Hey colega, ¿cómo estás? - le saludo Arturo ayudandole a incorporarse.

Bien solo un poco mareado. ¿Qué ha pasado?

Te has desmallado por el humo pero hemos conseguido apagar el fuego. - Por la manera de Arturo de mentir a su amigo Carlota supuso que no sabía nada. Se escucharon unos ruidos fuera así que empezaron a gritar pidiendo ayuda. Aparecieron el profesor de educación física que había ido a buscarles al ver que tardaban mucho y el conserje porque había saltado la alarma de incendios. Salieron de la habitación y el profesor y el conserje se llevaron a Miguel. Carlota iba a acompañarlo pero Arturo, después de decirle algo al profesor la retuvo del brazo y le dijo:

Tenemos que hablar. Ven, esto no es seguro. - Ambos se dirigieron hacía la parte de atrás del gimnasio un lugar donde raramente iban los chicos o los profesores. Se sentaron en un saliente de un muro y Arturo comprobó que nadie estuviera cerca y tras eso dijo:

A ver, ¿qué sabes exactamente de todo esto?

Sé que hay otro mundo mágico en el que viven magos y brujas que hacen cosas extraordinarias con sus varitas y en el que hay animales fantásticos.

Dios. Para ser una maga de 16 años sabes muy poco de tu mundo. - Dijo Arturo sorprendido.

Para haberme enterado hoy de que existía mucho sé. - Añadió Carlota y cuando iba a continuar se percató de que el profesor de e.f. Se dirigía hacía ellos.

¿Qué ha pasado? - dijo el profesor.

Nada papá. Conseguimos apagar el fuego y estamos bien.

¿Papá? - Preguntó Carlota con claro asombro.

A sí. No te lo había dicho pero el profe es mi padre.

Encantado, soy el Sr. Thompson el profesor de e.f. - Saludó mientras le extendía la mano a Carlota.

Encantada, yo soy Carlota - Dijo esta tomándosela.

Bueno, ¿y cual es ese problema tan grave hijo?

Este es el problema. - Dijo señalando a Carlota que no se lo tomó mal. - Es bruja papá.

Que alegría pensaba que eramos los únicos del barrio. ¿Qué malo hay en eso?

Que no lo sabía. No tiene ni idea de hacer magia ni de el mundo de los magos. ¡Hasta a usado magia delante de Miguel!

¿Cómo es posible que Hogwarts haya olvidado a una alumna? Llamaré para preguntar y tú jovencita lo primero que debes saber es que no podemos usar magia delante de los muggles si nos descubrieran sería algo fatal para los magos, ¿lo entiendes? - Carlota asintió.

Papá me estaba preguntando si puedo enseñarle algo de magia a Carlota. No sabe casi ningún hechizo y ni si quiera tiene varita. - Pidió Arturo a su padre.

Lo siento Arturo pero nada de magia fuera de Hogwarts ya lo sabes. En cuanto a lo de la varita tiene arreglo. Mañana tengo que ir a Gringots y ya de paso iré al ministerio de magia y comentare tu situación y si queréis acompañarme podremos conseguirte una varita en Olivanders.

Eso sería fantástico. - dijo Carlota muy entusiasmada.

Entonces, ¿que tal si mañana te recogemos a las diez en la puerta del instituto?

Genial. - contestó Carlota.

Perfecto y yo ahora me voy a ver si Miguel recuerda algo. Te veo luego Arturo, tened cuidado. - dijo el profesor mientras se alejaba. Carlota se moría por hacerle la pregunta a Arturo así que cuando al Sr. Thompson se fue la soltó:

¿Tú eres mago?

Tercer año de Hogwarts aunque debería estar en cuarto pero me perdí un año estudiando aquí.

¿Y es verdad lo de las casas?

Sí. Yo soy Griffindor y me da en la nariz que tú también pero eso solo lo podrá decir el sombrero.

¿Y como es que estas aquí?

Mi padre trabajaba en el ministerio pero un día conoció a mi madrastra muggle y tuvimos que venirnos aquí. Al principio no me gustó la idea pero me he acabado acostumbrando aunque sigo echando de menos aquello y a mis colegas. Mi padre me ha dicho que si todo va bien podré volver a Hogwarts en septiembre cuando empiece el curso. ¿tu podrías venir?

¿A Hogwarts?

Claro. Tienes que aprender magia, ¿no?

Sería un sueño pero no se si me dejarán. Soy muy mayor.

Tonterías. Seguro que mi padre encuentra la forma de que puedas venirte conmigo. A estudiar digo.

¿Y alguno de tus amigos lo sabe?

Lo cierto es que no tengo muchos amigos aquí. Cuando era más pequeño me costaba mucho controlarlo así que mi padre decidió que no jugara con muchos niños o en sitios públicos. Solo lo sabe Valeria porque se enteró cuando eramos pequeños y nunca dijo nada así que mi padre no le borró la memoria.

¿Valeria lo sabe? Eso es fantástico. Estoy deseando contárselo.

Esta tarde he quedado con ella deberías venirte así me aseguro de que no dices más de la cuenta.

Vale.

Genial. Nos vemos en el portal de Valeria a las cinco y media.

Allí estaré.

Entonces sonó el timbre, las clases habían acabado así que se despidieron y cada uno se fue a su casa. Carlota no dejaba de preguntarse si debía contarle a sus padre todo lo ocurrido. Decidió que lo mejor sería consensuarlo con Valeria y Arturo.

CAPÍTULO 2



Las aventuras de CarlotaWhere stories live. Discover now