Capitulo 2

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En su primer año podríamos decir que las cosas fueron relativamente bien, alquiló un pequeño apartamento donde vivía junto con una compañera, era una chica que le encantaba cambiar su cabello de color y con mucha energía, que pronto se volvió muy importante para él, su nombre era Kirstie y encontró trabajo en un café llamado la rendez-vous. Mitch seguía estudiando y preparándose en su tiempo libre, no se quejaba de la vida que llevaba ahora, esto era lo que quería, pero ansiaba una oportunidad dónde poder mostrar su voz que solo escuchaban las blancas paredes de su casa día tras día, ansiaba que lo llamaran de alguno de los muchos conservatorios donde mando sus papeles dándole buenas noticias, pero él muy bien sabía que esto no iba a ser fácil, así que debía solo ser paciente y seguir con lo suyo.

Un viernes de julio, en su cumpleaños número 20, se encontraba él caminando con una de sus mejores amigas y compañera de piso, por las ahora, frías calles de Nueva York dando las gracias de que fuera una noche fresca, que los hacía descansar del calor del verano, cuando pasaron por un gran edificio de aspecto rústico iluminado por la luz que salía de los balcones de donde se escuchaba de cada uno diferentes melodías. Pudo haber sido un golpe de suerte, o el regalo de cumpleaños de alguien allá arriba tal vez, pero ante sus ojos apareció la mejor oportunidad que había tenido en la vida, un cartel que decía, Audiciones abiertas de jazz y ensambles del Manhattan School of Music, domingo 9 de octubre, 3:00 pm. Era dentro de dos días, pero sin pensarlo dos veces, se dijo a si mismo que iría.

Desde esa última noche Mitch pasó el resto de sus días preparándose, aun que sabía que lo que verdaderamente le ayudaría no eran estos días de estudio, si no todos los años anteriores de preparación que invirtió en él en ese momento, haciendo caso omiso a todas las personas que le dijeron que perdía su tiempo, cuando lo que más quería en realidad era apoyo y alguien que le dijera que lo que hacía, era lo mejor para su vida. Y ahora podía darse cuenta.

Al llegar el gran día, se paró más temprano que de costumbre por los nervios y la emoción acumulada que sentía en su interior. Ya al comenzar a acercarse la hora, se puso unos skinny jeans negros rasgados, sus grandes botas negras brillantes, junto con una camisa blanca holgada y su chaqueta de diseñador verde militar, se dijo a si mismo viéndose detenidamente al espejo, que si iba a audicionar para una escuela tan importante no podían conocer solo su voz, si no a él también y después de esto miro por última vez su cabello corto que no necesitaba mucho arreglo, tomó su cartera y salió del apartamento, listo para todo.

 Ya al comenzar a acercarse la hora, se puso unos skinny jeans negros rasgados, sus grandes botas negras brillantes, junto con una camisa blanca holgada y su chaqueta de diseñador verde militar, se dijo a si mismo viéndose detenidamente al espejo,...

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Tenía unos minutos de haber llegado a la tan prestigiosa Manhattan School of Music, y que estuviese sentado en ese gran auditorio era todo un sueño para él en ese momento. Todo iba bien, las personas iban llegando y se sentaban en las sillas, unos con los nervios de punta y otros con una gran confianza en sí mismos, pudo notar Mitch, él por el contrario podríamos decir que eran todas esas emociones juntas.

Hasta que escucho como cerraban la puerta principal del auditorio que dio a entender que era hora de comenzar la audición. El delgado chico se movió en su asiento dándole un último visto bueno a su ropa, cuando vio de reojo a un grupo de cinco personas subiendo al escenario que supuso que sería el jurado que los evaluaría. Alzó su vista y la primera persona que llamó su atención de inmediato fue él.

-Era alto y fuerte, su cabeza pasaba por encima de las personas que lo acompañaban, su cabello dorado estaba peinado perfectamente hacia arriba, terminando en una onda que le daba un toque despreocupado. Tenía una barba de varios días ya, que hacia contraste con su piel blanca y veía como en sus ojos azules como un mar turbio se asomaba un brillo de diversión al ver a todas las personas sentadas frente a él.

Sintió como se le fue la respiración con tan solo verlo, el aire del lugar cambio haciéndose más pesado a su alrededor, y durante ese momento pensó que él solo era quien tenía esa sensación, hasta que llegó su momento de subir al escenario, y se dio cuenta de que aquellos ojos azules que se había quedado admirando minutos antes, ahora lo veían con una intensidad indescifrable, a través de los lentes que se acababa de poner, como si estuviese viendo en el interior de su alma y al comenzar a cantar, muchas emociones pasaron por su cara, desde el asombro, hasta la emoción pero termino todo con una sonrisa que apareció por su cara cuando el chico terminó.

Al final del día terminaron las audiciones, y todos iban a volver a sus casas esperando una gran noticia o una no tan buena dentro de unos días, incluyendo a Mitch. Cuando sintió que alguien lo llamaba antes de pasar por la puerta.

-Hola Mitchell, mucho gusto, tú ya me conociste dentro pero me voy a volver a presentar, soy Scott Hoying. Vine a preguntarte si te gustaría ir a tomar un café conmigo, porque quiero saberlo todo de ti

-Mucho gusto, puedes llamarme Mitch...- Le dijo el pequeño chico con una sonrisa tímida

 Y con esas simples palabras fue como todo comenzó.


*Ta ta ta taaaan, segundo capitulo! espero que les este gustando lo que han leído, si es así denle a la estrellita y comenten todo lo que quieran decirme no sean timidos <3  byeeee,  xoxox *

El arte de los corazones rotosWhere stories live. Discover now