Ella no va a traicionarles.

- Confío en ti – le asegura provocando cierta sorpresa en sus aliados y una enorme sonrisa en el rostro de la chica.

No le ha defraudado.

Desde que llegó al castillo se ha percatado de que Rune es un joven muy observador e inteligente, ella misma se ha asegurado de que vea aquello que ella quiere que vea, le ha mostrado su lado más leal y más maduro, le ha mostrado la delicadeza de su persona y también lo fuerte que puede ser en su interior.

No ha sido una inepta, todas las palabras y todas las acciones que ha realizado durante su estadía en Deinn tienen un significado, un significado muy claro.

Se ha asegurado de agradarle al rey, de llevarle hasta su límite para conocer hasta dónde puede llegar, y de conocer su lado más bueno para saber cuan dispuesto está en ayudar a los que necesitan ayuda.

No le ha manipulado, en ningún momento lo hizo, únicamente pensó bien los pasos que iba a seguir para conseguir lo que ella deseaba y lo cierto es que él puso mucho de su parte, también le agradó a Olympia, siente que puede confiar en él.

Y aunque haya dicho todo aquello que el rey quiere oír, en ningún momento se ha planteado traicionarlos después de que la ayudasen, solo quería adelantar el proceso de convencerlos para, cuanto antes, salvar su reino.

- Gracias – la sonrisa que muestra Olympia agita el pecho del joven, es una de sus verdaderas sonrisas, las cuales él quiere mirar, incapaz de sentirse cansado de ellas – como iba diciendo, puedo seguir con el segundo paso del plan.

- ¿En qué consiste? – pregunta Rune aun intrigado.

Alexander alza una ceja algo irritado por lo que está viendo.

Jamás había visto a Olympia tan relajada y sonriente frente a un chico, el cual ha producido esa sonrisa, hasta ahora solo habían sido capaces Daymon y él mismo. Trata de no sentir celos, puesto que lo que han ido a hacer allí es más importante que eso, pero no puede evitar sentirse rechazado por las miradas que se dan entre ellos

Daymon se da cuenta de ello y coloca una mano sobre su hombro para mostrarle apoyo, aunque si tuviese que elegir entre ver a su amiga con Alexander o verla con Rune, no se pondría de parte de ninguno, sino de ella. Él estaría de acuerdo con lo que sea que ella decida.

- El reino de Peirl está divido en dos desde que reinaba mi bisabuelo – explica logrando que sus amigos se tensen, algo les hace saber que va a decir – y Eitan se ha encargado de agrandar esa división. Empezaremos por ahí, uniendo el reino.

- ¡¿Vas a involucrarte con salvajes?! – exclama Alexander totalmente sorprendido.

Sabía lo que la chica sentía y pensaba acerca de los salvajes y siempre lo respetó, él mismo consideró que no hay que darles caza puesto que siguen siendo seres humanos y son del mismo reino. Sin embargo, reconoce que es una decisión arriesgada, llevan en guerra constante desde que su bisabuelo reinaba y ella es una de sus descendientes, es una locura y lo más arriesgado que alguna vez ha planeado.

Entre los tres, Alexander es el de las estrategias e ideas un poco fuera de la realidad y Olympia siempre ha sido quien le regresaba los pies a la tierra, pero ahora es ella quien se aleja de la realidad y ambos saben que, incluso negándose a ayudarla, no la harán pisar de nuevo la tierra.

La determinación de la chica a llevar algo a cabo, es superior a lo que todos puedan creer. Ella confía en sí misma, si pone sus ojos en algo es porque sabe que lo va a lograr, y porque no dejará de luchar hasta conseguirlo.

Lucha de coronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora