Capitulo 1 1/2

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--Mier*a-- murmure para mi misma. Supe desde el momento en que me desperté esa mañana que mi día iba a ser horrible. Sentada en mi coche, eche un vistazo al enorme todoterreno que estaba delante de mi. ¿Cuál era su pu*o problema? Llevaba atascada en el mismo sitio, en esta autopista perdida de la mano de dios durante 10 minutos. Y esos 10 minutos eran mas de lo que disponía. Volví a mirar el reloj. Mier*a.

Suspire y mire por la ventana, mis ojos se encontraron con los del conductor del coche que estaba e mi lado. El hombre cuarentón me dedico una sonrisa asquerosa y vocalizo la palabra "Guapa". Argg.. ¿Por qué los hombre tenían que parecer cerdos?   Me eche hacia atrás en el asiento y deje escapar un largo suspiro, pensando en el debacle nada mas empezar mi día.

Me había despertado con atronador sonido de Muse sonando por los altavoces de mi despertador. Proteste, enterrando mi cabeza en la almohada, buscando a tientas el botón para apagarlo. Pero el sonido no ceso, si no que subió el volumen. ¿Pero que demonios? Me estire mas para desenchufar el cable de la pared, y me caí de la cama. Desafortunadamente, el despertador y todo lo demás que había sobre mi mesilla de noche se cayo conmigo.

¡Oh dios! ¡Mi BlackBerry! El ahora vacío, vaso de agua estaba tirado al lado de mi teléfono en mi mano, goteando. Estaba muerta. Toda mi vida y todos los horarios del señor Styles estaban en esa cosa. Cogí aire con fuerza, para calmarme. Quizás podría secarlo y todo estaría bien, me dije a mi misma. Sí, claro. Como el agua y los aparatos electrónicos caros se llevaran tan bien.

Recé en silencio, pidiendo que ayer por la noche me acordara de hacer una copia de seguridad. Pero después de recordar el día que había tenido ayer, estaba totalmente convencida de que me había olvidado. Mi jefe, Harry Styles, estaba de un humor particularmente desagradable, y había pasado la mayor parte de su día dando órdenes y portazos. El tío era un bastardo de primera clase. Había sustituido a mi anterior jefe hace nueve meses, y ahora era un gilipollas y lo había sido desde el primer día. Normalmente no me molestaba. No había llegado a donde estaba por mi cara bonita.

Pero ese día estrené mi vestido de Calvin Klein, un enorme derroche y me sentía particularmente bien conmigo misma. Su rabieta me había hecho plantearme contratar un asesino en serio a eso de las seis de la tarde. Suspiré cuando me di cuenta de que iba a tener que pasarme toda la hora de la comida buscando buscando un teléfono nuevo. De alguna manera me las apañé para olvidarme de mi incoherencia y prepararme para el día. Por supuesto, me olvidé de mi café y las llaves se cayeron por detrás del sillón, pero de algún modo, gané unos minutos mientras corría hacia el coche. Eso fue, por supuesto, antes del accidente, los restos estaban bloqueando tres carriles en la carretera y el trafico se condensaba en una sola vía. Oficialmente llegué una hora tarde a la oficina. En otras circunstancias, hubiera llamado, pero mi teléfono todavía estaba en casa, tirado sobre una pila de pañuelos de papel empapados de agua . al final del cubo de basura  de mi cuarto de baño.

Sabía que esto iba a ser un infierno, aunque yo me sentía orgullosa de llegar siempre quince minutos antes al trabajo. Nunca había llegado tarde. Hasta hoy. Y todo porque él era un gilipollas. El señor Harry Styles. Puse los ojos en blanco mientras su nombre azotaba mis pensamientos; no podía soportar a ese tío. Tenía unos aires de superioridad, y una actitud pomposa que jamás había visto en nadie. Solía escuchar lo que las otras mujeres de la oficina cuchicheaban sobré él porque, tengo que admitirlo, era extremadamente guapo. Pero, si tienes algo de sentido común tienes que darte cuenta de que en la vida, la belleza es solo una primera capa, y que la fealdad llega hasta lo más profundo. Yo había tenido mis líos con capullos en los últimos años; salí con algunos en el instituto y en la universidad. Pero este llevaba la palma. ¡Capullo Buenorro!

-"Bueno, bueno; señorita Wouters , ¿Qué hora es ahora mismo en su pequeño mundo?"- preguntó con todo condescendiente a medida que yo entraba en la oficina. Estaba de pie junto a la puerta de su despacho, al otro lado de la habitación, tan guapo y arrogante como de costumbre. Medía alrededor de 1.80 y su cuerpo parecía esculpido en mármol. Había cometido el error de visitar el gimnasio del hotel durante una convención el primer mes que trabajamos juntos, y me lo encontré sudoroso y sin camisa al lado de las cintas de correr. Esa imagen se quedara grabada a fuego en mi mente para siempre. Pero, por supuesto, tuvo que arruinarlo abriendo la boca-"Es agradable ver que por fin tiene interés en ponerse en forma, señorita Wouters".- Gilipollas. Tenía una cara por la que cualquier modelo mataría, y el pelo más increíble que había visto en un hombre. Pelo Sexy. Es así como lo llamaban las chicas del piso de abajo y, según ellas, se lo había ganado a pulso.

-"Lo siento señor Styles. Hub un accidente en la autopista, y he llegado lo mas temprano que he podido. No volvera a pasar, señor"- Dije en un tono cortés, a pesar de que mis dedos estaban practicamente deseando arrancarle sus bonitos ojos verdes.

-"Tiene razón, no volverá a pasar"- respondió con esa sonrisa torcida que hacía que mi estomago girase y saltara al mismo tiempo. Si solo pudiera mantener su maldit* boca cerrada, sería perfecto. Un poco de esparadrapo en su boca y no me importaría hacer realidad los sueños que tenía con el; en la sala de contadores, en su mesa, en mi mesa, tendidos sobre sábanas de satén...-"Y para no permitir que este incidente borre su memoria, quiero los formularios que he dejado en su mesa esta mañana, terminados y en mi despacho a los seis. Y luego va a recuperar la hora que ha perdido esta mañana haciendo la presentación conmigo en la sala de conferencias."

Mis ojos se abrieron mientras su voz irrumpía mis pensamientos, y lo observé mientras se daba la vuelta sin decir nada más, cerrando la puerta de su despacho en mis narices. Vaya. Un bastardo. Sabia de sobra que una presentacion para una campaña de publicidad no podia hacerse en... Miré el reloj. Genial, siete horas y media, si me saltaba la comida. Arrojé mi bolso debajo de la mesa y me sente para encender el ordenador, murmurando para mí misma y abriendo la carpeta que habia encima de mi mesa. Bueno, por lo menos era un simple anuncio de zapatos, no era dificil pensar un slogan. Aún así me habia dado un limite de tiempo irreal. ¿He dicho ya que mi jefe es un gilipollas? Mientras todo el mundo comenzaba a salir para almorzar, yo seguía sentado en mi mesa, con mi café y mi paquete de Ritz Bits que habia comprado en la maquina expendedora de camino al baño.

Normalmente me habria traído algo para almorzar, o saldria con los demas compañeros para comer algo, pero el tiempo no estaba de mi parte hoy. Escuché abrirse la puerta de la oficina. Levante la mirada y sonreí mientras mi amiga Daiana entraba. Daiana llevaba trabajando para Styles Inc. casi tanto como yo. Era _____ y amable, y una de mis personas favoritas aquí.

-"¿Lista para comer,______?"- Me preguntó, sonriendo _____mente.

  

Sex En La Oficina (Harry Styles) *hot*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora