lo que te dije —Ashley.

—No, no me importa —Leibniz.

—Que frío, debería de llevarte a un lugar donde te derritas —Ashley lo mira de forma seductora.

—La temperatura no cambiará mi forma de ser —Leibniz .

Las clases iban pasando pero las chicas del salón miraban demasiado a Leibniz, parecían seductoras o competidoras para ver quien se queda con el chico lindo.

Toco el timbre del descanso.

—Oye tú, el raro, tú el nuevo, ¡el ojos lindos!, ¡el ángel del cielo! —Ashley no cambiaba su cara de seductora—, ¿quieres venir?.

—Si —Leibniz retoma su comportamiento aburrido—. Espero que no fastidien. Creo que trataran de seducirme, que mal —Leibniz en su mente.

Lo llevan a un enorme patio donde muchas personas hay, muchas voces suenan.

—Bueno ella es Fernanda —Ashley señalando a la chica—, ella es Megan, ella es Lisa, esta otra es Vanessa —al terminar le guiña el ojo a Leibniz

—Creí que eran chicos —Leibniz en su pensamiento.

—¿Quien es este chico tan lindo? —Fernanda.

—Si, ¿Quien es este Ángel del cielo? —Megan.

—que atrevidas —Ashley.

—Creo que debo de irme, que aburrido —Leibniz en su mente.

Toco el timbre tan rápido al solo salir al descanso y se hace sonar las bocinas de la escuela que darían un aviso.

—Por motivos de inspección, los alumnos tendrán la salida temprano.

—Gracias, por fin me voy de este fastidio —Leibniz en su pensamiento. Leibniz va a su salón recoge sus libros y los de su casillero y se retira.

Así fue su primer día en la escuela mucho después de tomar su decisión de ser frío.