Capítulo 04❀. (Segunda Parte)

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Los siguientes minutos, que se vieron invadidos por el silencio, le dieron el tiempo necesario a Louis de ordenar su mente, sus pensamientos y limpiar todas las telarañas que comenzaba a suscitarse.

—Llegamos. — El alfa aparcó el auto, se quitó el cinturón de seguridad y recargo su espalda en el asiento.

—Qué rápido. —vio al alfa asentir. Imito sus acciones y respiro, tratando de tranquilizarse, pero lo vio moverse y sus manos pronto fueron hacia la puerta para abrirla. Las manos temblorosas del omega fueron hasta las del alfa, como imanes, como si algo tirara de su ser y lo obligara a tocarlo, a sentirlo.

—Espera.

Ante aquel duelo de miradas sus lobos trataban de encontrarse, Louis mostró un lado dulce, que, para el alfa, fue la mejor cara de la luna.

—¿Sucede algo?

Louis volteó a los lados, mirando por las ventanas, alejando los pensamientos y centrándose en la realidad. No había nadie. No había cámaras, ni luces, y aseguraba que las personas que estaban ahí poco les podía llegar a importar con quién estuviera.

—Nada. — mordió su labio inferior. Rompió la cercanía de sus manos y se dio cuenta de que la radio estaba prendida. Durante el camino había ignorado muchas cosas. Estaba demasiado abrumado. —Es, es solo que está, es mi canción favorita.

Harry elevó las cejas y subió la radio, miró las mejillas sonrojadas de Louis y se cruzó de brazos.

Happy.

¿En serio? Maldición ¿No pudo inventarse algo mejor?

—Me di cuenta de que para ser feliz — Harry comenzó a cantar —, tal vez necesito algo de compañía.

Louis cerró los ojos y se dejó llevar por su voz.

Sonrió.

—Así que ahora lo sabes, — interrumpió, desafinado. —lo sabes todo.

—Que he estado desesperadamente solo. —sus miradas se encontraron. Ambos sonrieron, divertidos.

Aunque aquella canción les dolía a ambos sin saberlo.

—He encontrado al indicado para mí.

Pero de alguna manera, el término haciendo feliz.

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Louis no le dio la oportunidad a Harry de que le abriera la puerta. Bajó del auto cuando la canción terminó, lo más rápido que le fue posible.

Estar dentro del auto, solo con el alfa, ante aquella mirada y sonrisa diabólicamente tierna, se había vuelto una amenaza.

—Es un lugar muy lindo. — dijo cuándo el alfa se puso tras él.

Tenía una fachada rústica; por fuera era una gran cabaña de madera roja, vieja, que le daba una vista agradable. A su alrededor había árboles y alguno que otro rosal, pero lo que más le llamó la atención, fueron las pequeñas cabañas que estaban a su alrededor, estaban rodeadas por un lago y pequeños patos nadaban, jugando en círculos sobre el sitio.

Sintió la mano del alfa en su cintura y se apartó. Lo miro y maldijo por lo bajo. No lo hizo con la intención de rechazarlo, pero le incomodaba que la gente lo tocara y le era inevitable, también, Harry era un «desconocido» su espacio personal era importante y debía respetarlo.

—Lo siento. —le sonrió y lo vio asentir. —¿Podemos comer fuera? —le señaló las cabañitas del restaurante.

—Por supuesto. —le extendió de la mano y el omega accedió, pero solo lo tomo del meñique, envolviendo su dedo en él.

Doctor Styles. La Sombra Del Pasado.•S.E• ||Larry Stylinson||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora