«Uhm, valeeeeee»



«Y que aunque estás loca, atolondrada, tonta, habladora y nunca pareces callarte. También te ama»



Bucker se queja y chilla, de inmediato hago el celular a un lado y acaricio su lomo intentando tranquilizarlo, es como sentir su dolor.

—Amigo ¿Qué sucede? Promete que vas a estar bien.

Tomo mi celular de nuevo para llamar al veterinario y no me importa si parezco algún dueño fastidioso. Bucker es parte de mi familia y yo necesito garantizar que él se encuentra bien. Que va a estar bien.

»Aguanta un poco amigo, todo va a estar bien, te sentirás mejor.

***

Me despierto sobresaltado y sin entender muy bien en dónde estoy. Paso las manos por mi rostro, estoy sentado en el suelo, debí quedarme dormido al lado de Bucker y entonces lo escucho. Unos horribles sonidos que van entre chillidos y un sonido escalofriante.

Bajo mi vista, encuentro a Bucker chillando y haciendo sonidos alarmantes. Hay vomito debajo de su hocico y no se mueve. Sus ojos son pequeñas rendijas.

—Mierda, mierda. Me dormí ¡Maldita sea! Me dormí y empeoraste, perdón, perdón.

Intento tocarlo y hace un sonido de dolor que me hace estremecer. Mi vista está borrosa y me doy cuenta de que se trata de que estoy a un poco de lanzarme a llorar. Me duele un infierno verlo de este modo.

Localizo mi teléfono y se encuentra apagado, totalmente descargado.

—Espera un momento, todo va a estar bien, lo prometo.

Me pongo de pie y de inmediato voy hacia el teléfono de la casa, busco el número del veterinario en la lista de contactos de la pequeña libreta y lo llamo. Parece que lo despierto, pero no me importa, prácticamente estoy gritando lo que está sucediendo y cuando su tono no esperanzador me dice que lo lleve de inmediato a la clínica, una sensación terrible se instala en mi estómago.

Cuelgo y marco el número de Andrew porque estoy desesperado. Por un momento pienso que no va a atender.

—Ethan, son las...

—Bucker está mal ¿Qué voy a hacer?

— ¿Qué?

—Voy a llevarlo a la clínica. Está sufriendo. Le duele ¡Mierda! No puedo ayudarlo a sentir menos dolor. No puedo hablar, te veo allá.

—Dirección, dime la dirección.

La dicto en automático mientras tomo mi billetera, las llaves de casa y del auto. Finalizo la llamada, abro la puerta para tenerla lista cuando salga llevando a Bucker y busco una manta, me agacho frente a Bucker.

—Esto quizá va a dolerte y te pido que me perdones por ello, también que me perdones por haberme quedado dormido. Solo quiero que estés bien, amigo. Perdóname si esto te va a causar dolor.

Lo envuelvo en la manta y lo alzo, aúlla quejándose antes de chillar y muerdo mi labio inferior que repentinamente tiembla. Cierro mis ojos y respiro hondo. Necesito serenarme.

Tal vez todos tengan razón y si pienso positivo él estará bien.

—Todo va a estar bien amigo, estarás mejor.

Escenas extras de Los Miedos de EthanWhere stories live. Discover now