I Hate You ↯ TaeDo

Cuatro

El mas chico se preguntaba porque se ponía nervioso con la cercanía de Taeyong.

'Tal vez sea que me dá miedo que vuelva a besarme... Si, eso es.' Pensó el peli-morado.

- Te veo al rato. - habló Taeyong acomodando su gorra y saliendo de la habitación.

Doyoung sacudió su cabeza y de colocó unas zapatillas cómodas para bailar.

'Me gustaría volver a besar a hyung...'

- ¡Que mier...! - se interrumpió a sí mismo. - ¡Porqué pienso en idioteces! Si, eso es Doyoung.. Una idiotez.

Suspiro y se miró en el espejo.

- Mierda, me sonroje. - tocó ambas mejillas, totalmente rojas por pensar en los labios de Taeyong.

Sacudió su cabeza y tomó su gorro para salir.

- ¡Doyoung, espérame! - era Winwin.

- Claro. - se recargo fuera de la habitación y espero a Winwin.

- Listo, vamos. - habló terminando de acomodarse la camisa.

- Sip.

Salieron de los dormitorios en dirección a la sala de ensayos.

- ¿Y Yuta?

- Nah, no me espero. - fingió llorar.

- Ese chico, cada vez se hace más apegado a Kun-ssi. - negó con la cabeza, algo divertido.

- Maldito chino, me está quitando a mi bebe.

- Únete a él, Kun y tú hacen linda pareja.

- Cállate.

El peli-morado rió y entraron a la sala.

[...]

- Estuvo muy bien. - habló Jaehyun tomando de su botella de agua.

- Sep. - apoyó Yuta. - Kun-ssi y yo iremos al dormitorio. ¡Vamos, Kun!

Los demás chicos rieron por la cara de desagrado que hizo Kun.

- Pobrecito. - se rió Haechan.

DoYoung negó con la cabeza. Algún día Yuta hartará a Kun.

- ¡Estoy muerto! - Johnny se tiró al suelo.

- Iré a descansar, nos vemos. - Mark salió de la sala, seguido de todos los demás.

- Yo igual me voy, adiós. Buenas noches. - salió Taeil arrastrando a Winwin con él.

- Al parecer quedamos solo tú y yo. - sonrió Taeyong.

- Si, eso creo. - se tiró al suelo, justo al lado de Taeyong, su nuevo amigo.

- Doyoung.. ¿Puedo pedirte algo?

- S-si, claro.

- ¿Podrías dejar de ponerte tenso cuando estás conmigo? Me pones incómodo, realmente quiero ser tu amigo. - se quejó.

- Lo siento, Tae. Sigo sin poder confiar en tí. - se sentó.

- ¿Y que debo hacer para ganar tu confianza?

- Muchas cosas, Taeyong, muchas. - suspiro.- Pero aunque lo hagas... Nunca seremos unidos, de eso estoy seguro. Y tu deberías estarlo también. - se levantó del suelo y salió de aquella sala, dejando a un deprimido Taeyong.

El peli-rosa sintió unas ganas inmensas de llorar. Se sintió como basura.

- Hyung.. - Kun corrió hacia el mayor y lo abrazó.

- Me siento terrible. - sollozo.

- Lo se, Tae. - acaricio levemente su espalda.

- Nunca debí hacer lo que sea que hice, realmente lo quiero. No se que hacer.

- Tranquilo..

Las pequeñas caricias que Kun le brindaba a Taeyong, lograron calmarlo un poco.

- Gracias, Kun.

- Para eso estoy aquí, hyung. - sonrió cálidamente. - Sabes, deberías aprovechar cualquier oportunidad para acercarte a Doyoung, en especial cuando esté solo. De esa manera no tendrá de otra más que hablarte. Hazlo reír, cuéntale cosas interesantes, también haz que se desahogue, todos necesitamos un hombro en el cual llorar. Creo que Jae es muy amigo de Doyoung, pero no es el mejor que digamos, Jaehyun sólo se preocupa por él mismo, y no por los demás. Así que si ves a Doyoung hyung triste acércate, haz que se desahogue, y luego hazlo reír.

- Wow, sabias palabras de Qian Kun. - sonrió Tae, limpiando los rastros de sus lágrimas.

- No se mucho de esas cosas del amor, pero conozco lo suficiente a Doyoung como para saber que es demasiado sensible, y que nunca habla de sus sentimientos, por lo que llega a sentirse agobiado.

- Gracias, Kun-ssi. - sonrió y abrazo al chino sentado frente a él. - Momento, ¿Tu no estabas con Yuta? - frunció el ceño con una gran sonrisa.

- Si, pero gracias al cielo llegó Winwin, así que arrojé a Yuta con Winwin y me fui corriendo de ahí. Aunque.. - susurró acercándose un poco a Taeyong. - Yuta se acerca a mi para darle celos a Winwin.

Ambos rieron.

- Oh, ven acá, pequeño. - abrazó a Kun y le sobó cabeza. - Eres un gran amigo.

- Tu también, hyung. Y estoy seguro de que Doyoung no tardara en darse cuenta. - sonrió tiernamente.

- Eso espero.