¡Esta es la guerra!

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-        ¡Dámelo! – gritó. Para irritación suya, las palabras y el dibujo desaparecieron cuando él tomó el gran libro. Emitió un gruñido, y me dijo:

-        ¿Cómo hiciste para… cómo lo… estás jugando conmigo? – sus palabras retumbaban en la cueva. Me encogí de hombros. Furioso, se tiró encima de mí. Sam me pasó mi cuchillo, y lo mantuve en frente a él.

-        Un paso más, y te apuñalo. – sonrió, con sorna.

-        ¿No sabías, pequeña estúpida, que no me matará? Se necesita un poderoso objeto, si quieres matarme. – Entonces, lo recordé. Miré de reojo a las sirenas. Sin previo aviso, fui directamente hacia el estanque, haciéndome paso entre la multitud. Conté hasta tres, y me tiré de cabeza.

Al principio, no pude respirar. El agua estaba muy fría, y las algas se me quedaban pegadas. Abrí los ojos. Una sirena se me apareció de repente, asustándome. Emitió un chillido espantoso, y nadé hacia un lugar en dónde brillaba algo. Me quedaba sin aire… pero por lo menos, lo había intentado… ya no podía más… el agua se filtraba por mis pulmones, lo sentía… sentí un suave aleteo justo cerca de mí… cerré los ojos, preparada para sumirme en un sueño profundo ininterrumpido… moriría, lo sabía…

Abrí los ojos, y tomé una bocanada de aire en… el agua. Sí, allí estaba yo, respirando en el agua. Miré hacia mi derecha, y vi que una sirena me sonreía, parecía aliviada. Sus dientes eran espantosos, por no mencionar que tenía el pelo verde manzana, ojos del mismo color, y piel escamosa. Su cuerpo era mitad de sirena, mitad humana, pero estaba recubierto por escamas, y era toda verde. Señaló hacia el lugar en dónde yo quería ir desde un principio, y se fue en esa dirección. Una sirena quiso cortarle el paso, pero la sirena que me acompañaba emitió un ruido ensordecedor. Me tapé los oídos con los dedos. Se dio vuelta, asintió, y me acercó unas algas y señaló mis oídos. No muy segura de lo que hacía, me puse en mis oídos, tapándolos. Hice bien.

Ni bien llegamos al lugar, miles de sirenas emitían gritos ensordecedores. Hice un amago de apartarlas con mi cuchillo, pero la sirena que me acompañaba, gritó y negó frenéticamente con la cabeza.

-        No las mates, lo usarán en tu contra. Creerán que vienes aquí para terminar con la raza sirenia, y no te darán el objeto. – Me dijo todo esto en perfecto español, en un susurro medio gritado. Asentí con la cabeza, y nadé hacia el lugar en donde estaba la luz.

De repente, me acordé de lo que me había dicho Noah: “Se necesita el gladio, que es una especie de espada con poderes sobrenaturales forjado por duendes y hechizado por sirenas. El problema es que el gladio se encuentra escondido debajo de una roca en el fondo del mar, muy lejos de donde estamos.”

Me puse en frente a la sirena y le dije:

-        Gladio. – Mi voz sonó algo amortiguada, pero ella asintió. Suspiré, dejando un torrente de burbujas, aliviada. - ¿Cómo lo trajeron hacia aquí? – negó con la cabeza.

-        ¡No hay tiempo! Ve, Harley. Tú puedes.

Nadé hacia donde había unas rocas, y levanté con cierto esfuerzo una de ellas. Resoplé, y la tiré. Agarré la espada, que emitía un brillo cegador, y me dispuse a dar vuelta. Otra sirena me preguntó, en un susurro como la otra sirena:

-        ¿Qué diablos haces, humana?

-        ¡Soy Harleton, hija de Amy Lynn y Jeremiah Lightwood! ¡Necesito esta espada! ¡Es una emergencia! – grité.

-        ¿La usarás para combatir a Marcus?

-        ¡Sí!

-        Te dejaremos ir, si la devuelves – Asentí frenéticamente con la cabeza.

-        ¡Sí, lo haré! ¡Gracias!

Antes de emerger, temía que las sirenas me mataran a mordiscos, ya que hechizaban a hombres para ahogarlos y matarlos. Sin embargo, no lo hicieron. Fui hacia donde estaba la sirena, y le pregunté:

-        ¿Cómo es tu nombre?

-        ¡Aisha!

-        Te la devolveré, te lo prometo – dije, señalando a la espada. Asintió.

-        Buena suerte, Harleton.

Luego de unos minutos, emergí con la espada en alto. Marcus me miró, estupefacto, y muchos lanzaron gritos de admiración. Sam soltó un suspiro aliviado, Ashley empezó a llorar mientras Luke la abrazaba, y mi familia parecía muy aliviada. Sam me miró, y me sonrió. Salí del agua, y toda mi familia, incluyendo a Sam, Luke y Ashley, me abrazaron.

I. Moonlight Shadow (editando 2023)Where stories live. Discover now