❥Nunca más『Yui Komori』✿Mom#2✿

❥Nunca más.

—Shh... Shh... —intentaba calmar los llantos de su pequeña de 5 años dándole palmadas en la espalda mientras se hamacaba, ambas se encontraban en la cama que Yui compartía con Laito, pero el último no se encontraba presente—. Ya... Tranquila Miyu... Ya pasó...

—M–Mis tíos otra vez m–me molestaron —sollozaba, aumentó su llanto al proseguir—: d–dijeron que mi papá no quería que nazca... Q–Que solo fui un error. —Hizo una pausa y respiró hondo, tenía pánico de decir aquello—. Y que n–ni tú me quieres...

—No, mí corazón. —La atrajo con más firmeza hacia su pecho—. Mi vida, es mentira, ¿Cómo mamá no te va a querer? No te quiero, te amo: eres la única luz que ilumina mí camino. No debes escucharlos, nunca fuiste un error para mí: eres lo mejor que me ha pasado.

—P–pero por mí no terminaste la escuela...

—No fue solo por ti —le sonrió la joven de 22 años—, si Ayato te dijo eso fue para molestarte. Tu papá ya me venía insistiendo unos meses antes que dejara el colegio, cuando quedé embarazada de ti lo vió como una buena oportunidad para que lo haga y me obligó a dejarlo. De una forma u otra lo hubiera dejado por insistencia de él, me quedaba un año todavía de insistencia de su parte. Él decía que podría tener todas las comodidades que yo quisiera y etc, pero la verdad sólo me sentí dependiente a él; así que si me hubiera dejado habría usado hasta el último mes antes de darte a luz para asistir... No te persigas más con eso, por favor.

—¿Enserio? ¿Asi que no fue por mí?

—No, dulzura —le sonrió limpiando las lágrimas de los ojos, le hizo un gesto para que acerque su oído—, ¿Y te cuento un secreto? Hace unos meses mamá habló con el tío Reiji y él la ayudó a rendir los exámenes que le faltaban, asíque en estos días debería llegar el certificado de que terminé el instituto.

—¿Y papá lo sabe? —susurró.

—No, y tampoco debe saberlo, ni él ni sus hermanos —afirmó—. Es un secreto entre tu tío Reiji, tú y yo, ¿Si? Así que cuando Ayato te moleste no le digas nada y dale la razón, eso hará que se aburra y se vaya.

—De acuerdo. —Hizo un gesto con sus manos dando a entender que sellaba su boca.

—Ahora ve yendo a bañarte, te buscaré un poco de ropa y te alcanzaré.

—Está bien —de un brinco saltó hacia el suelo y emocionada salió del cuarto, ¡Que feliz que estaba!

Yui sonriendo se levantó de la cama para acercarse hacia la la cajonera que había allí y de la misma sacó una toalla color blanca con flores, específicamente de su hija.

—Ya te dije que no quiero que esa mocosa entre a nuestro cuarto —habló una voz seria, perdiendo su toque cantarín.

—Por favor no le digas así a tu hija. —Frunció el ceño Yui.

—Deja de insistir, tú decidiste parirla, yo no tengo nada que ver con ella. —Se acercó a buscar su sombrero y tomarlo—. No quiero que vuelva entrar, ahora el cuarto apesta a ella.

—Deja de ser tan despec– —pero no pudo finalizar las palabras que deseaba escupir por escuchar que desesperada era llamada.

—¡Mamá! ¡Mamá! —gritaba a la lejanía entre llantos—. ¡A-Ayudame, mamá!

—Callate mocosa —escuchó que la silenciaba Ayato, el pánico corrió por sus venas.

—¡Miyu! —se sobresaltó la mayor, olvidándose que tenía a Laito en frente suyo, corrió hacia la puerta; pero el nombrado se interpuso en su camino apoyándose en la estructura de madera—. Quítate, Laito.