El Vestido Azul

El Vestido Azul (Sueño)

Comienzo en un espacio abierto, parece un barrio privado, pero tiene aspecto de estar abandonado o escasamente habitado, aunque abunda vegetación. Me miro y comienzo a levitar unos pocos centímetros del suelo, mi cuerpo está en posición vertical, estoy usando mis manos abiertas en dirección al suelo. Intento ejercer una fuerza que me permita mantenerme en el aire y lo logro. Vuelvo al suelo, pero la sensación fue grandiosa y por la emoción decido volver a intentarlo, coloco mis manos abiertas apuntando al suelo y me esfuerzo por intentarlo de nuevo, esta vez fue más fácil que la anterior. Durante un breve instante tuve la sensación de vértigo, creí que no podría mantener el equilibrio, que me iba a caer de espaldas, pero la sensación desaparece por coraje, no quiero caer al suelo. Me animo a más, ahora necesito elevarme unos metros, pero se que no es lo mismo estar levitando a medio metro que a unos veinte o treinta, entonces me preparo, no sólo uso mis manos, esta vez inclino mi pecho y mantengo mis piernas verticales, ejerzo una fuerza con mis manos y la mayor parte con mi pecho, se siente como si una energía invisible emana de mi esternón y me eleva más, ahora alcancé unos quince metros. El siguiente paso era moverme y me dije "¿Para que levitar solamente sin poder ir a ningún lado? Eso no es útil." Entonces la situación se complica, para avanzar y mantenerme alto necesito ejercer fuerza con mis manos, fuerza con mi pecho y una fuerza hacia atrás con mi espalda, trato unos segundos hasta que da resultado, avanzo unos cuantos metros, vuelo sobre el techo de una casa y por encima de una medianera. Rápidamente mi cuerpo se cansa, esta vez estoy haciendo un esfuerzo mucho mayor que antes, así es que bajo a descansar de mi práctica, aterrizo en el patio trasero de una casa. Una niña muy bonita sale del interior de la misma. Su aspecto es agradable, tiene una cabellera larga hasta la cintura y es rubia como el oro, viste un hermoso vestido azul marino hasta los tobillos con detalles dorados bordados sobre tela blanca, calculo que su edad es de unos nueve años, su nariz es pequeña, su boca resalta un estado saludable, su piel parda y rojiza señala que ha tenido un cuidado muy especial de parte de sus padres. Su mirada paraliza con su ternura, me esquiva con sus ojos de a ratos para concentrarse en sus tareas.

- ¿Vos también sabés volar? – Pregunta la niña, a lo que yo contesto con un Si, mirándola con extrañeza y curiosidad.

- Volemos – Dice ella con confianza. Yo sin decir una palabra la acompaño en su vuelo, volamos durante unos pocos minutos, lado a lado, separados por unos metros. Luego ella vuelve al patio, tiene urgencia de entrar a la casa, aparentemente tiene tareas pendientes, me dice que nos volvamos a ver en un rato.

Me siento en un rincón a esperarla pero a los pocos minutos me incorporo, entonces con mi nueva habilidad salgo de ese pequeño patio pensando en volver antes de que ella comience a extrañarme... y la verdad es que yo ya lo estoy haciendo.

Busco con qué distraerme y desciendo a la vereda del barrio. Aunque esté poco habitado todavía se ve por toda la calle fachadas bien cuidadas, pasto crecido y árboles sanos, esta calle no ha sido totalmente abandonada. Uso mi tiempo hablando con algunos adolescentes del lugar, platicando un poco sobre mi habilidad de volar pero ninguno de ellos cree que la tenga y eso me desilusiona un poco, tal vez si ellos se animan a creer que lo puedo hacer también lo intentarían. Ver que se ríen me quita el ánimo de volar de nuevo, ni si quiera quiero mostrarles lo que puedo hacer, así es que salgo de ahí caminando y me dirijo de nuevo a la casa de la chica de vestido azul. "Aquí tengo una buena amiga" pienso. La busco en la entrada, llamo a su puerta pero no sale, comienzo a extrañarla más y más, vuelo al patio trasero, contemplo cada rincón y no aparece, insisto en quedarme, pasan minutos, todo sigue tranquilo. En ese momento un pensamiento cruza por mi cabeza... "¿Para qué volar si no tengo con quién?"... Me despierto.