Microrrelato

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Erase una vez una joven princesa de un reino tan lejano que podría considerarse de otro mundo. Ella era la soberana de aquel próspero lugar y su padre, el rey, la obligaba a casarse con un príncipe muy apuesto. Ella no quería casarse con él , puesto que su corazón pertenecía a otro. Todos los días se escapaba del castillo para estar con él, y por la noche solo le pensaba. La única pega que tenía era que ella no sabía si era correspondido. Su querido amado era el gran Sol.

Una mañana, el reino enemigo comenzó una guerra, nadie sabía el motivo por la que comenzó, pero hubo muchísimas víctimas, y una de ellas fue la princesa.

El Sol en la lejanía, observó aquella catástrofe y sintió mucho dolor por todas las pérdidas, pero sobretodo por la de la princesa, puesto que él también la amaba. A todo esto, el Sol se deprimió hasta llegar al punto de no tener fuerzas para mostrar su luz. Los habitantes se preguntaron por qué era siempre de noche y la Luna se cabreó con el Sol por no encenderse y hacer que sea de día. La Luna le amenazó con expulsarle de la constelación, y el Sol le dijo que no hiciera eso, que era lo único que le faltaba porque había perdido a su amada. La Luna le contestó que él podía estar siempre a su lado, convirtiéndola en una estrella, así lo hizo. El Sol hizo desaparecer el cuerpo de su amada y convirtió su alma en una estrella fugaz que viajó hasta encontrarse con el Sol y vivir en el Espacio juntos para siempre.

 El Sol hizo desaparecer el cuerpo de su amada y convirtió su alma en una estrella fugaz que viajó hasta encontrarse con el Sol y vivir en el Espacio juntos para siempre

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La Princesa Y El SolWhere stories live. Discover now