Pensamientos inoportunos.

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-Buenos días, mi vida.- Me responde, y en ese momento, mi corazón ha dejado de bombear sangre a mi cabeza. 

-¿Cómo que no te  has levantado todavía? Tú se supone que eres el madrugador de los dos hermanos.- Sonrío; gesto que él imita también.

-No podía levantarme sin que una maravillosa chica me de un beso de buenos días.

-Mmm... me da que chicas maravillosas no hay por aquí cerca.- Digo, haciendo como que busco algo por la habitación, mientras él suelta una carcajada y me abraza aún más.

-Sí que hay, y la tengo entre mis brazos.- Acorta la distancia que nos separa y me besa, aún más intensamente que la noche anterior.

De nuevo, esos pensamientos de antes vienen a mi mente, y, cómo no, él lo nota.

He podido descubrir que es muy astuto.

-Cielo, ¿estás bien?.- Su pregunta no me sorprende; es más, me la esperaba.

-No, no; no es nada.- Creo que se da cuenta de que miento, porque me mira muy atentamente.- Venga, vamos a desayunar.- Le digo, levantándome de la cama y bajando a la cocina.

El resto del día transcurre normalmente; tras desayunar, nos fuimos con la abuela de compras; únicamente Lara y yo. Por su parte, Marc y Álex se fueron a correr por un sendero cercano a casa y mi madre fue a visitar a una antigua amiga. 

Después de comer, fuimos a casa de la vecina, a conocer a su bebé; es realmente precioso, incluso lo tuve entre mis brazos y me enamoró más aún que viéndolo dormidito.

Mi abuela se dio cuenta de que hoy yo no estaba bien, y es por eso que le conté todas mis dudas y miedos; como no, todas relacionadas con Marc, y ella me dio ánimos, diciéndome que, si no le gustase verdaderamente, no me habría besado en más de una ocasión.

Creo que, en el fondo, tiene razón, así que tras cenar me gustaría salir a dar un paseo, los dos solos, para confesarle todo lo que siento.

Llegamos a casa y, nada más entrar, nos encontramos allí a los hermanos y a mi madre, viendo una película en la tele, aunque no le están prestando mucha atención, porque están echando una partida a las cartas.

-Mi madre os va a fundir, chavales.-Les digo, entrando al salón y sentándome al lado de Marc.

-Ya lo veo, ya; es muy buena.-Responde Álex.

Subo a la habitación, donde Lara ya está colocando toda la ropa en su armario.

Aún no sé qué haremos, pero creo que debemos volver a casa; bueno, mejor dicho, a Lleida, porque casa ya no tenemos.

Creo que lo mejor será hablar con mamá para ver qué piensa sobre esto, y sobre todo con Lara, que lo más seguro es que quiera recuperar todos los años perdidos estudiando una carrera o algo similar.

Vuelvo abajo, ya que mi hermana ha entrado a darse una ducha y allí me encuentro a Marc sentado en el sofá de antes con su móvil entre las manos.

Me acerco a él y, sin poder evitarlo, leo en la pantalla "Mamá"; sonrío y paso a idear mi plan.

-Marc, cuando acabemos de cenar me gustaría ir a dar una vuelta por aquí, quiero contarte algo.- Le digo, muy cerca del oído.

Al principio, se asusta, ya que creía que no había nadie a su lado, pero luego se gira con una mirada tierna.

-Está bien; ¿te pasa algo?.- Que te quiero, pienso.

-No, luego te cuento, ¿Vale?.- Termina asintiendo y mirando a ver si hay alguien por allí. Sin esperarlo, sus labios impactan contra los míos, dándome un cálido beso.

-¡Marc!.- Le digo, a modo de regaño.

-No te preocupes, cuñi, que no digo nada.- Mierda, Álex, que estaba entrando al salón nos ha visto.

-Ni yo, sist.- Otra más; Lara también.

-Así de bien has mirado...-Le digo, mirándolo fijamente.

-Jo... es que no veo muy bien.- Se excusa.

-Voy a tener que ir a ponerte gafas.

-¡Uy! no, no; veo perfectamente, sólo que no podía resistirme teniéndote tan cerca.- Se levanta y, esta vez, el beso va al cuello.

Me vuelve loca; 

cada día que pasa más y más.


-Adelanto-

-A ver, confía en mí; ¿Vale?

-Pero... ¡Si no veo nada, cómo quieres que confíe si no sé dónde me estás llevando!.- Me pone histérica, pero, por otra parte, no puedo evitar caer rendida cada vez que me dice una palabra bonita.

-Venga, que ya estamos llegando.- Siento sus labios en mi pelo y eso me reconforta.

Seguimos andando; él me lleva cogido por las manos, con especial cuidado para que no me caiga.

-Ya está.- Dice, a la misma vez que quita la venda de mis ojos.

-Pero...¿Y esto?, ¿A dónde vamos?.- No salgo de mi asombro.

-Quiero que conozcas todo sobre mí, que me ayudes a borrar mi pasado, que me enseñes a quererte aún más y más; quiero estar a solas contigo, gritándole al mundo entero lo que siento desde el primer momento en que te vi. Por favor, dime que sí.- Se agacha ante mis pies, arrodillándose en el suelo. Imito su gesto, poniéndome a su altura.

-¿Cómo quieres que te diga que no si todo mi corazón te lo llevaste tú en el primer abrazo que me diste?.-Le digo, agarrándome a él fuertemente mientras me levanta en peso, dándome vueltas en mitad del aeropuerto.

-Van a pensar que estás loco.- Le digo riendo.

-Y tendrían razón; estoy loco, pero loco por tí.- Acortamos las distancias y sellamos todas las palabras anteriormente dichas con un gran beso.


¡Hola!

¿Cómo lleváis las vacaciones?

Parece que, poco a poco, se van formando dos parejas distintas, ¿Cuál os gusta más?

¿la formada por Marc y Marina o, por su parte, Álex y Lara?

Dejádmelo en comentarios; 

os leo!!

No te vayas.  [Marc Márquez]Where stories live. Discover now