Fue con esa idea que se quedó dormido, soñando con una pequeña niña castaña que le sonría y lo llamaba papá. Todos sus sueños fueron alrededor de ella y odio el golpe en la puerta que lo hizo salir de su inconsciente.

-Amo Regulus, su familia está aquí. -Refregándose los ojos, analizó las palabras de Kreacher, levantándose de un salto al comprender que cuando hablaba de su familia se refería a TODOS ellos. Se colocó los zapatos con rapidez y peinó su largo cabello viéndose al espejo. Mia le había dicho que debía cortárselo, pero ya mucho había sido para él afeitarse su larga barba de cuatro años. Sonrió tomando su valija de regalos y corrió escaleras abajo, deteniéndose solamente al llegar a los últimos escalones, apreciando la imagen frente a él.

Todos estaban allí, sus padres, su hermano, su cuñada, sus primas, sus primos, sus amigos, sus amigas, sus sobrinos. Su familia al completo parados a los pies de la escalera, esperándolo ansiosos. Narcissa dio un paso hacia adelante, sus ojos llenos de lágrimas mientras sus brazos se extendían hacia él y no pudo evitar saltar a sus brazos.

-¡Cissy!-Exclamó hundiendo su rostro en el cuello de su prima. Había extrañado sus abrazos, su perfume, sus dulces palabras. Siempre había sido más una hermana que una prima y ese largo tiempo sin verla había sido mucho para ambos.

-¡Estás aquí!-Susurró la rubia entre lágrimas. –Te extrañé tanto Reg.-

-¡Hermanito!-Gritó Sirius corriendo a unirse al abrazo, seguido de Andrómeda. En menos de un segundo, todos estaban unidos en un gran abrazo grupal, como cada vez que se veían. La última vez había sido en el casamiento de Petunia, hacia medio año, pero apenas había estado dos días y ese no era tiempo suficiente para nadie.

Al separarse, se encontraron con que Mia los observaba con los brazos cruzados y una mirada furiosa en su rostro, Regulus se acercó nerviosamente a ella, dándole un pequeño beso en los labios.

-Hola cariño.-Murmuró abrazándola por los hombros. - ¿Ya se presentaron verdad?-Preguntó hacia su familia, quienes asintieron con una gran sonrisa, dándoles sus felicitaciones por el bebé y aprovechando que estaban los dos juntos para entregarles sus regalos.

Regulus también aprovechó para entregar los suyos, con Draco y los mellis sentados sobre él. Le fue raro no tener a su sobrina con él, ni a Bill y a Charlie, pero ellos estaban en Hogwarts y debía esperar un tiempo más para verlos. Remus y Severus tampoco estaban y su ausencia era bastante notoria, sobretodo a la hora de lograr que James y Sirius dejaran de hacer sus estúpidas bromas sobre el embarazo. Lily y Marlene estaban tan concentradas en mantener a los pequeños tranquilos que habían dejado a los adultos hacer su vida, para desgracia de Reg.

-Cuenten un poco más de cómo ha sido este último mes para ustedes.- Pidió Petunia ansiosa por conocer a la prometida de su amigo.

-Bueno, ha sido casi mágico. Regulus me consiente en todo y ha sido tan romántico llevándome a cenar a los mejores restaurantes de Ushuaia que el tiempo ha pasado más rápido de lo normal.-Sonrió Mia tomando la mano de su prometido entre las suyas.- Lo único que ha embarrado nuestro mundo de rosa fue ese horrible encuentro con esa loca de Bellatrix.- Los rostros de todos los presentes se desencajaron al escuchar el nombre de la única Black ausente, sus sonrisas borrándose y sus ojos posándose en Regulus, que observaba a su prometida con sorpresa y enojo.

-¿Viste a... Bella?-Preguntó Narcissa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Su primo cerró los ojos con fuerza, era esto lo que había intentado evitar y Mia lo había arruinado todo con su boca floja.

-Si, la ví.-Respondió posando su mirada en Druella, quien apretó fuertemente la mano de su esposo. –Estaba en Ushuaia. Nos la encontramos unos días antes de viajar para acá.-

-¿Por qué fue un horrible encuentro?-Cuestionó Sirius con miedo, Marlene acarició su espalda contenedoramente. - ¿Qué pasó?- Regulus sentía unas terribles ganas de asesinar a su prometida en ese momento mientras veía la preocupación y la tristeza en la mirada de cada uno de los miembros de su familia sanguínea.

-Regulus, por favor.-Imploró Andrómeda acercándose más a él.

-Bella atacó a Mia cuando la vio. No sé qué pasó, solo sé que estaba como loca y decía que la iba a matar.- Explicó rehuyendo a sus miradas, escuchó el llanto de Narcissa y el movimiento abrupto de su tía escondiéndose en los brazos de su tío. Sintió la silla de Sirius caer al suelo al levantarse y salir de la habitación enojado, y vio cómo Andrómeda se tiraba contra el respaldo del sillón lanzando una larga bocanada de aire mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Ella no va a volver.-Susurró la castaña con tristeza, Ted la abrazó acariciando sus cabellos. –Nunca va a volver.- Sus palabras detonaron miles de sensaciones en la sala. Todos habían esperado tener noticias de Bellatrix, pero ninguno esperó aquello. Sus esperanzas estaban puestas en su pronta mejora y vuelta a casa, jamás se imaginaron que eso jamás podría llegar a pasar. Desearon poder pensar que aún tenía posibilidades, pero si habiendo pasado cinco años seguía igual, no podían engañarse por mucho tiempo más.

Y entonces, la felicidad que el regreso de Regulus les había traído, fue cubierta por la decepción del nunca recuperar a la mayor de las hermanas Black. 

Tiempo HechizadoWhere stories live. Discover now