II: Olvidemos lo que pasó... o no.

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Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Yo únicamente juego con los personajes que Jo nos regaló. La historia es de mi muy triste y retorcida (poco creativa) imaginación.

Disfruten de la lectura como lo he hecho yo escribiendo...

El beso curioso

Capítulo II: Olvidemos lo que pasó o... no.

Hermione se vistió con rapidez, con las mejillas sonrojadas y con la culpa hirviéndole todo el cuerpo. No miró a los ojos de su amigo en ningún momento. Buscaba su pantie por todo el lugar cuando él se la tendió. Las mejillas de la castaña se tornaron aún más rojas de ser posible.

—Dime que no hemos destruido nuestra amistad—imploró Harry, alejando su pantie de la castaña hasta que le respondiera y mirara a los ojos.

—No—aceptó insegura—pero hemos...

Harry negó con la cabeza.

—Nada pasó aquí, Hermione. Olvidémoslo.

Ella asintió ante la mirada necesitada de su mejor amigo.

—Pero creo que lo mejor sería no vernos por unos días.

Eso le sacudió el mundo. ¿Estar sin ella? En la mente de Harry todo había tomado un panorama completamente diferente al que tenía esa mañana cuando se levantó para ir al trabajo. ¿Cómo podía ella insinuar que no se verían? ¿Estaba loca? Pero por supuesto que no lo estaba... como siempre, era la voz de la razón, de la sensatez y de lo que es correcto. La odió por ello. Sin embargo, verla despeinada, con las mejillas coloradas y a medio vestir aumentó sus ganas de tenerla en sus brazos aunque sea una vez más.

—Podríamos pasar el fin de semana juntos—inquirió con voz inocente, aferrándose a lo que sea para que ella aceptara.

Hermione lo miró con ojos envenenados.

—Aceptemos el hecho de que hemos tenido química en el sexo, —rodó los ojos como si nada—no significa que vayamos a dejar a nuestras parejas, —dijo tomándola por los hombros—¿Acaso quieres pasarte un fin de semana sola? ¿Otra vez?

Hermione se mordió el labio. No quería estar sola, pero tampoco le encantaba la idea de engañar a su marido con su mejor amigo. Estaba en una encrucijada.

—Sé lo que piensas, pero no tenemos por qué preocuparnos de nada de esto hasta el lunes. —la tomó del cuello, masajeando luego sus hombros y mirándola con segundas intenciones.

—¿Qué rayos te pasa? —preguntó ella mirándolo casi con aberración, pero odiándose así misma porque sabía en el fondo que estaba igual que él.

—Creo que si no nos quitamos todas estas ganas que tenemos ahora que podamos luego no podremos, y será más complicado.

Hermione lo miró enojada. Enojada porque era retorcido lo que decía, porque encontraba lógica a sus palabras y porque moría por repetir lo que acababa de pasar.

—No te vayas—pidió mientras se acercaba a sus labios—No me dejes esta noche. Si quieres no hacemos nada, pero, por favor...

Hermione suspiró, rendida ante sus peticiones. Ella tampoco quería estar sola. Estaba harta de estar sola.

Liberando deseosWhere stories live. Discover now