Lloras, como si fueras domingo de diciembre
y tus ojos son campanas que tañen las noches.
Lloras, como un árbol cuando se deshoja
y riega de colores las calles grises.
Hablas temblorosa, cual confesión agridulce,
como si al quebrarse una estalactita de tus ojos
desvelases los secretos más hirientes.
Confesiones de invierno que escribes en las nieves,
y me haces recordar que en esta vida;
absolutamente todo, tal como se marcha, vuelve.
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Confesiones de invierno
KöltészetDel amor y sus hojas caídas, poesía que desnuda eso que nunca te dije, y que ahora confieso, al igual que las estaciones los sentimientos siguen el ciclo y los finales anhelan ser comienzos.