No podía creer cuan rápido se habían pasado los meses, hoy era la mañana de Navidad solo esperaba a Tom le gustara su regalo, estaba tan emocionado que se levanto más temprano de lo habitual

- ¡Tom despierta, despierta! - gritó casi saltando encima del mayor recibiendo un gruñido como respuesta - ¡Tom es Navidad despierta! - movía incesantemente el cuerpo del otro para despertarlo, se escucho un suspiro del otro

- Ya voy, tranquilo - hablo aún adormilado mientras se levantaba al estar sentado en la cama tomo de los hombros al menor, y en rápido movimiento ambos estaban acostados en la cama, Ayham se removía tratando de liberarse, Tom solo sonreía apretando más su agarre sobre el menor

- Tom no seas así es Navidad anda levántate - seguía tratando de salir de los brazos de Tom

- Sólo un rato más - dijo Tom acomodandose más en la cama

- ¡Tom! -

Después de que Ayham había logrado sacar a Tom de la cama ambos se cambiaron, ahora estaban junto al árbol recogiendo sus regalos, Tom era quien más regalos recibió ese día, pero eso no le importaba a ninguno pues ya sabían esos regalos eran de los caballeros de Walpurgis o como el menor los llamaba mortífagos primera generación claro que eso no lo sabía Tom, solo había un regalo que ambos esperaban con ansias, Tom tomó el regalo que Ayham había hecho para el, con un poco de impaciencia y cuidado, abrió su regalo encontrando un libro, pero no cualquier libro era un libro en parsel escrito por el mismo Salazar Slytherin

- ¿Como lo...?

- ¿Conseguí? - interrumpió con una sonrisa al sorprendido y feliz mayor quien afirmó con la cabeza - Tengo mis maneras - su sonrisa se volvió traviesa, Tom ya no dijo más solo se limito a ver a Ayham con mirada de sospecha - ¡Bueno ahora abriré el mio! - hablo emocionado al agarrar una pequeña caja regalo, desató con mucho cuidado el moño para abrir la bella caja e madera - ¡Oh! Tom son muy bellos - dentro de la pequeña caja se encontraban dos anillos con un decorado en forma de alas, porque por supuesto su bello, adorado y totalmente enamorado Tom había visto sus alas en toda su magnífica gloria, ¡Tom había visto sus bellas alas!

- Esto Ayham es para que no te quepa duda - tomo uno de los anillos, con mucha ternura lo coloco en el dedo anular de Ayham, después se coloco el hermano del anillo que le dio a Ayham - de que TE AMO - lágrimas de acumularon el los ojos del peli negro estaba realmente muy feliz

- ¡También te amo Tom! - gritó lleno de felicidad y euforia, el mayor juraría que se quedó sordo por un momento ya que Ayham grito muy cerca de su oído pero no le importaba, solo quería ver al menor feliz

Cómo pasaba el tiempo volando pensaba, hoy era el último fin de semana en Hogsmeade detrás de él caminaban Tom junto a sus seguidores o como a él le gustaba llamarlos compañeros de Slytherin, Tom portaba sobre sí el collar con dije de serpiente que le había regalado el día de su cumpleaños recordaba ese día muy bien, Tom había estado tan feliz, nadie aparte de sus seguidores le habían dado un regalo de cumpleaños

- ¡Ayham! - llamó Tom, acercándose para tomarlo de la mano - Nosotros iremos a dar una vuelta, ustedes vayan a hacer sus pendientes - tanto Ayham como los demás Slytherin sabían que esas palabras lo que en verdad querían decir era "Váyanse y no molesten", estuvieron juntos caminando por Hogsmeade, era un momento de gran tranquilidad, de la nada un explosión se escucho seguido de otra y el caos llegó, gritos por todas partes, magos y niños corriendo, los profesores trataban de defender a todos aunque no pertenecieran a Hogwarts, hombres con extrañas túnicas lanzaban maldiciones, todos con el mismo símbolo el la espalda, un triángulo dentro un círculo y atravesados por una línea, ¡Hogsmeade esta siendo atacada por los hombres de Grindelwald!, Tom apretó con más fuerza su mano, ambos corrieron en dirección a la escuela al traspasar las salas protectoras el mayor lo soltó

- ¡¿A dónde vas?! - preguntó preocupado y alterado, agarrando con desespero la manga de mayor

- Iré a traer a Nott, Lestrange, Avery y los demás - dijo con voz firme pero se notaba la preocupación en ella

- Tom por favor no te vayas - suplico el menor terriblemente asustado, al borde del llanto

- Ayham... - tomó el rostro del menor entre sus manos - Recuerda las serpientes nos protegemos entre nosotros, además regresare pronto, vete al castillo y ve con los demás Slytherin, Ayham por favor no vengas mantente a salvo - beso la frente del menor, con varita en mano se alejo

Estaba preocupado ya hace mucho Tom se había ido, había decidido no moverse de su lugar hasta que regresará el mayor, algunos Slytherin le habían dicho que Tom estaba ayudando a uno de los profesores, pero eso no aligeraba su preocupación, con cada minuto que pasaba era cada vez más las ganas de ir por Tom, ya no lo soportaba más

- ¡Petrificus totalus! - escucho decir a su espalda haciendo que cayera al instante - ¡Cum sine! - volvió a escuchar y todo se volvió negro no podía ver nada apenas y era capaz de escuchar, después sintió como era llevado a alguna parte, estaba totalmente asustado ¡Tom!, gritaba en su mente, pronto el dolor comenzó alguien estaba usando el cruciatus contra el, sintió su magia reaccionar, minutos más tarde una serie de golpes en su cuerpo lo hicieron querés gritar pero no podía, de nueva cuenta el dolor lo recorrió, volvieron a usar el cruciatus no supo durante cuanto tiempo, comenzaba a sentir su mente a la deriva, su ropa fue arrancada, manos recorrieron su cuerpo, sintió los dientes en su carne, y luego uno de peores dolores en vida ni el cruciatus se sentía tan desgarrador, se partía en dos todo su interior, ¡Tom! Gritaba mentalmente con desesperado, algo caliente lleno su interior y un ardor casi como si se quemara le ataco, pensó que todo por fin terminó, no fue así...
No sabía cuando tiempo había pasado o cuantas veces esas manos le habían tocado esa noche solo sentía asco y repulsión, comenzaba a recuperar sus sentidos los jadeos y gemidos del hombre lo hacían sentir peor

- Te dije, que en algún momento te enseñaria - una horrible risa se  escucho - ¡Aveda Kedavra! ... -

HerenciaWhere stories live. Discover now