apple |g. blythe| [pausada]

•capítulo uno•

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"LA LLEGADA A AVONLEA"

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- ¿Falta poco?

- Por enésima vez, falta media hora.

- Eso lo dijiste hace una hora...

- ¡Fue hace cinco minutos! -exclamó mi padre de forma cansada mientras se acomodaba en el carruaje.

Me invadió el sentimiento de culpabilidad, él estaba agotado, y yo aquí molestándolo. Automáticamente formé un puchero en mi labio inferior.

- Perdón por molestarte, papá. -desvio mi mirada al suelo de madera y luego la dirijo hacia mi acompañante.

Me miró con compasión y afecto para luego mirar nuevamente a la carretera.

- Descuida. Solo... cierra la boca.

Asentí mientras suspiraba y reí en silencio por su brusquedad. Me limité a ver el paisaje a mi alrededor, todo era hermoso. Lagos, árboles, campos, flores y cielo despejado.

Llevábamos unos días viajando.

Abrí los ojos más de lo normal, al tener una idea. Rápidamente de mi bolso -que estaba hecho de tela- saqué un cuaderno que tenía muchas hojas y se encontraba un poco gastado, un crayón y empecé a dibujar el paisaje. Siempre me gustó hacer eso, dibujar; sabía que en algunos años tal vez olvide el hermoso paisaje que estaba admirando ahora, así que lo grababa dibujándolo.

Trazé un par de líneas apunto de acabarlo, di un poco de sombra, la difuminé con mi dedo índice y terminé mi dibujo satisfecha. Cerré mi cuaderno con cuidado, tomé mi bolso, lo guardé junto al crayón dentro de él y seguí admirando el paisaje.

Volteé a mirar a mi padre, era un hombre no tan robusto, tenía ojos azules casi celestes, acompañadas de unas grandes ojeras, cejas gruesas, al igual que sus labios y de nariz ancha.

Me sentí un poco triste, la pérdida de mi madre fue muy dolorosa... la cual fue hace unas semanas, por una nueva enfermedad -la cual mi padre y yo nos salvamos de ella- que corría por el anterior pueblo donde vivía. Ella y yo no teníamos una relación cercana, por el hecho de que no la veía seguido, ella trabajaba y yo ayudaba a mi padre en su trabajo, pues la pobreza nos inundaba, pero sigue siendo mi mamá y por ello me afectó.

Él había decidido que nos fuéramos a Canadá sin decirme la razón.

- Faltan unos minutos para llegar. -mi papá me sacó de mis pensamientos, analicé sus palabras y miré rápidamente por la ventana del pequeño carruaje.