Y aquellas ganas enormes de saltar al saber que había pasado la prueba.

El sentimiento orgulloso de graduarse junto a su adorada rubia.

El festejo de sus tres años de relación y el sabor amargo en su boca al probar vino por primera vez, claro con aquella cena casera que la rubia había preparado.

Sus lágrimas de felicidad al aceptar la propuesta de vivir bajo el mismo techo que su amada. Sus emociones al buscar un departamento adecuado y su alivio por haber encontrado uno más que perfecto.

El pequeño dolor corporal después de la mudanza y el sueño profundo de aquella noche junto a la pecosa.

Su triunfo al entrar en aquella escuela de biología y continuar su carrera.

Sus caras de insatisfacción al sentir el olor amargo del uniforme de robótica de su novia.

La sensación de satisfacción al saber que ambas habían terminado sus estudios.

Y la desesperación al no encontrar empleo.

Los dedos finos de su novia acariciando su cabellera cuando lloraba porque a casi medio año ella aún no contaba con un empleó.

La melancolía que sentía al ver llegar a casa, casi muerta por el cansancio a esa rubia pecosa y su propia decepción al dejarle los gastos a ella.

El susto que le dio a la pecosa al entrar a casa con la energía al cielo anunciando que por fin había conseguido empleó.

Recuerda aquella cena junto a su novia celebrando sus veinticinco años y la sorpresa al ver a la rubia de rodillas ante sí, formulando aquella pregunta "¿Te casarias conmigo?".

El cómo ambas terminaron el el suelo de aquel restaurante después de que se lanzará a la rubia en un abrazo pronunciando "Si, claro que si " infinidad de veces.

Y como a ambas les importaba un carajo los comensales en ese momento.

El dilema al escoger su vestido de novia y el cómo su hermana le mostraba cientos y cientos de modelos.

La diversión al escoger el menú y la decoración junto a la rubia.

La sensación del brazo de su padre y el caminar hacia el altar.

El sonrojo al ver a la rubia tan atractiva entre ese traje negro, tan galante .

La seguridad al decir sus votos y el pequeño frío de aquel anillo de oro entre su dedo.

La sensación de los labios suaves que había besado infinidad de veces, pero que estaba segura de que era algo que jamás dejaría de hacer.

El sonido de los aplausos entrando por sus canales auditivos.

El tranquilo baile de bodas.

Sus sonrisas al cortar el gran pastel.

Y los deseos de felicidad que provenían de sus familiares y amigos.

Su noche de bodas.

La sensación de amor y placer de ambas al entregarse por primera vez, sabiendo que lo único que necesitarán en sus vidas es tenerse la una a la otra.

Before my last breathTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang