He permanecido un poco alejada de Zaid y me parece que se ha dado cuenta ya. Sin embargo, ¿cómo podría comportarme si convivo con sus padres todos los días? Con todo y el cariño que siento por mi amado Zaid, él aún no me ha propuesto casarme con él. Hasta este momento sólo somos amigos. Recuerdo mi comportamiento en mi época y me aborrezco a mí misma. ¡Yo estaba comprometida y no obstante le he besado! ¿Acaso no es una osadía abominable?

Tal vez con el tiempo Zaid me rechace por no corresponder a sus intentos de tomar mi mano, abrazarme o besarme, pero he de aceptar mi destino antes que perder la compostura de nuevo. ¡Prefiero perderle a él que perder mi dignidad, aunque eso signifique morir de amor!

Esta noche hemos sido invitados a casa de la familia Suker, Patricia me ha ayudado a elegir mis ropajes de fiesta y, aunque las telas son muy delgadas, he de admitir que me encanta no sentir que me asfixio con esos corsés ajustados que usaba en mi época.

Debo comenzar a prepararme para la fiesta, Ana ha venido a ayudarme con mis cabellos y la hermana de Zaid prometió disimular el color púrpura de mis golpes, espero que su remedio funcione.

Tuya,

Gracia.


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28 de Mayo de 2021

—Un poco más  —indicó Helena Suker agitando la mano a la izquierda. Le daba instrucciones a Ana, quien montaba una pancarta sobre la pared—. ¡Perfecto!, muchas gracias, Ana.

La chica sujetó el lazo de la pancarta a un clavo y bajó del banco al que se había subido. El cartel decía "Bienvenidos a casa", escrito con la caligrafía de Sanja.

—Estoy muy feliz de tenerte en mi casa, querida Ana —La señora Suker le sonrió con amabilidad y Ana se sonrojó un poco.

—Señora, yo...

—¡Nada de señora, dime Helena! —La reprendió cariñosamente— Venga,  merecemos comer ahora —Puso un brazo sobre los hombros de Ana y juntas caminaron hasta el comedor—. La decoración ha quedado maravillosa, ¿no es así, Ana?

La chica asintió. Jamás había sentido tanto cariño de parte de nadie que no fuera Gracia o su padre.

—¿Podrías hablarle a Darko, por favor? ¡Muero de hambre!

Ana bajó al sótano a buscar a Darko.

—¡Darko, es hora de comer!

El niño pequeño salió de adentro de una tienda de campaña que le habían montado en el rincón. Al ver a Ana abrió la boca con sorpresa.

—Ana,  te ves bonita —observó tomando una parte de la tela del vestido verde que ella llevaba puesto—. Pareces una princesa.

Ana levantó las cejas enternecida. "Este niño no sabe lo lejos que estoy de ser una princesa", pensó.

—Gracias, pequeño —le revolvió los cabellos con la mano—. Vamos al comedor, ya es hora.

El niño asintió y subió corriendo las escaleras. Ella lo siguió un poco más lento.

Estaba habituándose rápidamente a la rutina de los Suker y también a la vida del futuro. Al principio había querido servirles como lo hacía con Sir Payne y con sus invitados, pero Helena, Sanja e incluso Igor la habían detenido, exigiéndole que se comportara como una más de la familia. Fue difícil para ella asimilar lo que ellos le pedían, pero luego comprendió que no querían ser servidos, sino acompañados. Incluso los mismos miembros de la familia le servían la comida en el plato a Ana en ocasiones. Ella se escandalizó la primera vez que eso ocurrió, repitiendo una y otra vez que los señores no debían hacer eso con la servidumbre. Fueron necesarios varios días y muchas comidas para que Ana entendiera que no la tenían en calidad de criada, sino en calidad de hija y hermana, aunque ya se lo habían dicho muchas veces. La noche que lo comprendió, fue incapaz de dormir a causa de las lágrimas de agradecimiento. Sentía mucha alegría de saberse libre y querida.


RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Where stories live. Discover now