Capítulo Diecisés

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»Es difícil darle solución a un problema cuando crees que es de tu maldito lado, pero cuando va en dos direcciones ¿Cómo mierda lo ignoras?

Todo lo que hago es observarlo sintiendo que estoy soñando y en algún momento despertaré de este loco sueño que me tiene con los nervios de punta y el corazón acelerado.

—Creo que deberías pellizcarme—anuncio.

— ¿Qué mierda?

—Para despertar—aclaro.

—Estás despierta.

—No, en la vida real esto no pasaría. En la vida real todo sería más fácil, yo haría mi trabajo, tú me tratarías normal y todo listo.

—Esta es la vida real.

— ¿Seguro?

Por un momento me observa extrañado como si yo misma lo he hecho dudar, frunce el ceño y luego con una rapidez que me impresiona, baja su rostro al mío y muerde mi labio inferior haciéndome jadear de sorpresa. Sus dientes presionan sobre la carne de mi labio inferior antes de lamerlo, calmando el picor, y alejarse.

—No iba a pellizcarte, pero eso bien tuvo que servir como maldita prueba de que estamos despiertos ¡Y mierda! Quiero morderte otra vez. No lo entiendo, Juls dijo que esto pasaría, me lo dijo.

— ¿Tu exnovia te lo dijo?

—Mi corazón no está malditamente roto, mi polla no está muerta y no estoy jodidamente atado. Mierda, mierda ¡Qué maldita locura!

Estoy impactada de su delirio y en parte de que me mordió el labio ¿Cómo hicimos este cambio de conversación?

»Soy terco, Elanese e impulsivo con mis decisiones ¿Sabes lo que significa eso?

— ¿Qué tienes un carácter peculiar? —intento, ríe y sacude la cabeza. Luego su mano toma una de las mías y acaricia mis nudillos con sus dedos sin dejar de verme.

—No. Que jodidamente me gustas y no quiero detenerlo, entonces soy terco y nunca he sabido cómo darme por vencido. Al menos que me digas que esto realmente es jodidamente profesional, que sueno como un acosador y que no te gusto, entonces no puedo frenarme.

— ¿Esto es como una advertencia o algo así? Porque esos son problemas. Muchos problemas.

—Estamos en jodidos problemas, lo bueno es que es un problema donde estamos los dos.

Estoy desarrollando está molesta costumbre de contener la respiración a su alrededor lo cual seguramente un día de esto terminará por matarme por falta de oxígeno. Nos vemos fijamente y puedo ver los bloques de voluntad comenzar a desmoronarse frente a mí.

Mi resistencia, mis excusas, reservas y demás, están cayendo una por una frente a nosotros. ¿Cómo es que haciendo algo que se tilda de incorrecto lo sienta tan bien y, en parte, correcto? Es una locura. Su celular suena rompiendo nuestras miradas fijas en los ojos del otro.

—Tiene que ser jodidamente importante lo que sea que vayas a decirme, Ethan... ¿Qué? ¿Ya? ¡Mierda! ¿En qué momento se hizo tan tarde? Voy, voy...Ni puta idea de Andrew. Llegó en veinte, entretenlo. Sí, sí.

Finaliza la llamada y cierra sus ojos con fuerza. Se pone de pie y en consecuencia yo también lo hago. Meto las manos en los bolsillos delanteros de mi suéter.

—Debo irme, hay un blogger que va a entrevistarnos y vernos ensayar. Es una cosa jodidamente divertida y luego debo ir por Sky a la escuela.

—Está bien.

—Puedo acercarte a tu trabajo.

—Gracias, pero no tengo que ir y esperaré a Leslie.

—Bien.

La D no es por Dexter (BG.5 libro #4)Where stories live. Discover now