Había luchado por lo que quería, sí, pero no me daba el derecho de estropear lo que otras personas querían, no me daba el derecho de humillarla de esa manera.

Después de la boda intenté hablar con ella, intenté disculparme, intenté decirle  que realmente lo sentía, pero ella nunca respondió mis llamadas y era imposible localizarla cuando viajaba de un lugar a otro.

Sin así, no creo que hubiera tenido el valor de hablarle aunque me lo hubiera permitido.

Entonces logré escuchar una única propuesta.

—Entonces cazemos a los grandes —propuso Greg—. Vamos por autores reconocidos, dejemos de probar suerte y llamemos a quienes tienen las ventas seguras.

Entonces no pude contenerme.

Despegué la mirada del cuaderno y pedí una explicación por si había escuchado mal en mi trance al pasado.

—Espera ¿que dijiste?

Bueno, nadie dijo nunca que fuera la más amable... O educada.

El hombre de mediana edad me repitió con sorna:

—Autores reconocidos. Sólo eso.

—¡No! —defendí— No estoy de acuerdo.

—Luce —silenció Axel.

—No Axel —le silencié yo sin pena—. Eso es una estupidez.

—¡Luce! —silenció una vez más.

—¿Cómo van a convencer a autores grandes de publicar con una editorial que no está en su mejor momento?

Iba a decir «cayéndose a pedazos» pero no creí que fuera lo más adecuado.

—No se arriesgaran, no tendrían porque hacerlo, ellos pueden buscar una editorial mejor.

—¿Estás diciendo que esta no te parece una buena editorial? —preguntó Roder inclinándose hacia el frente con interés.

—Estoy diciendo que no está en su mejor momento. Esa es la realidad —respondí con firmeza.

No sé de donde diablos la saqué, pero ya no podía retractarme.

—¿Y tú qué propones? —preguntó Víctor Vane, otro de los veteranos.

—Autores nuevos —respondí provocando en Greg un resoplido frustrado—. Hay gente afuera con mucho talento...

—Y hay también un montón de basura que no merece nuestro tiempo —advirtió Greg sosteniéndose de la mesa, dotándose de autoridad.

—También hay un montón de basura en profesionales...

—Sí, pero ellos tienen números ¿Entiendes lo que digo? Los números hacen que el mundo gire, los números son un blanco seguro.

—No es así —respondí recobrando la calma cuando le vi alterarse. Si uno de los dos se salia de control todo se iría por la borda—. Ese es el problema. A veces una obra es buena y funciona, pero el resto es material decadente, entonces te das cuenta de que sólo fue un golpe de suerte o una epifanía fugaz. Después de eso las ventas caen en picada.

—Lo que tu sugieres es mucho mas arriesgado.

—Lo que yo sugiero es lo que ninguna editorial está haciendo. Vamos por nuevos talentos, apoyemos su trabajo y cuando ellos crezcan no se irán. Entonces no tendrás que buscar números porque tu habrás fabricado esos números.

La sala entera cayó en un silencio abrumador.

Ya me estaba arrepintiendo de haber abierto la boca cuando América interrumpió la calma.

Lucky Love (LR #3)Where stories live. Discover now