Capítulo II

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¿Y si lo que vemos es solo una recreación de nuestra mente? ¿qué nos asegura que podemos ver y no que usamos algún mecanismo para imaginar la realidad? Del mismo modo que los murciélagos utilizan la ecolocación para ver en las noches o en las cuevas donde habitan.
¿Acaso saben ellos que crean una versión de la ''realidad'' mediante las ondas sonoras que transmiten al chasquear sus lenguas y estas a su vez regresan a sus oídos? ¿Qué me dicen de los tiburones? ¿Acaso saben ellos que las cosas que ven no son más que el producto de las señales eléctricas emitidas por el campo electromagnético que emiten los cuerpos de sus presas, o que son recreadas por su sentido del olfato extremadamente sensible a la presencia de sangre en las aguas que los rodean? O llevémoslos a un contexto mucho más nuestro. Los daltónicos no saben que poseen dicho síndrome hasta que no comparten sus inquietudes con alguien ''normal'', pero, ¿Cómo sabemos que nosotros somos los que vemos bien y no ellos?
De la misma forma que muchos animales no pueden percibir el mundo como nosotros los seres humanos, ¿por qué son ellos los que tienen una deficiencia visual y no nosotros que vemos más colores que muchos de los animales que nos rodean? ¿qué nos hace pensar que lo correcto es ver esa gran variedad de colores en todos esos diversos tonos?
Los colores ni siquiera existen; solo son el residuo de la descomposición de la luz blanca ante un prisma, o gotas de agua en el caso del arcoíris. En la oscuridad no podemos apreciar ningún tipo de color, entonces; ¿existen realmente los colores, o solo son el resultado de nuestra imaginación al entrar en contacto con la luz?

Se dice que la luz es la ausencia de oscuridad y que la oscuridad es la ausencia de la luz, pero; ¿Qué pasaría si la oscuridad no existe o viceversa? ¿Cómo redefiniríamos estos conceptos? ¿Hay alguna posibilidad de que exista la luz sin oscuridad?

Aquí es donde entra la relatividad de las cosas; solo podemos saber que algo está en algún lugar cuando sabemos que está allí. 

¿Cómo saber que en Italia al lado de un cactus, en una maceta morada, en la ventana de la cocina de la señora Florentina hay un ave? No podríamos saber de su existencia a menos que hayamos tenido algún tipo de contacto con dicho entorno, pero; ¿que no podamos observarlo significa que es inexistente? 
¿Cómo podemos demostrar la ilusoriedad de algo? ¿cómo probamos la inexistencia de la existencia?
El mundo está lleno de realidades alternas. Todos creemos que podemos tocar las cosas, que caminamos firmes en el suelo. Pero, ¿qué tal si te confieso que ninguna de esas sensaciones son verdaderas? La realidad es que nunca hemos tocado el suelo. Estamos flotando en el aire; hay espacios entre cada una de las moléculas que conforman cada uno de los átomos que constituyen toda la materia del universo, por ende, nunca hemos tocado nada en nuestras vidas, ni siquiera las partes de nuestros cuerpos están unidas entre si a nivel sub-atómico. Y te estarás preguntando, ¿Entonces cómo es posible que sienta cada que ''toco'' algo, cada que doy un paso en el suelo, que doy un abrazo a alguien. La respuesta se encuentra en el mundo que no podemos ver a simple vista. Las moléculas y átomos poseen cargas positivas y negativas, y los polos opuestos se atraen; cada que ''tocas'' algo estas moléculas crean impulsos eléctricos que causan la sensación de estar tocando, gracias a la atracción que poseen.

Pero ya dejemos de posponer esta historia mareándonos con tantos términos científicos y vayamos al grano.

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⏰ Last updated: Sep 03, 2018 ⏰

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PARADOJAS EXISTENCIALESWhere stories live. Discover now