-¿Qué te pasa? –Dice María, despertando de sus pensamientos.

-Me he levantado un poco con dolor de cabeza y no se me va con nada. –Dice Héctor.

-Te prepararé un té. Seguro que funciona. –Dice María, sonriendo.

-Está bien. Pero con una pastilla, quizá se me vaya. No quiero molestar.

-No molestas. Es por la tarde y hasta esta noche no hay nada que hacer. –Dice María.

Héctor la mira, feliz de que esté con él, pero sabe que está con Fermín. Elsa se encargó de hacérselo llegar.

María también se sienta con él en la mesa y los dos toman una infusión.

-Parece que el cambio de tiempo hace que los cuerpos tengan menos defensas. –Dice María, intentando cambiar de tema.

-Parece ser.

-¿Qué tal estás con lo de Elsa?

A Héctor le cambia la cara por completo.

-Bien. Las cosas no eran lo mismo y mucho menos después de saber que estaba embarazada de otro. –Dice Héctor.

-Lo siento. No quería sacar el tema. –Dice María, arrepentida.

-No pasa nada, no te preocupes. –Dice Héctor, dándole una caricia en la mano.

-¿Por qué? –Dice María.

Héctor mira perplejo a María, no sabe por qué le está preguntando eso.

-Porque no podemos ser felices. Todo sería tan fácil...-Dice resignada.

-María, yo no supe elegir, y perdí mi oportunidad. Tú ahora estás con Fermín, que es un tío genial y seguro que te hace el doble de feliz que yo te hubiese hecho. De verdad, no estés triste.

María se acerca a Héctor, con la esperanza de recibir un beso y así aclarar sus dudas. Héctor, sabe que esto les haría daño, pero también quiere besarla. Sus bocas se acercan cada vez más, hasta que se tocan. El dolor de cabeza de Héctor, ha desaparecido por completo y María se le ha olvidado Fermín. Hasta que algo suena y cuando los dos levantan la mirada, se encuentran a Fermín en el marco de la puerta.

María se levanta rápidamente, pero es demasiado tarde.

-Fermín. –Dice María.

-No, no digas nada. Ya está todo claro. No pasa nada. –Dice Fermín. –Enhorabuena, Héctor. Hasta que no lo has conseguido no has parado.

-Creo que te estás equivocando. María me ha gustado siempre.

-¿Ah sí? Y eso, ¿era antes o después de dejar preñada a Elsa? –Dice Fermín.

María le da una torta a Fermín, callándole.

-No sabes nada. Mientras que tú desapareces y vuelves a aparecer, él estaba a mi lado, no me dejó sola en ningún momento. Yo quería olvidarlo, pero tú solo me lanzabas a sus brazos. Te he querido y mucho, pero no puedo más. Quizás tengas que estar con otra que sea como tú. –Dice María, cogiendo del brazo a Héctor y marchándose de allí.

-María, María. No quiero que te adelantes por mi culpa. ¿Estás segura? –Dice Héctor.

-Sí, Héctor. Estoy cansada de que siempre me esté contando historias y nunca la verdad. –Dice María.

Ninguno de los dos se han dado cuenta de que están en el hall de la entrada y que cualquiera puede verlos.

-María, te amo. De eso estoy seguro, pero no quiero que suframos, más no, por favor. No quiero que tomes esta decisión tan deprisa.

El Internado.Where stories live. Discover now