El sonido de la cabecera, comenzó a aumentar su ritmo conforme ella iba asustándose cada vez más.

Luego vio con horror, que en el brazo izquierdo tenía algo incrustado en la piel, era un tubo que iba hasta un artefacto reteniendo un líquido.

El sonido aumentó la velocidad. ¿Qué era todo aquello? ¿Dónde se encontraba ella?

Un hombre entró de prisa a la habitación para revisar el aparato que emitía los sonidos, Gracia no supo si calmarse o ponerse más nerviosa por estar completamente sola con un extraño, que vestía de azul, mientras ella abajo de esa delgada tela no traía nada puesto. Se cubrió con las mantas hasta la barbilla, pero el movimiento le produjo bastante dolor.

—¿Qué sucede?, ¿dónde estoy? —preguntó atropelladamente, pero al hacerlo, la lengua le lanzó un calambre de dolor.

—Estás en el hospital, llegaste muy herida, ¿recuerdas lo que te pasó?

Gracia se esforzó por buscar en su memoria los acontecimientos pasados y lentamente se fueron formando eventos, rostros, sentimientos.

Asintió.

—Bien, iré a avisar al médico que ya despertaste para que te revise.

Ella no dijo nada. La primer persona en ocupar su mente fue Zaid. ¿Por qué no estaba con ella?, ¿la había abandonado?

Al cabo de unos minutos, una nueva figura vistiendo un saco de color blanco, entró por la puerta de la habitación.

—Buenos días, Gracia, ¿cómo te sientes?

Ella no contestó. La verdad es que sentía como si un caballo la hubiese atropellado.

—Bien, veamos... —dijo el médico mientras revisaba una hoja con los datos e información de Gracia— De acuerdo —continuó—, voy a explicarte lo que tienes. Llegaste anoche al hospital, estabas inconsciente y mal herida, sufriste un golpe fuerte en la cabeza que te dejó inflamado el cerebro, por eso decidimos mantenerte aquí un par de días, para cerciorarnos de que no tuvieras nada malo. Además te dislocaron el hombro, tienes moretones en gran parte del cuerpo y te mordiste la lengua tan fuerte, que casi te la arrancas con tus propios dientes.

Gracia no entendió mucho. Lo único que fue capaz de comprender, fueron las partes donde dijo que tenía un golpe en la cabeza, que se había mordido y que tenía moretones en gran parte del cuerpo. Se cubrió de nuevo con la manta en un gesto inconsciente cuando pensó que aquél hombre la había visto completamente desnuda.

—¿Tienes alguna pregunta?

Sí. Tenía muchas.

—¿Para qué es eso? —Preguntó señalando tímidamente el tubo del suero. La lengua le dolió de nuevo, pero la ignoró.

El doctor tomó su tiempo para responder, él había creído que ella le preguntaría algo sobre su estado de salud. Al final la justificó, pensando que tal vez la chica jamás había estado internada en un hospital antes.

—Es suero con medicamento, para que sanes más rápido.

Ella dio un asentimiento casi imperceptible. La palabra "medicamento" no la entendía muy bien, pero tomó nota mental diciéndose que se lo preguntaría más tarde a Zaid... por cierto, ¿dónde estaba?

—¿Dónde está Zaid? —preguntó ella ligeramente asustada.

—¿Te refieres al chico que no se despegaba de ti anoche? Está allá afuera. ¿Quieres verlo?

Ella asintió.

—Por supuesto. Te cambiaremos a una habitación más cómoda primero, ¿de acuerdo? después podrás ver a tu novio todo el tiempo que quieras.

RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora