Fantasías Eróticas

27. Acorralado

─¡Claro y con eso te limpias la conciencia!

─No es que me limpie la conciencia, solo te recuerdo como se dieron las cosas.

─Pues hasta donde yo recuerdo era una niña inocente, que tú y tu asquerosa mujer, metieron a su vida para satisfacer sus carencias sexuales.

─Nosotros no teníamos carencias sexuales.

─¿Ah, no? ─se burló ella─. ¿Y por qué preferías follarme a mí que a tu mujer?

─Ya deja de hablar así.

─¿Por qué no? ─preguntó ella con sarcasmo─. ¿Ya se te olvidó que me pedías te hablara sucio mientras teníamos sexo?

─No arruines los buenos recuerdos con discusiones innecesarias.

─Claro, porque según tú debo quedarme calladita después de que me usaste y desechaste. ¿Pues sabes qué? No me voy a quedar callada ni de brazos cruzados, así como tú arruinaste mi vida, voy a arruinar la tuya. La tuya y la de tu preciosa BoA, que espero nunca te perdone, para que sientas lo que estoy sintiendo yo.

─No te metas con ella. 

─¡Es lo único que te importa, esa maldita bruja! ─gritó ahora más furiosa─. Pues haré que los dos se arrepientan de haberme conocido. ¡Especialmente ella!

Yunho la tomó por un brazo, ella sintió la presión y su mirada llena de furia. Pero él recapacitó enseguida y terminó marchándose. Era mejor no continuar con una discusión que no les iba a llevar a ningún lado y que encima, podría perjudicar al bebé, que mal que bien no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo. En cuanto a las amenazas de Jayden las desestimó enseguida, no la creía capaz de llevar a cabo ninguna venganza.

Ella por su parte, luchaba contra la histeria, y toda la rabia que sentía por dentro, respiró hondo e hizo el intento de calmarse.

─Uno... dos... tres... cuatro... ─quiso contar hasta diez, pero no había llegado ni al cinco cuando ya estaba arrojando contra el suelo, todo lo que estaba a mano, para finalmente terminar llorando en el piso.

─Nunca dejaré que seas feliz con ella ─reafirmó para sí misma─. ¡Nunca!

Al día siguiente, cuando después de almorzar BoA entró a su oficina, encontró un hermoso arreglo floral en su escritorio. Otra vez Yunho, pensó fastidiada, tomó la tarjeta con la intención de arrojarla a la basura; pero notó que no tenía remitente, aquello le pareció extraño, él siempre la firmaba.

Abrió la tarjeta. Decía: ¡Muérete de una vez, maldita perra!

El intercomunicador sonó en ese momento y su secretaria le anunció que tenía una llamada, era de ella, de Jayden.

BoA tomó la llamada, tratando de mostrarse calmada y serena.

—Hola, querida ─saludó Jayden─, ¿recibiste mis flores?

—¿Te volviste loca?

—Veo que ya las recibiste.

─Sí, las recibí pero creo que te equivocaste de destinatario, porque la única perra entre nosotras eres tú.

BoA cerró el teléfono y dio órdenes a su secretaria que no le pasase una llamada más de parte suya, luego mandó a tirar las flores. El resto del día no pudo sacársela de la cabeza, que estúpida había sido pensando que Jayden sería alguien fácil de manipular. La verdad resultó ser más astuta y peligrosa que su hermana mayor.

Pocos días después, Jayden llegó al trabajo de Yunho, presentándose como su novia. Las oficinas eran espaciosas y elegantes, eso fue lo primero que notó al ojear algunas que se hallaban con las cortinas desplegadas. La recepción estaba situaba frente al ascensor y allí fue donde se presentó.

─Buenos días, ¿en qué puedo servirle? ─le preguntó  una de las recepcionistas.

─Quisiera ver al licenciado Jung Yunho.

─¿Tiene cita con él?

─No, no necesito cita para verle, soy su novia.

Las dos recepcionistas se miraron entre sí, conocían a la esposa del licenciado Jung, así que la presencia de aquella chica asegurando ser su novia, les agarró de sorpresa. La joven que le atendía, una chica rubia de unos veinte años, le escrutó de pies a cabeza y adoptó una expresión crítica. El licenciado Jung era un hombre demasiado serio, como para meterse con una chica como ella.

─Puede tomar asiento ─le dijo mostrándole los sillones con un ademán─. Le avisaré a la secretaría del licenciado Jung que usted está aquí.

Jayden tomó una revista de la mesita de centro y se sentó a leer. Llevaba un pantalón ajustado, botas cafés de tacón alto y una blusita de escote pronunciado, tanto en la espalda como en el busto. Realmente se veía sexy pero totalmente inapropiada para ese ambiente, algo que había hecho adrede. Moría por ver la cara de Yunho cuando le dijeran que estaba allí.

Dos minutos después, recibía una llamada de Yunho.

─¿Qué diablos intentas viniendo aquí?

─¿Esas son maneras de tratar a la madre de tu hijo?

─Jayden... no querrás conocer mi lado malo.

─¿Quién dice que no? ─bromeó ella─. Me excita nada más de pensarlo.

─Será mejor que te vayas por tus propios pies.

—¿O qué? ─le desafió ella─. Si intentas sacarme a la fuerza, gritaré a los cuatro vientos que voy a tener un hijo tuyo y que solíamos hacer trio con tu mujer.

─Ni se te ocurra hacer un escándalo en mi trabajo, sino no respondo de mí.

─¿Cometerás un crimen pasional? —dijo ella con cierta ironía─. ¿Te imaginas los titulares en los periódicos? Prominente abogado asesina a su amante embarazada. Y cuando empiecen a escarbar más, se enteraran de como tú y tu querida esposa, me sedujeron cuando apenas estaba en preparatoria. Seguro el fiscal pedirá la pena máxima y muchas personas irán a poner flores a mi tumba. Y al final, habré logrado mi objetivo, hacer tu vida y la de BoA completamente miserable.

─Jayden, sé que estás molesta, pero no conseguirás nada comportándote así.

─¿Acaso conseguí algo haciendo siempre lo que me pedías? No, ¿verdad? Entonces desde ahora, haré lo que se me dé la gana. Y hoy se me antoja conocer tu oficina, así que te espero aquí. Tienes cinco minutos o le enviaré este vídeo a todos tus contactos... porque los tengo a todos grabados en mi móvil.

Yunho abrió el vídeo y palideció apenas lo vio, era una toma de ambos, ella completamente desnuda, sentada con las piernas abiertas, mientras él le hacía sexo oral. Su rostro estaba fuera del lente de la cámara, pero él de Yunho fue completamente visible al final.

─Jayden... ─masculló Yunho, casi fuera de sí.

─Te quedan tres minutos ─dijo Jayden cerrando la llamada.

CONTINUARÁ

NOTA DE AUTOR

Hola, hola... Saludos a todas, especialmente a las que siempre comentan y dejan sus impresiones, también la lectora fantasma que comentó, iba a responder, pero no se donde quedó ese comentario.

He estado leyendo todos sus comentarios y analizándolos, a veces me ayudan a replantear la historia. Y aunque los tomo en cuenta, intento dejar que fluya sola. Sin embargo, habrá cosas que quizás incluya.