— ¿Qué?

—Si renuncias no obtendrás buena liquidación, déjame hacer esto por ti. Estás despedida.

Es un tanto desconcertante, pero entiendo lo que hace. Quiere ayudarme.

—De acuerdo, gracias.

—Creo que eres la primera que me agradece por ser despedida—ambas reímos y limpio mis lágrimas.

—Supongo...Que recogeré mis cosas.

— ¿Regresarás a Lancashire?

—Creo que pelearé mi batalla aquí en Londres. Es un reto para mí.

Me pongo de pie y ella también, rodea el escritorio y me abraza. De alguna manera, nosotras las hermanas Anderson resultamos ser de alturas bastante cercanas, por lo que abrazarnos resulta perfecto. La abrazo con fuerza y cierro mis ojos.

—Te amo, Ela, todo estará bien.

—Gracias por no gritarme y apoyarme.

—Siempre contigo, pequeña.

Salgo de la oficina y tengo varias miradas sobre mí. Camino hasta mi cubículo y siento la mirada de Alan cuando me siento.

— ¿Estás bien? Tienes el rímel corrido lo que me hace notar que te maquillaste más de la cuenta—asegura y eso me hace totalmente reír.

—Re...Fui despedida.

— ¡Mierda! No puedo creer que ella hiciera eso—luce desconcertado y luego decepcionado.

—No, no...Yo lo quería y...Es confuso. Solo promete que seguiremos siendo amigos.

—Claro, siempre necesitaré una amiga dulcera como tú y ayuda decir que tengo una amiga preciosa.

Río de nuevo y tengo una enorme nostalgia cuando abro los cajones de mi escritorio lleno de golosinas y documentos. Realmente estoy cerrando esta puerta.

—Alan ¿Puedes venir, por favor? —volteo hacia Eva y noto a Kelly entrando a su oficina. Alan de inmediato camina hacia ella y quiero comerme las uñas.

Si el caso pasa a manos de Kelly nunca me lo voy a perdonar porque habré contribuido a eso. Por favor, que el destino de Skylie no esté en las manos de Kelly, por favor.

Mientras ordeno mis cosas estoy ansiosa porque Alan regrese. La puerta se abre y Kelly sale con una enorme sonrisa, el alma me cae a los pies cuando me observa y enarca una de sus cejas de zorra mal tatuada hacia mí. Perdóname por esto, Dexter.

Dejo caer mi cabeza sobre mis brazos cruzados sobre el escritorio, fui egoísta por primera vez y le hice esto a él, quien me ayudó cuando más sola y perdida me sentí. Siento un nudo en mi garganta y respiro hondo constantemente. Quiero irme sin que me vean derramar lágrimas y no quiero llorar rímel de nuevo.

Hay movimiento al lado por lo que supongo que Alan volvió, todo es silencioso y luego su mano está en mi hombro. Sorbo mi nariz sin levantar mi rostro.

— ¿Qué tan malo es?

—No puedo decírtelo, Ela.

Maldita confidencialidad.

»Pero ¡Al diablo! Sé que el caso era importante para ti aunque nunca me dijiste de qué iba. Lo lamento.

—Yo lo lamento más.

—Sí, apuesto a que lamentas que ahora sea yo quien ayude a la súper estrella de rock.

Alzo tan rápido mi cabeza que me duele, él me está sonriendo y yo voy a abrazarlo, pero estira su mano deteniéndome.

La D no es por Dexter (BG.5 libro #4) Disponible en libreríasWhere stories live. Discover now