#1: Ingreso a la fuerza

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- ¡No, no, no y no! ¡Definitivamente no!- ladré, aferrándome con mi vida al marco de la puerta de mi habitación-. ¡Me gusta estudiar en casa, no pienso ir a la Universidad!

- ¡Te vas a volver una marginada social, aburrida y ermitaña!- chilló mi padre, jalándome de la cadera y negándose a soltarme. Yo tampoco iba a soltarme de la pared. Me daba igual estar en horizontal, a un metro y medio del suelo, no me iba a ir de mi casa.

- A ver, par de mequetrefes... ¡Orochimaru, ¿qué le haces a tu hija, por el amor de Dios?!- se unió mi madre al griterío-. ¡La vas a partir por la mitad!

- ¡Si no se suelta qué quieres que haga, Tsunade!- replicó mi padre.

- ¡Suéltame, no quiero ir!- chillé, reforzando mi agarre en el marco de la puerta. 

- Como a la de tres no te sueltes y aceptes ir a la Universidad, que además ya está pagada y no ha sido barata, te vas a enterar- amenazó él. Sacudí la cabeza y no cedí-. Está bien... Uno...

- ¡No!

- Dos...

- ¡He dicho que no...!

- ¡Tres!

- ¡Eso no, eso no, eso nooo!- me puse a gritar en cuanto lo vi estirar la lengua. Sabía de sobra que si hacía eso, aparte de darme asco me iba a hacer daño. Me explico: si me niego a algo, acabo cediendo si me agarra de la cintura y tira de mí (y encima la mueve como que fuera a manosearme)-. ¡No es justo que te aproveches de mi debilidad!

- Ah, pero te he ganado- se jactó él-. Y como no vayas ahora mismo al coche donde ya están tus maletas, te puedo jurar y perjurar por tu madre que voy a acabar por "meterte lengua".

- ¡Mamá, un día me viola!- protesté, muerta del asco. La rubia de grandes pechos se rio y me abrazó con dulzura.

- En la Universidad no te irá tan mal, tranquila. Además, llevas estudiando psicología infantil desde hace un año y poco, irás con gente que lleva un año allí- me dijo mamá, dándome un beso en la cabeza. 

- Pero no conozco a nadie- protesté-. Y sabes por qué no quise ir a la Uni...

- Estarás bien, confío en ti- sonrió ella, despidiéndose una última vez de mí.

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- Vamos, Akari, haces una montaña de un grano de arena- intentó hablar mi padre, mirándome de reojo. Nuestras miradas amarillas se cruzaron un segundo antes de que yo volviera a sacar el palito de mi boca.

- Tendrías que habérmelo dicho antes.

- Si lo hubiera hecho te habrías negado. Sé que es duro superar lo que te pasó, y sé que tu mejor opción fue estudiar en casa, pero de eso hacen ya cuatro años.

- Me hicieron daño y lo sabes, no puedo hacerlo.

- Entonces no quieras saber...

- Si acabo cortándome en el baño que conste que será culpa tuya- advertí mirando por la ventana y mordisqueando lo que quedaba del primero de los tres dangos, sujetados por mis dientes en mi boca. Los dos últimos, el blanco y el verde, sobresalían de mis labios. Ignoré por completo lo que acababa de intentar de decir él.

Mi padre pegó un frenazo que me hizo casi chocar contra el parabrisas, y lo miré furiosa. Quité mi mirada al ver la suya.

- Ni se te ocurra suicidarte- me hundió un dedo en el esternón antes de seguir conduciendo-. Ninguna hija mía va a perecer por algo tan vulgar como la sociedad. 

- Eso es porque soy tu única hija.

- No eres una simple hija única. Eres la hija de dos de los tres Legendarios Sannin. Jiraiya, tu madre y yo estudiamos en esta Universidad, dudo mucho que alguien se atreva a hacer siquiera un comentario negativo sobre ti.

- Hazme caso que lo van a hacer. Me conocen por ser una inocentona, así que puedo irme preparando...

- Cállate- Orochimaru apretó tanto el volante que los nudillos se le pusieron más blancos de lo que ya eran-. De débil no tienes nada. Tienes la fuerza de tu madre y mis habilidades de serpiente. Un solo paso en falso hacia ti y sácales los ojos. Demuéstrales quién manda.

- Papá, llego en el segundo año de mi carrera, no puedo aparecer y actuar como una perra: apenas llegue, apoderarme de todo. No soy así.

- No he dicho eso, sólo he dicho que te defiendas.

Se hizo el silencio en el coche hasta que llegamos a la entrada de la Universidad. 

Era un campus gigantesco, con el gran edificio principal (el de las clases) al final del largo camino de asfalto. Entramos y vi que había muchas casas, probablemente de las hermandades, que flanqueaban el ancho camino hasta la mitad. Conté diez casas por cada lado, veinte en total, y todas de distintas tonalidades y decoraciones. Eso sí, eran de dos plantas. 

- Ya he hablado con el director y la subdirectora, así que te dejo directamente en tu nueva casa. Y es de lo que tengo que...

- Prometo portarme bien- volví a interrumpirlo-. No te preocupes más por mí. Me las apañaré.

- Esa es mi chica- sonrió, bajando del coche y sacando las dos maletas azul marino del portabulto. Se dirigió detrás de mí a la puerta de la casa que él me había señalado en un gesto, y llamé al timbre. Ésta era una casa particular: era completamente roja, con cristales casi azules del reflejo del cielo y con puertas y ventanas de madera importada. Sin duda, era una buena hermandad...

- Conque tú eres la nueva miembro, ¿eh? Ya sabíamos que eras una chica, no te preocupes- fue el saludo de un tío pelirrojo con tantos piercings que daba respeto. Además, tenía el Rinnegan.

- Eh...- no sabía qué contestar-. Papá, ¿seguro de que es aquí? Al parecer es una hermandad masculina...

- Es de lo que quería hablarte- se frotó la nuca, aguantando las maletas con la otra mano-. No quedaban plazas para chicas y la única que quedaba era con la condición de unirte a ellos.

- ¿¿¿¡¡¡QUÉ!!!???- chillé-. ¿¿¿¡¡¡ESTÁS LOCO O QUÉ!!!???

- Deme las maletas, las subiré a su habitación- tomó las dos maletas de la mano de mi padre y se notó que era fuerte, ya que le resaltaron los bíceps al cogerlas. Luego me miró a mí con una sonrisa-. Puedes ir pasando si quieres. Somos diez, pero no pasa nada. Excepto algunos, todos somos bastante tranquilos.

- Acabas de firmar tu sentencia de muerte- fulminé a mi padre con la mirada, histérica.

¿¡Es que ésta era la mejor forma de mi padre de hacerme sociabilizar!? ¡Acababa de inscribirme en una hermandad de diez chicos, única chica yo!

La que me espera...

(En la foto, Orochimaru y Tsunade, los padres de Akari. Aunque en la imagen están en versión lobos, obviamente no son así en la historia ¬_¬)

Aprovecho para decir que este capi lo he podido subir porque tenía un hueco libre, y no sé cuándo volveré a subir u.u Sepan disculpar, me están matando a exámenes y estoy penada D:

Atrapada con los AkatsukiWhere stories live. Discover now