Charlie bajó la mirada y asentó sin ganas. Tooth la tomó de la mano y la llevó hacia el auto, donde la puso en su silla del asiento y la abrochó. Ha sido vio a su pequeña y le sonrió con dulzura.

—Parece que alguien no está de buenas. Qué tal... ¡unas cosquillas! —se acercó a la pequeña pelinegra y le hizo cosquillas en el estómago. La niña dejó de ser fría y soltó unas cuantas carcajadas. Hans también soltó algunas, y luego se dio vueltas y vio a Tooth, la cual le señaló el volante. El pelirrojo asentó con entendimiento y condujo con cuidado hacia la iglesia.

* * *

—¡Llegamos! —avisó Jack, mientras abría la puerta del piloto y salía con una sonrisa en sus labios. El albino vio como sus hijos salían con entusiasmo. Elisa corrió hacia su madre y la ayudó a salir, pero Elsa sólo sonrió con ternura al verla tan emocionada.

La tomó de la mano y Elisa sonrió con ternura hacia la iglesia, donde esta estaba repleta de gente. Jared se colgó de su padre, y los demás caminaban a los costados de sus albinos padres.

Anna sonrió con emoción y caminó hacia los Frost, donde los saludó con alegría. Vio a su hermana y besó la mejilla de ella.

—Me alegra que hayan venido, Elsa —habló la pelinaranja. Kristoff caminó hacia ellos con Joseff en su costado, Amelia tomado de su mano y Heidi en los brazos de su rubio padre.

—¿Y perderme el cumpleaños de Heidi? Eso jamás —respondió la peliplateada.

La pelinaranja empezó a charlar con su hermana, mientras los Horrendus se acercaban, al igual que los Williams y Fitzherber hacia ellos. Joseff corrió hacia Jason y Mason, mientras jugaba con ellos un rato. Los pequeños Frost jugaron un rato con los Williams y Fitzherber, mientras Riley hablaba con Luca en un lugar algo lejos de los pequeños.

Sin embargo, todos callaron al ver como un Mercedes blanco se acercaba hacia la entrada de la iglesia. Anna arqueó la ceja y vio como del auto salía la pelinegra de mechas coloridas. Tooth sonrió hacia los chicos, mientras Hans saludaba con una sonrisa bajando del auto. Charlotte hizo una mueca y tomó la mano de su madre.

Elsa dio una expresión de emoción y corrió hacia Tooth, donde al estar muy cerca de ella se abalanzó y le dio un fuerte abrazo a la pelinegra.

—¡Tooth!

—¡Elisabeth, oh, qué lindo volver a verte! —exclamó la pelinegra.

Charlie vio a los niños, los cuales la vieron con confusión. La niña se sonrojó y vio su vestido rosado.

¿Se estarán burlando de mí?, pensó Charlie.

Elsa se separó y saludó a Hans, el cual siguió saludando a los demás.

—¿Cuánto ha pasado?

—Cuatro años —respondió Tooth con un suspiro. Elsa vio a Charlotte y puso los ojos en blanco.

Kira Black, pensó Elisabeth.

Los adultos también vieron a la niña pelinegra. Se asombraron tanto al verla tan diferente. Sus ojos amarillentos se desaparecieron y en cambio estaban unos hermosos y brillantes ojos esmeraldas que resaltaban muchísimo. Su cabello azabache brillaba y caía como una cascada por sus hombros, hasta llegar a su cintura. Su piel grisácea fue reemplazada por una brillante piel blanca que brillaba.

La niña sonrió con timidez, mientras Elsa se ponía en cuclillas y la saludaba.

—Charlotte, hola. Creo que no me conoces; soy Elisabeth Frost, una amiga de tu mamá de la universidad —se presentó. La albina vio a la niña, la cual al ver directamente a Elsa a los ojos, se quedó paralizada. La peliplateada se estremeció un poco al ver los ojos de la niña. Su forma y tamaño eran iguales a los de su madre, Ashley Black. Y aquel rostro, tan pequeño y marcado como el de su padre, Daniel.

La niña pelinegra vio a Elsa y su mente de inmediato le recordó el apellido. Frost...

Frost. Es decir, ella era la esposa de Jackson Frost, el hombre que mató a sus verdaderos padres. Charlie apretó sus dientes, mientras sonreía sin mostrarlos y sus nudillos se ponían blancos atrás en sus espaldas.

Extendió una mano y sonrió con timidez esta vez.

—Mucho gusto, Charlie Sur —habló la niña. Elsa estrechó su mano, mientras la pequeña sólo disimulaba su furia hacia ella y su marido.

La peliplateada soltó su mano y se levantó del suelo. Vio a Tooth y le señaló la iglesia, mientras las campañas sonaban y hacía que todos entraran.

La niña se puso de puntillas mientras caminaba atrás de su madre. Disimuló con la mirada a los hombres, mientras intentaba buscar a Jackson Frost. Se escuchó una carcajada, seguida de una pronunciación de un hombre.

—¡Jack, nunca cambies, hombre!

La voz de su padre hizo que la niña se le desorbitaran los ojos e irguiera la cabeza, viendo a su pelirrojo padre, el cual hablaba con un peliblanco de ojos zafiros. La niña sonrió con maldad, para luego morderse el labio y empezar a pensar sobre lo que pasaría a continuación.

Estaba a unos metros de su peor enemigo. El monstruo que mató a sus padres. Aquel monstruo que seguía suelto por el mundo, listo para atemorizar a las familias, matando a su alrededor.

Charlie suspiró y sólo siguió caminando, hasta que de repente, la voz de un niño la hizo sobresaltar y ver a su costado izquierdo.

—Hola

La de cabello azabache procesó con cuidado al niño. Pelirrojo, ojos azules y piel muy blanca. La niña apretó sus labios, mientras veía al niño.

—Soy Matthew Horrendus. Los demás me dicen Matt. ¿Aburrida?

La pelinegra sólo chasqueó la lengua y vio con una sonrisa de lado a Matt.

—Algo. Ya sabes, es algo difícil hablar con alguien que no conozco. Soy Charlotte Sur. Me dicen Charlie o Letty; ese ultimo me lo dice mi abuelo —dijo con diversión la pelinegra. Sus ojos brillaron y por algunas razón el plan del albino desapareció y Charlotte apareció, dejando atrás a Kira.

—Letty. Mmm...me gusta. Es lindo, igual que tú —dijo Matthew. La de ojos esmeraldas se sonrojó y sonrió con timidez.

—G...gracias, Matt. Tú también eres m...muy lindo —tartamudeó le niña. Matt sonrió de oreja a oreja, mientras se perdía en el rostro de la niña.

¿Qué estás haciendo? Es una niña de cuatro años. Tú tienes ocho, casi nueve.

Ignoró la voz y tomó la muñeca de Letty, la cual vio su fría mano y luego los ojos azules de Matt.

—Siéntate conmigo.

La niña asentó con un sonrojo, mientras corría con Matthew y se sentaba a su lado, viendo los hermosos dibujos y azulejos a su alrededor. Vio la imagen de Dios y sólo sacudió la cabeza, viendo a Jack, el cual estaba a unos metros de él. Sus ojos ámbar aparecieron y gruñó en bajo.

Sabía que era su oportunidad este día. Era el día de la muerte de Jackson Frost.

Hola mis Pikachus, espero que les haya gustado. Ya saben qué hacer, voten y comenten que les pareció. Les diré que tal vez de ahora en adelante no podré mucho subir capítulos, ya que entraré a la preparatoria y debo echarle muchas ganas, así que tal vez tardaré de ahora en adelante subir capítulos.

En fin

Les mando un abrazo súper fuerte.

Adiós mis Pikachus Chao, Chao 💕♠️🃏✌🏻️

Atte: Reyes 📚🎧☕️

"𝚃ú 𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚒 𝚍𝚛𝚘𝚐𝚊" [𝙹𝚎𝚕𝚜𝚊]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα