Capitulo #1

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–O Te Lo pones o no hay nada –Me cruce de brazos haciendo que Mis senos desnudos se levantaran más. Peleaba con uno de los clientes que no quería ponerse el condón–

–Pero Linda, así se siente más Rico. Al natural. –dijo acercándose para besarme. Yo voltee la cara.–

–Ya te dije, o te lo pones O no hay nada –Dije alejándolo. El bufo.–

–Está bien. –Por fin se lo puso.–

Hicimos lo que había que hacer y se largó. En realidad ya nada era nuevo para mi, todas mi jornadas diarias ya parecían ser solo un paseo diario, nunca he alcanzado un orgasmo, nunca he disfrutado lo que hago.
Aquí se podría decir que hay unas 50 chicas, todavía no entiendo como es que de esas 50, 40 hacen esto por que les gusta, no soy quien para juzgar a nadie, pero esto no es nada divertido.

Entre a mi habitación para poder ducharme, ahí encontré a Harry, tenia rato esperándome aparentemente.

–Hola, Amy ¿Que tal tu mañana? –Dijo sentado en mi cama.–

–Todo igual, Harry. –Me en cogí de hombros.–

–Yo no se ni para que pregunto en realidad. –Rodó los ojos y soltó una risita.– Mañana vendrá un cliente especial, es un gran empresario. Su esposa murió hace unos años y ha caído en abstinencia.

–¿Y qué tengo que ver yo allí?–Pregunte.

–Pues.. Es un buen amigo mío y no quiero que este con cualquiera. –Dijo guiñándome un ojo.– Además, es buen mozo, quizás y te guste demás. –Yo reí.–

–Sea quien sea, este como este, lo que me interesa es que me page bien.

(…)

Estaba Sentada en mi cama con Christine, mi jefa y mejor amiga acá. Jugando a las cartas, era lo único con lo que nos podíamos entretener, cuando llegue aquí me quitaron toda comunicación con el mundo exterior.

–¿Tienes Un... 6? –le pregunte a Christine.–

–No. Ve de pesca –Dijo y cuando iba a tomar la carta alguien entra corriendo a la habitación cayendo sobre la cama y derrapando todas las cartas en el piso. Era Harry.–

–Hola Risitos. –Dije mientras le tocaba estos.–

–Hola Lolita, Hola Christine. –El solía decirme así, todavía no me explico de donde saco ese apodo. Se levantó y nos dio a ambas un beso en la mejilla.–

–Genial, nos arruinaste el juego Harry –se quejó Christine–

–Ya quédate Quieta Rubiecita –Dijo Harry riendo– Vine por una buena causa.

–¿Y se puede saber cuál es? –le pregunte–

–Ya llego tu cliente especial –Dijo mirándome–

(...)

Luego de que Harry me dijera en donde estaba el supuesto "Cliente especial" me quite la ropa que tenia, me puse la más sexy que conseguí y camine hasta esa habitación.

Al llegar me encontré con un hombre de traje negro acostado de piernas abiertas.

–Normalmente cuando hago esto los hombres ya están desnudos antes de que yo llegue. –Le dije, él se sobresaltó y me miro. Luego se volvió a acostar.–
–No me interesa lo que hagas, no me interesa nada. Estoy aquí porque me obligaron.

–Bueno... Estamos en situaciones similares. –él se sentó y me miro– a mí también me obligaron a estar aquí.

–Pues vete. Yo no te tengo atada a la habitación.

–No me refiero a la habitación, me refiero al prostíbulo. Mi padre me vendió. –me senté en un pequeño sillón– Y me obligaron a quedarme aquí.

–¿Porque no escapaste?

–Porque es muy difícil. –Me en cogí de hombros.–

–Pero no imposible.

–Así es, pero es lo mismo, no tengo a donde ir. Por lo menos aquí tengo un techo, comida y trabajo.

–Eres Amigable. –Se sentó y me miro. Pude ver mejor su rostro, ojos claros, cabello oscuro, un poco de barba, en realidad hermoso.-–

–Gracias. –Me sonroje. Hacia años no lo hacía, no lo hago ni cuando estoy desnuda por los corredores.– En fin... Yendo al punto, ¿No vamos a hacer nada?

–Desde que mi esposa murió no tengo una Jodida erección con nada, dudo que logres hacer algo. –se volvió a acostar.–

–Eso lo veremos.

La Prostituta -Editando-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora