capitulo 37 [✔️]

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-No digas eso. De seguro quería caer bien, y no lo dijo para herir tus sentimientos – dijo y se acercó a mi rsotro –Para mi eres perfecta asi – dijo y unió sus labios con los mios. Le respondí el beso pero el sonido de un mosquito nos interrumpio – Odio esos bichos – dijo haciendo que ria levemente – Por cierto, perdón por no llamarte de vuelta, mi celular murió y esta cargando. Creo que se me ha malogrado al caerse porque no prende.

-Oh, no importa- dije. Ya me había olvidado de eso. Me recosté sobre en césped y comencé a ver las estrellas.

-A lo que vine además de fijarme si estabas bien. Mentiste – dijo haciendo que girara mi cabeza a verlo –Dijiste que algo que comiste en el aeropuerto te cayó mal, y ti tía me dijo que era extraño porque no habias comido nada, y no se si tomaste desayuno cuando me fui- dijo serio.

Mi conciencia me estaba comiendo por dentro. Se veía preocupado. No era nada de por que alarmarse.

-Si desayune, pero no almorcé de miedo a vomitar en al avión – dije y rápidamente cambie de tema cuando vi su cara de confusión. No quería decirle que me aterraba volar- Simplemente no tengo apetito.

-Tienes que comer – dijo parándose abruptamente del suelo y dirigiéndose a la casa. Que le habrá sucedido. Lo miré confundida y solo me tiré a ver las estrellas. Si no quiere estar aquí no es mi problema.

Me pregunto si es que mi mamá me estará mirando desde arriba y negando con la cabezas las veces que la cago o hago cosas que no debería. Definitivamente no estaría orgullosa de mi. Después de todo ella hubiera querido que siga con mi vida normal y sea sociable y todo.

Un golpe sordo me asustó haciendo que me siente en mi sitio y me lleve la mano al corazón. Era solo el idiota. Quien sabe, podría haber sido un asesino que venia del bosque.

Había traido una canasta grande, y la había dejado abruptamente en el suelo.

-El delivery ha llegado, nada mejor que una cena mirando las estrellas, a miles de kilómetros de la escuela – dijo sentando a mi lado mientras que estiraba un mantel.

-¿Hiciste que eso rimara apropósito?- dije riendo, viendo como sacaba dos sanguches envuelto en papel platina.

-No, fue una coincidencia – dije pasándome uno. Reí levemente ya que no tenía ganas de nada. Estaba de mal humor.

Abrí mi pan, y me di cuenta que era una cosa extraña con dos tipos de queso diferentes, tomate, jamon, salsa de pepinillos y mostaza. Que gourmet, me conformaba con una pan de molde y un queso.

Le dí un mordisco y estaba delicioso, yo que nunca jure mezclar queso con pepinillos o mostaza.

-Los panes de Margarita son los mejores – dijo Tyler, asiendo que asienta- Como veras, era obvio que yo no iba a poder hacer esto, aunque, soy bueno cocinando postres – dijo y yo me traganté con mi bocado.

-¿Sabes cocinar? ¿El mujeriego de la escuela sabe cocinar? – dije estupidisada. Eso es algo que nunca me hubiera imagihnado.

-Primero que todo, si, se cocinar, me gusta hacerlo a veces, y segundo, ¿qué tiene que haya sido, pasado, el mujeriego de la escuela?- dijo dándole otro mordisco a su pan.

-No se, solo no combina – dije mirándolo. El rió.

-Lo se, hay varias cosas que se hacer que no "combinan" a ese prototipo – dijo haciendo que levante una ceja – Me gusta cantar, no soy tan malo haciéndolo.

-Nunca te he escuchado cantar – dije y él sonrió - Ah no espera, sí, en el auto

-Okay eso fue canto de broma. Probablemente nunca me escuches cantar en serio, me da vergüenza – dijo y rodé los ojos. Me arrodille en frente de él y puse mis manos en el césped para poder apoyarme.

CambioWhere stories live. Discover now