44. ¡El primer movimiento! ¿Nuestra ciudad está en peligro?

35 3 3
                                    

— Casa de los Madroño, 2:10 AM —

Aunque Pablo y Bearmon ya apenas podían caber juntos en la cama, la costumbre era la costumbre. Además, aunque su compañero no quería reconocerlo, para él por la noche Bearmon era como un peluche gigante, y ciertamente le ayudaba a conciliar el sueño, especialmente durante el invierno.

Sin embargo, algunas noches ocurría lo contrario. Desde que volvió del ESI, el Digimon osezno tenía pesadillas constantes, y se movía muy a menudo. Esta era una de esas noches, una en la que ciertos recuerdos se agolpaban en su memoria, deseando salir.

"Apártate de mí, despreciable engendro."

"No seas tan cortante. Tal vez pueda llevarte a aquello que buscas, ángel caído. Sólo lo estás haciendo más difícil. Verás, no pude evitar ver tu desesperación hacia ese penoso castigo que te han impuesto. Es francamente deprimente. Pero tú sabes que quienes te han ajusticiado no tienen la razón absoluta."

"No me encandiles, criatura del averno. Yo no soy como ninguno de vosotros, y no me interesa lo que tengas que ofrecerme... Pero dime, ¿qué puede ofrecerme un retorcido dragón como tú?"

"Lo has perdido, ¿no es cierto? Parte de tu poder. Tu Puerta del Destino ya no puede sacarte de aquí. Te han inutilizado, eres una amenaza en tu antiguo hogar."

"Escucha, serpiente inmunda. Conozco a los viles como tú. Os aprovecháis de cosas que son verdad, y las retorcéis para convertirlas en engaño. Puede que mi juicio sea incorrecto, pero no por ello pienso colaborar con las fuerzas del mal."

"Para ellos tú ya eres parte de las fuerzas del mal, como dices. No voy a negar que nuestras visiones de un mundo ideal son probablemente antagónicas, pero sí es cierto que puedo hacer algo por ti, y tú por mí. Te propongo una partida de ajedrez. Yo, contra cualquier ser al que estés sirviendo."

"JA. ¿Tanta es tu soberbia, que te comparas con la Justicia y el Orden personificados? Debes de estar delirando. No puedes abatir a alguien perfecto en todos los sentidos."

"Bueno, en ese caso llevas ventaja, ¿no? Después de todo, no tengo más remedio que perder. Vamos a ayudarnos el uno al otro. Tú te unes a mi ejército y me sirves de espía para mis enemigos, y a cambio yo te brindo la libertad. Podrás volver a la superficie del mundo digital y demostrar que sigues siendo puro y santo. Incluso te permitiré que me traiciones si lo deseas. No ejerceré sobre ti ningún tipo de maleficio ni influencia como con mis otros esbirros. Serás total y completamente libre."

"¿Así de sencillo? ¿Me liberas... y yo finjo ayudarte como espía doble? Porque sabes que no trabajaré para ti. Y lo digo abiertamente. No necesito de engaños. Los engaños son el camino de la oscuridad."

"Obviamente, si me abandonas antes de que conquiste a mis enemigos, mi ejército se volverá contra ti, pero no seré yo quien les ordene tu muerte. Eso sí, podrás avisar a los otros ángeles que viven en la superficie para que se organicen contra mí. Habrás muerto como un mártir, defendiendo a los tuyos a pesar de ser incorrectamente juzgado. Creo que es un trato bastante equilibrado."

"No haré nada de esto porque me considere más sensato que mi Señor, mas porque considero que aún puedo servirle como es debido. Aceptaré tu partida a regañadientes, sucia culebra, pero has de saber que estáis condenados a perder. En el lado del mal no tenéis ningún Rey. Y el nuestro conoce cómo actuáis los infieles."

"Yo soy un libro abierto. Tengo contactos afuera que me darán la libertad muy pronto. ¿Podré compartirla contigo, MagnaAngemon?"

"Sea pues, vil Gigadramon. Que gane el mejor."

"Así sea."

El oso abrió los ojos de repente, intentando situarse, y su respiración se calmó al comprobar que seguía en la habitación de Pablo. Una vez más, la conversación que había presenciado en el área oscura se desvanecía de su memoria nada más despertarse, como un sueño sin sentido.

Digimon Extend Temporada 3Where stories live. Discover now