36. Cayendo otra vez

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La expresión de BoA se volvió cautelosa.

─Estoy un poco cansada, fue un día extenuante ─respondió a modo de excusa.

─Solo te quitaré unos minutos.

BoA sacó las llaves de su bolso y abrió la puerta.

─Está bien, pasa... pero solo unos minutos.

Ella se quitó los zapatos en la entrada y se los cambió por unas pantuflas que mantenía junto a esta. Él se quitó el saco y lo dejó en uno de los sillones, también se soltó la corbata.

─¿No estás poniéndote demasiado cómodo? ─le recriminó ella.

─Discúlpame ─se sonrojó él─, es la fuerza de la costumbre.

─Bueno, está bien ─dijo ella sentándose en uno de los sillones─. Dime lo que tienes que decir.

Él se sentó a su lado.

─Es sobre el bebé, me pediste un tiempo mientras duraban los trámites de divorcio; pero ya quiero que les contemos a mis padres.

─Claro, te entiendo... no tengo ningún problema con ello. Como tú mismo dijiste, era solo mientras nos divorciábamos. ¿Quieres algo de beber? ─preguntó de camino a la cocina─. Aún hay cerveza en el refrigerador, eran tuyas.

─¿En serio? una no me vendría mal.

Yunho siguió a su ex mujer con la mirada, esta tomó un tazón y lo llenó de fresas. Hizo un mueca cuando una de las fresas calló en el mostrador y luego de rodar fue a dar al piso. Hacia tanto que no tenía sexo, que ese simple movimiento de sus labios se le hizo ridículamente erótico. Jayden tenía razón, mantener la abstinencia no era fácil para un hombre como él, que siempre fue sexualmente activo. Pero no quería hacerlo con cualquier mujer, sino con ella, con la suya. No importaba que ante la ley no lo fuera más, para él BoA seguía siendo su mujer.

Ajena a los pensamientos que se desarrollaban en la mente de su ex marido, BoA le entregó un par de cervezas. Yunho abrió una de las latas y se bebió la mitad casi de un sorbo.

─¡Vaya que te hacía falta! ─se sorprendió ella.

─Un poco ─sonrió Yunho.

─Ya veo... bueno, respecto a lo que dices ─dijo recostándose nuevamente en el sillón─. Me parece justo que tus padres lo sepan. No quise que lo supieran antes, para que no lo usaran como un arma con la cual chantajearme para evitar el divorcio.

─No creo que mis padres hubieran hecho eso, pero respeté tu decisión.

Ella se llevó una fresa a la boca y se la devoró con lentitud, y aunque no había sido la intención, aquello resultó eróticamente tentador para Yunho.

─Deja de mirarme así ─le recriminó ella enseguida.

─Lo siento ─se disculpó Yunho riendo─, pero fue realmente erótico.

─Por favor, estoy embarazada, no hay nada erótico o sensual en mí.

─¿Quién dice que una embarazada no puede ser sensual? A mí me lo pareces.

Ella esquivó su mirada para que él no leyera en sus ojos, lo bien que se había sentido al escucharle decir aquello.

─No te he dado las gracias por lo que hiciste en la habitación del bebé ─desvió la conversación adrede─. Me gustó como acomodaste los muebles, mi idea era diferente; pero decidí dejarlo todo igual. Gracias, me gustó mucho.

─Me alegra que te haya gustado, solo quería hacer algo para nuestra hija.

Él sonrió, era increíble como ahora que estaban divorciados se llevaban mejor. Había escuchado que a otras parejas les pasaba igual e incluso con el tiempo volvían a casarse. Realmente deseaba que eso les pasase a ellos.

Fantasías EróticasWhere stories live. Discover now