Capítulo 1

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Un escalofrió recorre todo mi cuerpo, mi espalda está tensa y la brisa del viento solo hace más intensa la sensación. Tengo frío y sed, mi piel está pegajosa, los tonos más oscuros pueden percibirse con más facilidad por cada día que pasa, y no hablar de mi ropa y su mal olor, nunca pensé volver a humedecer mis pantalones, no al menos desde que tengo cuatro años.

—¿Pasa algo?— Katherine toca mi rodilla, yo solo la observo —Yo también tengo miedo y cada día que pasa se siente como si la pesadilla no terminara.

—Todo va a estar bien, papá va a venir por mi, lo sé.

—Yo ya no se si creer, Elleri, estoy cansada, solo quiero dormir— ella recuesta su cabeza en mi regazo, paso mis manos por su pelo y lo acaricio lentamente.

La verdad era que ni yo sabía si tener esperanza.


Abro los ojos y el detestable humo se cuela por mis fosas nasales provocándome nauseas. El olor del alcohol, perfume de puta barata, cigarrillo de todo tipo y de caucho quemado me tienen mareada, no sé qué ser humano con cuatro dedos de frente disfruta de este ambiente, ni sé cómo yo había venido a parar en el lugar.

—Te odio— le susurro a Kate en el oído, en este momento es el sentimiento más noble que siento por ella.

—Que sentida— retira su melena negra de la cara de una manera tan sensual que casi vomito por las miradas lascivas que le dirigieron —Alimenta el ojo, por Dios, el morocho de allá está más que deseable y qué decir de su amigo con el pelo de dos colores— se muerde el labio casi reprimiendo un jadeo.

Repulsivo me parece su gesto, una de las cosas más guarras que vi en la vida y todas las he visto con ella. Katherine Black y yo perfectamente podemos ser el sol y la luna o blanco y negro sin posibilidad de grises, es como ver a la luz y oscuridad compartiendo el mismo espacio y ser cómplices y no enemigas queriendo conquistar el mismo espacio. Deberían creerme, eso ni yo misma lo explico, lo más irónico de todo es que ella es de apellido Black y yo White.

—Aun no entiendo como termine aquí— me quejo —Estúpida apuesta— me cruzo de brazos y me siento en el capot del auto recostando mi espalda en el vidrio.

—Nunca creíste que pudiera hacer un nudo a un tallo de cereza, eso demuestra mi agilidad con la lengua— la menea rápidamente en mi dirección.

—Eso solo demuestra que la usas en cosas inoficiosas— le saco la mía —Parecía imposible que pudieras hacer lo mismo que en Drake&Josh, enserio que no lo entiendo.

Por tonta había apostado con Kate, si yo ganaba limpiaría mi cuarto por un mes, sin rechistar e incluso lavando mi ropa; si ella ganaba, cosa que hizo, vendría con ella a una de las carreras de su novio, son ilegales lo que lo hace más incomodo para mi. Fui tan tonta que acepte, "no era posible que con su lengua pudiera hacerle un nudo a un tallo de cereza, muy corto para manejarlo" esa fue mi teoría en la cual creía fervientemente hasta que me hundió y me trajo aquí, fuera de mi zona de confort. No más apuestas para mí, todas me traen desgracia.

Miro al cielo y solo por "pura diversión", comienzo a contar las estrellas ¿Se puede ser mas patética?

—Vamos preciosa dame un beso para la buena suerte— escucho la voz de Josh, trayéndome a la realidad, debo bajarme de lo único limpio y aceptable para sentarme en este lugar.

No debí dirigir mi mirada hacia ellos, ver como prácticamente se comen la cara uno al otro no es interesante ni de lejos. Joshua es el típico chico con dinero y demasiado engreído como para pensar que podía perder o que alguien era lo suficientemente bueno para superarlo. Si no amara a Katherine de la manera que lo hace, lo odiaría. Algo bueno debía de tener, no a cualquier hombre le brillan los ojos de esa manera cuando mira a una mujer, debe haber algo más que solo atracción; eso es lo único que me gusta de él, el brillo de sus ojos al mirar a Kate, sÍ, Josh es atractivo, pero eso no lo hace menos imbécil.

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