Amante de viento

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Después de un largo viaje se encontraba cansado, dirían que es lo normal en un viajero experimentado, pero la fatiga no es un estado natural del cuerpo, el joven de ojos verdes seguía sin encontrar a la persona cuya existencia y desaparición eran las culpables de su largo recorrido por el mundo, no se quejaba pues ese era su trabajo, buscar, encontrar y cazar cosas o en este caso una persona, el heredero al trono de Japón.

No contaba con mucha información, únicamente sabía que desapareció de su país hacia poco más de 5 años, esto tras la muerte de su amado, la locura invadió su mente al romperse su frágil corazón, pero para su desgracia no podía fugarse al mundo de los muertos a buscarlo, le era imposible por aquella promesa que le hizo a su amado, esa promesa de vivir por los dos, que estaría a su lado como el aire que respiraba, que en el viento le seguiría profesando su amor, de igual manera que lo hizo en vida.

Una historia bastante cursi y ridícula a su parecer, el en particular no era alguien que se dejase guiar por sus emociones, por el contrario, hacía ya bastante tiempo que había dejado de lado esa parte de sí, pero no tenía tiempo para divagar sobre asuntos relacionados con sus dudas existenciales, en este momento solo le importaba encontrar a su objetivo y cobrar la recompensa por recuperarlo, después de todo a eso se dedicaba.

Después de recorrer varios pueblos en un país desconocido, tan pequeño que ni siquiera era considerado país, se encontró con un rumor bastante peculiar, un hermoso joven de piel blanca y cabellos negros que se pasaba los días y noches danzando entre las ráfagas de viento que se formaban en la cima de la montaña de aquel lugar, se decía que era una belleza exótica, sus facciones denotaban la belleza de la noche encarnada.

Era un rumor que si bien al principio ignoro despertó su curiosidad, ¿y si ese chico que danzaba en soledad era el que buscaba?, no tenía pruebas, nada lo confirmaba, pero una corazonada de cazador le decía que ese chico era su "presa" no tenía nada que perder, si no era la persona que buscaba entonces se iría al siguiente pueblo.

A la mañana siguiente se montó en su caballo y cabalgo a la cima de aquella pequeña montaña, conforme iba subiendo el viento incrementaba, como si le dijera que se fuera, pensamiento que desecho al instante, era ridículo, como si realmente el viento tuviera emociones, era solo un elemento natural, no es como si la fuerza de la naturaleza tuviera la esencia de la raza humana.

Al llegar a la cima se percató de que en ella se encontraba una pequeña pradera, escondida de quien viera aquella montaña desde abajo, se acercó y el viento soplo con tal fuerza que amenazo con tirarlo, a lo lejos pudo ver a una persona parada en medio de aquella pradera, extendiendo sus brazos a la nada y riendo mientras la brisa revolvía su cabello y vestimentas.

-Víctor, ¿Por qué estás tan efusivo hoy? Pareciera que estas molesto- alzo su mano a la altura del rostro que solo el podía ver.

Yuri se quedó quieto un momento, admirando la belleza de quien se encontraba frente a él, observando con detenimiento aquel delicado y bello rostro, cuando pudo reconocer las facciones, era la persona que había estado buscando.

-¡yuuri!- lo llamo fuertemente, logrando que el nombrado volteara a verlo.

-¿Quién eres?- la expresión tranquila de su rostro se transformó en una asustada.

-soy Yuri plysetsky, he venido desde muy lejos buscándote, debo llevarte de regreso a tu país natal, tu familia quiere que regreses.

-lo siento, pero no lo haré, no dejare este lugar, no dejare a Víctor- fue tajante con su respuesta.

-el Víctor que tu nombras está muerto desde hace ya un tiempo, no tiene caso que te quedes aquí, tienes un deber que cumplir, regresa- se acercó de forma rápida al chico, no daba señales de querer escapar pero tomaría precauciones.

Amante de vientoWhere stories live. Discover now