II

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La diversión en la playa había terminado cuando el albino comenzó a quejarse por las quemaduras que ardían en sus hombros. De esa manera los cuatro regresaron al hotel, cansados y con arena en lugares que nunca imaginaron que podrían llenarse de ella.
En el lugar donde se quedaban había dos baños completos; uno dentro de la habitación donde dormían Tian y Shan, el otro se encontraba casi al lado de la cocina. Los primeros en ducharse fueron Yi y Tian, después vino el turno de Xi y Mo.
Al fin estando todos recién bañados y relajados en la sala fue que notaron del hambre que tenían.


—¡Que hambre! ¿Por qué no nos cocinas algo?
Se quejó Jian, pero solo obtuvo de respuesta el dedo del corazón de parte del pelirrojo.


—¡Que grosero! Así nunca conseguirás una novia.


—No necesito una.
Se cruzó de brazos molesto, ignorando a He que había sonreído levemente por su respuesta, después de todo, Mo no necesitaba una “novia” o algo por el estilo, para eso estaba él, en secreto, pero así era.

—Ese no es asunto nuestro
Le murmuró Xi mientras le daba un fuerte codazo en un costado recibiendo quejas del contrario.


—Simplemente pidamos algo.
Agregó Tian para evitar que molestarán aún más al pelirrojo, después de todo, no lo quería molesto cuando se vieran en la playa.


—¿Podemos hacer eso?
Preguntó el albino, emocionado por la oportunidad, el pelirrojo y Xi solamente observaban mientras fingían no tener demasiado interés. He simplemente sonrió de lado y sacó una tarjeta de crédito.


—¡Eso es genial! ¿Aunque como obtuviste…
Su pregunta se quedó en el aire al leer el nombre grabado en la tarjeta. Con rapidez tomó al más alto del brazo para alejarse un poco de los otros dos.


—¿Quién es He Cheng? ¿Acaso es robada?
Preguntaba entre murmullos, pero solo obtuvo una sonrisa de él, ese gesto le daba mala espina, pero si era robada ¿No estaría aquí la policía? Además, tenía el mismo apellido… ¿Una identidad falsa?

Gracias a que Jian se había quedado absorto en sus pensamientos, Tian pudo alejarse para regresar con los otros dos y decidir que pedirían de comer.

Tian descolgó el teléfono para hacer el pedido y tras unos minutos de espera tocaron a su puerta, fue el pelirrojo quien abrió y miró al empleado que empujaba el carrito con los utensilios de comida y una olla en medio de esta, ni siquiera quiso preguntar por las botellas de Baijiu que venían a un lado, quería tomar las cosas, pero realmente no sabía cómo debía proseguir, nunca había ido a un hotel y mucho menos pedido servicio, iba a decir algo, pero antes de cualquier cosa el mayor se acercó para agradecer y hacer a un lado al pelirrojo, dejando que el empleado al fin entrara a dejar el carrito con la comida, hizo una leve reverencia y salió tan rápido como había llegado. 


Así los cuatro comieron un platillo típico de Macao llamado “Minchi” que consiste en carne picada de cerdo y vaca, cebolla, ajo, patatas, salsa de soja y huevo frito, esta receta es de influencia Anglo—India de Hong Kong.

Una vez satisfechos fue que Tian tomó una de las botellas de licor para abrirla frente a los presentes.


—¿Qué les parece si jugamos a algo?


—¡Yo quiero jugar!
Se apresuró a responder el albino y de inmediato Mo y Xi sintieron que algo no iría del todo bien, después de todo, si esos dos se juntaban seguramente no sería para nada bueno.

Pero a pesar de la inicial negativa fueron tentados por probar aquel juego que mencionaba Tian, que supuestamente era muy jugado en lugares como Japón.


—Es el “juego del rey”, todos elegimos al azar unos palillos, los cuales tienen números y uno tiene dibujado una corona, quien lo saque será el rey.


—¿Eso es todo?
Preguntó Xi no muy interesado en aquello.


—Bueno, ya sabes lo que dicen, “la palabra del rey es ley”


—Básicamente ¿Será hacer lo que el “rey” ordene?


—¡Que listo eres pelirrojo!
Dijo con algo de burla Jian, recibiendo una mirada de desagrado por parte del aludido.


—Como sea, comencemos.
Tian tomó los palillos y los puso dentro de un vaso oscuro, así todos tomaron uno y un grito de victoria no se hizo esperar de parte del albino.


—¡Numero 2 quítate toda la ropa!
Dijo emocionado antes de recibir un puñetazo de parte de su mejor amigo, que le sujetaba del cuello de su camisa, estaba claro quien había sido el número dos.


—Ya que “algunos” no quieren cumplir las órdenes, vamos a imponer un castigo y ese será darle un trago a esto.
Mostró la botella de licor y de mala gana Xi la sujetó para darle un trago haciendo un gesto de desagrado por el ardor que había bajado por su garganta.

Los minutos se convirtieron rápidamente en dos horas y ahora todos se encontraban más relajados por las veces en que habían bebido por no cumplir algunos retos. El albino ya se encontraba con dos coletas por una de las ordenes e incluso había tenido de cambiar camisa con el pelirrojo, los mejores librados hasta ahora eran Tian y Xi.


—¡Soy el rey de nuevo!
Dijo feliz Jian antes de mirar al techo buscando algún reto que quizás ya cumplirían al estar algo bebidos.


—¡Número 1 y numero 3 deben darse un beso en los labios!
Lo había hecho como un “favor” especial a Tian, pero por la expresión del pelirrojo y de su mejor amigo supo que había errado totalmente en los números.

—No tienen que hacerlo si no quieren.
Se apresuró a decir mientras se cubría esperando uno de los característicos golpes de su compañero, pero no llegaron.

En lugar de eso, vio como el castaño se inclinaba frente a Mo, quien se había quedado de piedra al escuchar el reto y aunque una parte de él deseaba que no fuera Tian y así no descubrir su relación “secreta” no había pensado en quien quedaba para esa tarea. Así su nuca fue tomada sin mucho cuidado, sus labios chocaron con los de quien una vez fue su “enemigo” en una pelea.
Cerró los ojos por reflejo y correspondió aquel leve beso antes de que una mano sobre su pecho le empujara con fuerza, abrió los ojos un tanto sorprendido por aquella acción encontrándose con He empujándoles a ambos en dirección contraria.


Ninguno dijo nada, simplemente se acomodaron en su lugar y guardaron silencio unos segundos antes de retomar el juego. El mayor definitivamente no dejaría que aquello quedara así, sin importar si necesitaba hacer trampa para vengarse de tal cosa, no lo admitiría, pero ver a ambos besarse le había molestado tanto como a Yi quien se había arrepentido en el instante que vio de quienes se trataba.

Con discreción miró los números que le habían tocado al causante de aquel beso y su mejor amigo, sonrió malicioso mientras veía fijamente al albino.


—Numero 2 golpea al número tres.
Jian tragó saliva al ver que era el dos, pero palideció aún más al ver el número que mostraba Zhen, le suplicó con la mirada a Tian que cambiara la orden, pero en cuanto sus miradas se cruzaron, lo supo, era venganza. Alzó una de sus manos para darle una leve palmada en la mejilla al castaño.


—Ese no es un golpe de verdad.
Alegó Tian.


—Es una lástima que no especificaras.
Sin duda ahora sería él quien se vengaría y usando la misma trampa que el mayor logró saber el número de cada uno.


—Número 2 no puedes moverte ni hablar mientras beso al número tres.
He no había entendido tal orden hasta que un leve sonrojo se depositó en el pelirrojo, su pelirrojo.


—¿Por qué mierda a mí?
Se quejó al tener de nuevo el número que sería besado.


—Pero...


—Pero nada, sigue las reglas He Tian.
Dicho eso gateó hacia su “victima” que le miraba y luego desviaba su mirada a su pareja, aquello realmente comenzaba a salirse de control, sus mejillas fueron tomadas con “delicadeza” y sus labios atrapados por los del contrario, dudó un poco antes de corresponder el beso sorprendiéndose al sentir la lengua de Jian invadir su boca, pudo degustar el sabor a alcohol en ambos por la mezcla de saliva antes de que el albino fuera alejado del cabello.


—¡Agh! ¡No podías moverte Ti…
Su queja quedó en el aire al darse cuenta de que era su mejor amigo quien le había alejado, recibió una mirada molesta antes de ser soltado sin recibir una palabra del contrario.


—Mejor dejen ese tipo de retos.
Dijo Mo mientras limpiaba su boca con su antebrazo, no le había desagradado y eso le hacía preocuparse.

El juego continuó sin que se ordenaran más besos, ya habían creado suficiente “discordia” pero al menos le beneficiaba un poco a Jian, porque ahora Xi parecía no querer alejarse demasiado de él.


—Sigamos con esto
Habló de nuevo el pelirrojo buscando calmar un poco el ambiente, sacaron los palillos y por fin era su turno de ser el rey, no sabía muy bien que ordenar, pero definitivamente no serían besos ni cosas “homo”


—Soy el rey así que…
Hizo una pausa mientras intentaba pensar en algún reto, no era demasiado creativo en aquello de los retos por lo que iría a lo seguro y pedir que algún número hiciera algo humillante.

Los cuatro salieron juntos del hotel para ir a la farmacia más cercana. Dieron una vuelta por los pasillos antes de acercarse a Tian que estaba haciendo fila, cuando al fin fue su turno suspiró y miró con seriedad al encargado mientras ponía una pequeña caja sobre el mostrador.


—¿Cree que…
Dudó un poco mirando de reojo a los tres que apenas y aguantaban la risa detrás suyo.


—¿Cree que esta crema para hemorroides me sirva si follé con un caballo ayer?

La expresión de quien atendía ese lugar pasó de sorpresa a asco demasiado rápido, así como las carcajadas de sus “amigos” se escuchaban en todo el lugar, no pasó mucho antes de que He fuera sacado de la farmacia por el guardia que era llamado por el encargado, aquello si que había sido la cereza en el pastel para los que solo miraban, pero la cara de pocos amigos del mayor les mostraba que no debían seguir riendo.

Regresaron a la habitación para sacar los palillos de nuevo y ahora era Xi quien mandaba. Miró la corona dibujada en el palillo y pensó un poco, después de lo que había tenido que hacer Tian, seguramente los retos irían en aumento y no sabía si era por la espontaneidad del momento o el alcohol que corría por su sangre, pero dijo lo primero que le cruzó la mente.


—El número tres, entregue la ropa interior que trae puesta

El pelirrojo se puso de pie tan rápido como pudo y miró con el ceño fruncido al castaño, parecía el más “recto” de los cuatro y resultaba que pedía algo tan guarro.


—¡Y una mierda me quitaré la ropa interior!


—¿Por qué tan molesto, pequeño Mo?
Preguntó con evidente burla, no había caído de su cuenta la venganza, pero la disfrutaría como si fuera suya.


—¡Cállate! NO haré esa mierda.


—¿Deberíamos ayudarte entonces?
Se puso de pie Jian seguido de Tian, el pelirrojo retrocedió un paso y tragó saliva; sabía de lo que eran capaces, anteriormente no se habían detenido a retorcerle las bolas para “ajustar cuentas” por lo que sus opciones eran pocas.


—¡Bien! Lo haré, pero me las pagarán cuando sea el rey.
Sentenció mientras iba al baño, no se desnudaría frente a ellos, mucho menos con He presente, no habían llegado tan lejos como para siquiera verse sin pantalones, lo más lejos que habían llegado era a caricias y a toquetearse un poco por encima de la ropa.
Salió del baño con un bóxer amarillo en la mano antes de arrojarlo frente a los presentes que ya se encontraban hablando al no esperar que el otro saliera tan pronto del baño.


—Sigamos con este juego de mierda.
Se sentó un tanto incomodo, no era de los que acostumbraba a no traer ropa interior y aunque se sentía “libre” ahí abajo, igual era vergonzoso.


—¿Cómo sabemos que no te pusiste otros?
Preguntó con malicia el mayor y fue entonces cuando Mo se percató de su propia estupidez; Xi no había dicho que tenía que andar sin ropa interior, solo que le diera la que traía, por lo que habría podido ir a la habitación y ponerse un bóxer antes de darle el que traía anteriormente puesto.


—¡No me puse otros!


—Demuéstralo.


—Y ¿Cómo mierda hago eso?
Rápidamente se dio cuenta que aquella pregunta había sido un error total.


—Muéstranos…
El sonrojo en Shan rápidamente se hizo presente y aun con su negativa Jian comenzaba unirse a Tian con lo de pedir que mostrara. Gruñó mientras se ponía de pie de nuevo y sujetaba la orilla de su pantalón con su mano izquierda, tiró de ella bajando parte de la tela casi hasta la altura de la ingle, demostrando así que no traía ningún tipo de ropa interior, acomodó su pantalón y regresó a sentarse en su lugar mientras He buscaba disimular cierta parte de su cuerpo que había reaccionado ante tal escena.

Sacaron los palillos y era ahora el albino quien mandaba de nuevo y motivado por el reto que había hecho anteriormente Tian, optó por seguir el ejemplo del pelirrojo.



Así que ahora estaba Mo haciendo fila en el supermercado, maldiciendo en voz baja mientras sus “compañeros” se reían a su lado.


—Recuerda lo que tienes que decir.
Le murmuró Ji haciendo que el enojo fuera en aumento para el pelirrojo. Miró de nuevo lo que tenía que “comprar” y rogó mentalmente que el cajero no pensara como los otros esperaban. Al fin fue su turno e intentaba mirar a otro lado buscando hacerse el desentendido.


—Dos pepinos, unos condones y lubricante…
Decía el cajero mientras pasaba los productos por el escáner, alzó la vista interrogante hacia Shan quien se sonrojaba mientras recibía un leve codazo de parte del albino para recordarle lo que tenía que decir.


—Será… será una noche solitaria.
Dijo avergonzado mientras le daba el dinero, simplemente quería pagar y huir lo más pronto posible de aquel lugar, esperó a que le diera el cambio, pero junto con este había una nota con un número telefónico y un nombre.


—No tiene que serlo.
Comentó un tanto coqueto el cajero, Mo se había quedado helado sin entender o, mejor dicho, sin querer entender aquellas palabras. Iba a responder, pero la nota le fue arrebatada con rapidez.
Tian había tomado aquella nota y la arrugó con su mano para luego regresársela al cajero. Estaba sonriendo, pero su mirada mostraba claramente la furia que comenzaba a crecer en él, así que sin decir una palabra tomó del brazo al pelirrojo para salir de aquel lugar seguidos de Xi y Jian que se habían dedicado a ver aquella escena.


—Me haces daño.
Dijo bajo y fue soltado rápidamente por Tian que no dejaba de caminar rumbo al hotel con los demás.


—Sigamos con el juego solo “dentro” del hotel ¿Les parece?
Hizo énfasis en aquella palabra buscando que entendieran el mensaje.


—¿Qué tal si bebemos un poco antes de seguir?
El albino buscaba la manera más rápida de aligerar el ambiente y aunque dejar de jugar habría sido lo mejor, siguieron con aquellos juegos que solamente creaba en ocasiones punzadas de celos en los presentes.


Con unos tragos fue suficiente para que todo regresara a la normalidad, el mal humor de Tian había desaparecido y los retos volvieron a lo del inicio, desde besos y cambios de ropa, ahora se encontraba Yi con los pantalones de su amigo de la infancia, quien traía los pantalones de Tian. El moreno solamente usaba sus bóxer y su camisa, mientras que Mo estaba con únicamente sus pantalones, pues retos atrás había entregado su ropa interior.


—Este será la última ronda.
Avisó el mayor mientras juntaba los palillos, después de todo ya no tenían más alcohol para los “castigos” y se notaba que algunos estaban más bebidos que otros.
Todos sacaron un palillo y Tian sonrió victorioso porque había puesto los números en orden, de esa manera no se equivocaría en elegir las tareas de cada uno.


—Número 3 y 1 deben besarse profundamente durante cinco minutos y el número dos debe hacer lo que yo diga durante tres minutos.

Jian miró su palillo y miró alrededor, el pelirrojo no parecía tener el número con el que tendría que besarse, por lo que solo quedaba una persona, alzó la mirada al pelinegro quien le sonreía cómplice. El albino alzó el pulgar mientras sus ojos lagrimeaban de la felicidad, al fin podría besar como se debía a su amor “secreto”.

No dudó en abalanzarse contra el otro, quien al inicio le dio un golpe en la mejilla con su puño antes de que sus labios fueran sellados con los del contrario, Xi al inicio no correspondía el beso, pero de a poco fue cediendo hasta que ambos se encontraban inmersos en el otro, olvidando por completo en que lugar estaban y con quien, el tiempo se había detenido para ambos.

Mo al inicio soltó una leve risa ante el golpe que había recibido Yi, pero rápidamente alejó la mirada cuando se pusieron “cariñosos” se puso de pie y se alejó un poco, si el juego había terminado entonces no tenía nada que hacer que ahí, buscó alguna camisa que ponerse antes de que el mayor se le acercara.


—¿A dónde vas, pequeño Mo?


—No es asunto tuyo.


—Claro que si, ¿No recuerdas mi orden? Debes hacer lo que diga durante unos minutos.


—¿Qué diablos quieres?


—Primero salgamos de aquí.
Dicho eso buscó un pantalón que ponerse, salieron del hotel y comenzaron a caminar por las calles que no se encontraban del todo desiertas, aún había personas que seguramente iban a fiestas o venían de estas, turistas y parejas por algunas aceras.
Después de un rato caminando llegaron de nuevo a la playa. No se encontraba nadie en ese lugar y era entendible, pues cuando el sol se iba el calor le daba paso al frío. La ventisca que antes el pelirrojo había disfrutado ahora le hacía temblar levemente.
No se quejaría del frio, no era una chica que decía aquello buscando que su pareja le diera su abrigo. Solamente se cruzó de brazos y siguió en silencio al mayor, ninguno decía nada, solamente se paseaban por la arena hasta llegar a un muelle.
Miró alrededor, mentiría si dijera que se había dado cuenta de aquel lugar, había estado demasiado ocupado quejándose como para ver más allá.

Siguieron avanzando hasta llegar donde el muelle terminaba para dejar que el océano mojara sus maderos, desgastando la pintura, pero sin ser hundido, siempre soportando la fuerza de las olas.
Tian se apoyó en una de las barandillas mientras miraba al pelirrojo, quería molestarle un poco, sabía que le molestaba que se quedara en silencio solo mirándole, según el pelirrojo porque le miraba de manera “pervertida”


—¿Qué?
Preguntó un tanto incómodo. No recibió respuesta del contrario, por lo que intentó ignorarlo mirando hacia otro lado.

—¡Di algo, maldita sea!
Su paciencia era demasiado corta como para fingir ignorarle por más de algunos minutos.

—Si no dices nada entonces me iré.
Dio media vuelta, pero su muñeca fue sujetada para ser detenido. Se quedó inmóvil, no miró a quien tenía ahora detrás suyo. No quería hacerlo, temía encontrarse con su mirada.
Después de todo, mil y una cosa habían llegado a su mente al ser citado, no lo diría nunca, pero temía escuchar “tenemos que hablar”


—Tenemos que hablar.
Y como si el mayor hubiera leído su mente o, mejor dicho, sus miedos, soltó aquellas palabras que le hacían sudar frio. No quería escucharlo, no entendía, para él todo había ido “bien” y ahora parecía que no notó alguna cosa y que por ello sería terminado en ese lugar, donde no podía huir, donde tenía que seguir viéndolo hasta que regresaran a casa.


— ¿D—De que?


—De nosotros.
Apretó los dientes antes de suspirar, sería “fuerte” al menos intentaría parecerlo, asintió con la cabeza aún sin mirarle, sabía que si lo hacía todo se iría a la mierda.


—Lo he estado pensando y ya llevamos un tiempo “saliendo”
Soltó la muñeca del pelirrojo y miró fijamente aquella espalda, sabía que hablar de aquello podría arruinar las cosas si no tenía tacto.


—Y aunque estaba de acuerdo con esto… pues.
Hizo una pausa buscando las palabras adecuadas y es que por más que lo quería no encontraba las indicadas.


—Creo que podríamos usar este viaje para tratar.
De repente el pelirrojo se encontraba confundido, ¿intentar? ¿Qué cosa? ¿El dejarle?


—¿intentar que?
Le había costado hacer aquella pregunta en voz alta, más por la temerosa respuesta que creía recibiría.


—Ya sabes… tener sexo.
El peso en los hombros de Mo había desaparecido, pero ahora algo de furia comenzaba a remplazar aquella preocupación que tuvo antes.


—¿Qué?
Se giró al fin con el ceño fruncido, tomo de la camisa a Tian jalándole un poco.


—¿Me trajiste a este lugar y te pusiste todo “misterioso” para soltar esa mierda?


—Pues si, o ¿Preferías que te preguntara frente a los demás? No sabía que eras tan liberal.
Dijo con algo de burla, fue soltado y Mo frotó su rostro frustrado.


—Me preocupé por nada.
Masculló molesto.


—¿Preocuparte? ¿Por qué?


—¡Porque creí que me estabas terminando, idiota!
Gritó sin pensar ante el enojo que le iba en aumento, pero al caer en cuenta se cayó de golpe, lamentando sus palabras al ver la sonrisa satisfecha de Tian.


—¿Eso te preocupa? Creí que sabías que…
Se quedó en silencio, no creía necesario decir lo obvio, después de todo estaba más que claro que el que tenía las de ganas siempre había sido el pelirrojo.


—¿Sabía que?



—No es importante, pequeño Mo.
Sonrió de nuevo y se acercó al rostro de el pelirrojo, quien de inmediato cerró los ojos esperando aquel contacto que jamás llegó a sus labios, en cambio sintió el cálido aliento de He sobre su oído.


—Piensa en lo que te dije.
Murmuró antes de morder el lóbulo de su oreja suavemente.














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Notas
Baijiu es la bebida alcohólica típica de china, también conocido como el licor chino. Se trata de un licor destilado a partir del arroz u otro tipo de cereales, que suele tener una alta graduación y que se consume desde hace miles de años.

Muchas gracias por leer.

Esta historia sería de solo un capítulo, pero cierta personita (Kimy) me inspira a escribir más, así que de OneShot pasó a Twoshot y ahora...bueno, esperemos que no suba a cuatro.

Nos leemos~

La playaWhere stories live. Discover now