-Pasa- dijo desde dentro.

-Hey, me preguntaba si podías prestarnos tu reproductor de CD- dije apenas entré.

Hernán estaba tocando la guitarra, pero paró de tocar en cuando entré.

-¿El reproductor? ¿Para qué lo quieren?-

-Para escuchar radioteatro-

-¿Escuchar qué?-

Negué con la cabeza.

-No importa, ¿Por favor nos lo prestas?-

Pensó un poco.

-No lo sé... Se ve bien en mi habitación ¿Sabes?- bromeó mientras se rascaba el mentón, fingiendo pensar en la idea.

-No seas payaso, sólo préstanoslo- reí.

-Si lo encontrás- se encogió de hombros.

-¿Cómo si lo encuentro?-

-Mi cuarto no es muy ordenado que digamos, no veo ese reproductor hace tres o dos semanas- dijo afinando su guitarra.

Reí.

-¿Va en serio? ¡Por lo menos ayúdame!-

-Jum... Con una condición-

-No voy a ordenar tu habitación- me crucé de brazos.

Rio.

-Che, no. Eso no. No estoy seguro de lo que encontrarías, así que no. Pero me deberás un favor-

Negué con la cabeza mientras levantaba la mirada.

-Está bien, supongo que es justo-

Hernán sonrió y dejó la guitarra en su cama.

-Pues dale, linda. A ver si tenemos suerte-

Empezamos a buscar el reproductor y después de unos segundos escuché a Ty desde la puerta.

-¿Dian? ¿Qué pasa?-

-El genio perdió el reproductor en todo este desorden. Lo estamos buscando- le respondí mientras miraba debajo de la cama.

-¡Eh, no puedo estar pendiente de todo aquí!- sonrió Hernán.

Ty rio.

-Bueno, ¿Qué tal si me explicas sobre eso del radioteatro?-

-Claro, es... Son personas que actúan, como en un teatro. Pero en vez de actuar con todo el cuerpo, usan sus voces, instrumentos, objetos... de todo para que sientas que la obra está ocurriendo justo en frente tuyo. Y obviamente, es grabado, entonces pensé que sería una buena idea enseñártelo. A mi me encanta el radio teatro, en especial la obra que traje-

-Suena genial- dijo Ty, emocionado.

-Sí, suena bien- dijo Hernán mientras buscaba detrás de su tele –Así que he decidido que lo escucharé con ustedes-

-Genial- sonreí.

Mientras charlaba con Ty y revolvía debajo de la cama encontré de todo. Poleras, shorts, tres pelotas de futbol, dos trofeos, cinco medallas... Hernán realmente amaba el futbol.

Después de unos minutos por fin encontré el reproductor en un cajón debajo de una mesa.

Fuimos al cuarto de Ty y conectamos el reproductor. Saqué el disco de mi mochila y lo reproduje.

Escuchamos el radioteatro una media hora y los chicos ya estaban totalmente envueltos en los guiones.

-¿Él es el asesino, no?- preguntó Hernán.

No me mires así  (COMPLETA)Where stories live. Discover now