Después de despedirme de Vanesa, lo que me costó mucho porque no quería arriesgarme a dejarla sola, me encaminé hacia mi coche.

Había algo que tenía que solucionar.
Nadie se atrevía a tocar a mi chica y salir vivo para contarlo.

Aparqué el Jeep a las afueras de la cuidad, habíamos quedado en que nos encontraríamos en un almacén viejo y abandonado.

En donde nadie oyera ni viera nada de nada.

Caminé hasta la gran puerta de metal y golpeé con los nudillos tres veces. La puerta chirió y el rostro de Sam apareció tras ella.

Me dejó entrar y cerró la puerta detrás de mí, chocamos los puños sonriendo. - Te veo bien - comenté.

Él parecía rejuvenecido diez años, - es que estoy bien.

Me condujo por una serie de estrechos pasillos amarillentos. - ¿Cómo está Vanesa? Ya sabes, ¿él le hizo algo?

Apreté los dientes, cuando viera a Ramírez estrellaría su cara contra el suelo y luego lo patearé hasta dejarlo sin sentido. - Ella... Ella esta bien.

Sam asintió, no hacía falta que dijera lo que tenía en mente. Él ya lo sabía.

Nos detuvimos frente a una gran puerta de hierro oxidada. Lo que ví fue lo último que me esperaba ver.

Ramírez se encontraba atado en una silla, su rostro ensangrentado. Lo había rodea la familia Silverman.

Víctor el padre de Vanesa, su tío Adam, su primo Nate y Kylan Price, a este solo lo conocía de vista. Miraron en mi dirección, - fantástico, uno más - replicó Ramírez  riendo.

Le quité la sonrisa de un puñetazo tirándolo al suelo, desde ahí escupió sangre. - Auch - se quejó.

- Te metiste con la chica equivocada - le contesté entre dientes.

- Ah, te refieres a la pequeña morena de anoche, era toda una tigresa, me hubiese gustado disfrutar más a fondo de ella.

Lo ví todo rojo, Sam me agarró impidiendo que me abalanzara sobre él, - lo necesitamos consciente, Damian - dijo Nate suspirando.

Pasé mis ojos por cada uno, al padre de Vanesa no le gustaba y él lo demostraba con su comportamiento y compostura. Ignorándome.

Nate se encontraba mirando al suelo y con una mano en su rostro, el tío de Vanesa miraba a Ramírez como si quisiera estrangularlo y bañarse en su sangre y Kylan estaba ocupado con su móvil.

- Ok, hombres, necesitamos soluciones - dijo Nate levantando su cabeza y mirándonos a cada uno.

- Yo digo que lo matemos - dije mirando hacia el bastardo que aún estaba en el suelo.

- Voto por ello - contestó Adam sonriendo y mostrado todos sus dientes.

- Primero necesitamos respuestas, luego podréis matarlo.

Genial.

- Que considerado por vuestra parte - murmuró Ramírez.

Víctor fue hacia él, lo levantó y lo puso derecho, - ¿para quien trabajas? - le preguntó.

- Para los teletubbies.

- Déjamelo a mi - dijo Adam acercándose, sacó una pistola de su pantalón y la puso en su frente. La cara de horror de Ramírez fue épica.

- Yo hubiese empezado por ahí - habló por primera vez Kylan. Con las manos en los bolsillos caminó hasta quedar cara a cara con Ramírez.

- Vamos a jugar un juego, ¿sí? - dijo sonriendo, Ramírez empezó a temblar de miedo. - Tu me dices la verdad y yo no te rompo nada, - fue hacia la esquina del almacén y arrancó una tubería de metal.

- ¿Entiendes? - Ramírez no contentó y Kylan estrelló la tubería contra  su rodilla. Gritó.

Reí en voz baja, me gustaba el modo de jugar de Kylan, lo hacia más fácil y rápido.

- Okey, voy a preguntarlo una sola vez de nuevo, ¿para quién cojones trabajas? - él no contestó y Kylan comenzó a elevar la tubería hacia su cara.

- Espera, espera, te lo diré - Kylan bajó la tubería sonriendo. - Solo sé las iniciales, él no quiso revelar su identidad.

Kylan elevó la tubería y la estrelló contra su otra rodilla, - pero si te dije la verdad - lloriqueó Ramírez.

Él se encogió de hombros,- me apetecía.

- Sus iniciales son D.M - contestó con una mueca de dolor en su rostro.

- Darwin Mcamix - susurré.

Como no lo había pensado, mi queridísimo padre no estaba contento de que la madre de Vanesa haya elegido a otro y al parecer que yo estuviera con su hija tampoco le agradaba.

Todos parecieron comprenderlo al fin, - está bien, ¿que es lo que quiere? - preguntó Kylan.

- Él dijo que quiere haceros sufrir a cada uno, comenzando por vuestra mayor debilidad - acabó él.

- Las mujeres - contestamos todos a la vez.

- No me sorprende, él es un bastardo cobarde - dije.

- Hay que planear algo, tenemos que organizarnos y alejar a las mujeres de toda esta mierda - dijo Víctor observando el suelo como si le comenzara interesar.

- Hay que sacarlas de San Francisco.

- Está bien, de todos modos Chloe y yo nos íbamos del país - dijo Kylan.

- Tú no te vas a llevar a mi hija y a mi futuro nieto a ningún lado - le gritó Adam.

- Es mi hijo y por lo tanto la mujer que lo lleva con ella también es mía - contestó Kylan apretando los dientes.

- Mi nieto no es de tu posesión.

- Si tú metes una moneda en la máquina, ¿de quién es la bebida? ¿Tuya o de la máquina?

- Tuya - contestó Ramírez.

Víctor golpeó su rostro, - ¿estás comparando a mi hija con una máquina?

Pensé que Adam iba a golpear a su yerno pero no lo hizo.

- Dijo un hombre que le puso un rastreador a su mujer - murmuró Víctor.

- Ella estaba embarazada - se defendió Adam.

- ¿Podemos dejar lo posesivo por un momento? - preguntó Nate.

Asintieron.

- Yo sacaré a Vanesa - susurré.

Víctor se volvió hacia mi, - no.

Apreté los puños. - Conmigo estará a salva.

- No te la mereces.

- Lo sé - murmuré.

- Víctor, Damian la cuidará bien - dijo Nate.

Víctor murmuro algo pero ya no habló más.

- Decidido, sacaremos a las mujeres de San Francisco y distraeremos a Darwin. Y que sea lo que Dios quiera - Nate le quitó la pistola a su padre y fue hacia Ramírez.

Bang.

Elisa.

Bésame y te golpearé © - EditandoWhere stories live. Discover now