— Es aquí—. Le dije a Paulo entrando al local. — Allí están, vente—. Le di la mano y le llevé a la mesa donde estaban mis amigas.

— ¡Carla!

— ¡Lucía! — La abracé.

— ¡Carla!

— ¡Noa! — Hice lo mismo con Noa y con las demás.

— ¡Carla!

— ¡Amil!

— ¡Carla!

— ¡Luna!

Una vez saludé a todas y Paulo también nos sentamos y pedimos algo de beber.

— Con que Paulo Dybala, ehh...— Comentó Luna antes de darle un sorbo a su cocacola.

— El mismo.

— ¿Cuánto te vas a quedar?

— Esta vez estoy dos días sólo, Noa. Bueno tres si cuento hoy—. Rió.

— Pues... A ver qué hacéis vosotros durante dos noches en la casa de Carla ehh...

— ¡Amil!

— Amil tiene razón.

— Lucia no me esperaba esto de ti—. Reí.

— ¿Pero tú eres Mrs. Dybala o no?

— Si lo que te preguntas es que si somos novios es que no—. Contestó Paulo y pude notar un poco de desanimación en su voz.

— Es algo raro—. Dije. Vi que la cara de Luna y Noa era un poema. — ¿Qué pasa chicas?

— Emm... ¡Nada! — Dijeron al unísono.

— Es que no se pegáis mucho...

— Luna, no me la pegáis. ¿Qué pasa?

— Ha entrado Antoine Con Dennise—. Dijo Noa.

— ¿Aquí? — Pregunté poniéndome nerviosa, Paulo lo notó y me dio la mano, él no sabía nada de lo de Antoine.

— Si.

— Y viene hacia aquí.

— Mierda.

— ¿Qué pasa?— Preguntó Paulo.

— ¿No se lo has dicho?

— ¿Decirme el qué?

— Tampoco era como para decirle, Lucia—. Pero me callé al ver a Antoine y su supuesta novia al lado mía.

— Hola chicas.

— Hola Antoine—. Dijeron todas.

— Hola—. Comenté casi sin mirarle a los ojos. No podía, no todavía.

— Carla... Esto... Te presento a Dennise, Dennise te presento a Carla.

— Ya nos conocemos—. Comenté.

El ambiente se había vuelto tenso, bastante.

— Emm... Antoine, Paulo, Paulo, Antoine. Aunque puede que ya os conozcáis.

— Sí.

Mientras todos tomaban asientos otra vez, pues, Antoine y Dennise se quedarían con nosotros, Antoine me agarró del brazo.

— Tenemos que hablar.

— No es el momento ni el lugar—. Le dejé con la palabra en la boca. No quería hablar ahí, y mucho menos delante de todos y menos de Paulo, el no tenía por qué saber nada.

Estuvimos manteniendo una conversación, o más bien estuvieron, yo me mantuve ausente durante casi toda la charla, intentaba estar lo más distante de Antoine.

— ¿ Y qué haces aquí Paulo? ¿Fichas por el Real? — Preguntó Antoine y Paulo rió.

— Qué va, no. He venido a acompañar a Carla unos días y luego voy a Turín. Nos conocimos en Argentina y me ha convencido para quedarme unos días en Madrid.

— No sabía que estuvieseis saliendo.

— No lo estamos—. Dije metiéndome en la conversación ya que me estaba enervando. — Hay ciertas cosas que nos lo prohíben, tenemos algo raro—. Sonreí falsamente.

— Pues Antoine y yo estamos genial, llevamos ya... un tiempecito...con algo raro.

— Ya. Se ve que a él lo de tener una relación no le va—. Comenté recordando.

— Carla...

— Pues no le iría contigo, porque...

— ¿Pedimos algo más? — Preguntó Antoine cortando la conversación.

— Mejor nos vamos—. Dije cogiendo de la mano a Paulo. — Ya veo que sobramos. Adiós chicas, quedamos otro día—. Me despedí de las chicas y salí de la cafetería.

Al llegar a casa, Paulo no tardó en preguntar por Antoine, nos sentamos en el sofá y se lo conté todo, acabé llorando en su hombro y el me daba besos en la cabeza y me acariciaba la espalda.

— Me Tenés acá para todo—. Decía el de Turin.

— Lo sé Paulo, gracias por todo. Te quiero. Pero creo que todavía no le he olvidado.

— Me tenés acá para todo—. Repitió.

Más tarde nos fuimos a acostar, cuando ya estaba en mi cama tumbada y a punto de dormirme, sonó un mensaje.

                         Antoine

Escúchame Carla por favor, tenemos que hablar.🙏🏽

   Quedamos mañana y me explicas las cosas, pero no sé si cambiaré de opinión.

Secrets || Antoine Griezmann||Where stories live. Discover now